Tutor

1.1K 197 13
                                    

No podía creer que por fin se había encontrado con Bosco, aunque definitivamente no lo reconoció, incluso se portó algo tosco, ni siquiera puedo disculparse, jamás imagino que se lo toparía de esa forma, parecía mucho más varonil que las fotos que le envió el investigador privado, sin duda estaba mucho más guapo en persona, pensó con una sonrisa en los labios mientras se dirigía a comprar algo para cenar.

Por otro lado Bosco entraba a su nuevo dormitorio, por suerte, por ser el último de universidad, no le tocaba compartir, pensó en el joven con el que choco apenas unos minutos atrás , le pareció familiar, pero no sabía de donde lo conocía, seguramente alguien que miró en el campus anteriormente,  deshizo la maleta, acomodó sus cosas, antes de ponerse a revisar su horario y las asignaturas de nuevo, para ver si no se equivocó con lo que estudió los días anteriores en casa, miró un correo nuevo de parte de la oficina de prácticas universitarias, lo abrió para leerlo atentamente, al parecer debía presentarse el día siguiente después de sus clases normales para que le asignen como tutor de un alumno extranjero,  maldijo para sus adentros, ese año sin duda sería complicado con todo lo que tenía, pero debía hacerlo, no podía negarse su beca lo obligaba a participar en esos tipos de programas, respiró profundo antes de escuchar los golpes en su puerta, se puso de pie para abrir sin preguntar quién era, pues sabía de quien se tratara.

—Hola Darling. —lo saludó Finn con una gran sonrisa, Bosco rodo los ojos— Ni me digas, estás feliz de verme.

—Hola, encantado. —dijo haciéndose a un lado para dejarlo entrar.

—Me alegra saberlo ¿Cómo estuvo tu verano? —inquirió mirando a su alrededor.

—Estuve trabajando, pero bien. —le contó volviéndose a sentar en la silla de su escritorio.

—Eso te pasa por no querer irte de vacaciones conmigo, conocía unas chicas preciosas, también había chicos guapos para ti.

—Me lo imagino, pero tuve que trabajar, las uvas, esté año se dieron muy bien.

—¿De verdad? La próxima vez iré contigo a recolectar.

—Mentiroso. —señaló.

—Me conoces bien ¿Me extrañas?

—Acabo de llegar, claro que no te extraño, no creo que lo haga.

—Eres malo, yo ya te extraño, pero es una ventaja tener nuestros propios dormitorios, podre llevar a mis chicas sin tener que dejarte fuera por mucho tiempo. —sonrió con picardía, Bosco solo sonrió negando— He venido por ti para ir a cenar, yo invito.

—¿Ya leíste las clases que tenemos mañana?

—¿Tu lo hiciste?

—Por supuesto.

—Entonces, no debo preocuparme, vamos. —lo invitó poniéndose de pie.

—¿Cuándo te gradúes me llevaras a dirigir la empresa de tu papá? —preguntó poniéndose de pie para seguirlo fuera de su dormitorio.

—Efectivamente, tienes trabajo asegurado, ni se te ocurra aceptar la propuesta de ninguna otra empresa. —dijo con descaro.

—No voy a aceptar ninguna propuesta, tengo mi propio negocio.

—Lo sé, lo sé, pero aun podrás ser mi asesor externo. —dijo abrazándolo por los hombros.

—Nunca voy a deshacerme de ti ¿Verdad?

—Nunca. —declaró con una gran sonrisa.

Conoció a Finn el primer día de universidad, cuando ingresó a su primer año, es el hijo malcriado de uno de los hombres más ricos de New York, pero sin duda él había sido una buena influencia para el rubio, y sin duda su vida sería muy aburrida sin el malcriado millonario a su lado, existían tres personas que lo conocían muy bien, su papá quien falleció años atrás, Aníbal y Finn, también eran los únicos en los que confiaba. Fueron a un restaurante de hamburguesas cerca de la universidad al que solían asistir con regularidad, entraron riendo, llamando la atención del pequeño asiático que estaba sentado solo en un rincón, quien no pudo apartar la mirada de los dos hombres, que no lo notaron.

—¿Cuéntame conociste algún chico guapo en el verano? —le preguntó.

—No estoy para conocer a nadie en este momento.

—¿Pretendes estar solo toda tu vida? —inquirió.

—No estoy solo, te tengo a ti y eso es más que suficiente.

—Se que soy más que suficiente para cualquiera, pero jamás voy a dejar que me jodas, yo soy el que jode y solo a mujeres. —dijo antes de beber de su cerveza, Bosco volvió a negar sonriendo.

—No eres mi tipo y lo de joder se soluciona fácilmente, tu mejor que nadie lo sabe.

—Es verdad, pero en ocasiones necesitas un apapacho en el corazón.

—¿Quién eres tú y qué hiciste con mi mejor amigo? —cuestionó quitándole la botella de cerveza para que no siguiera bebiendo.

—Soy el mismo de siempre.

—Acabas de ser cursi ¿qué sucede? no me digas que conociste a alguien. —señaló dejando la botella en la mesa.

—Sí, conocí a una chica preciosa, pero olvidé pedirle su número de celular.

—¡¿Qué?!

—Sí, aun no lo creo que se me haya pasado pedirle su número, solo sé su nombre y no tengo su apellido.

—¿La conociste en Tailandia?

—Sí, pero no es tailandesa, es coreana.

—¿Y qué piensas hacer?

—Nada, no puedo hacer nada, sufrir en silencio.

—Estoy de acuerdo, sufre en silencio. —dijo Bosco.

—Darling, tú eres un chico malo conmigo.

—No digas tonterías y mejor terminemos de cenar, para volver que tengo algunas cosas que hacer antes de dormir.

—¿Qué cosas?

—Estudiar por los dos.

—En ese caso, terminaré pronto.

—Bien.

Terminaron de cenar al mismo tiempo que Dallas, quien salió unos segundos después que ellos, caminó lentamente para no llamar la atención de Bosco ni del rubio que lo acompañaba y quien al parecer lo hacía muy feliz, miró como se reía de lo que fuera que le dijera el americano, parecían muy unidos, acababa de darse cuenta de que su plan no era tan perfecto, pues olvido el pequeño detalle de que el mayor podría estar enamorado. Los miró detenerse fuera del edificio para fumar, suspiró antes de pasar por un lado de ellos, fue estúpido porque no le pidió al investigador que averiguara si tenía pareja, el rubio era muy guapo, alto, tenía un cuerpo atlético y con unos intensos ojos azules.

—Él parece lindo, es tu tipo. —susurró Finn a su lado cuando Dallas pasó frente a ellos, Bosco puso atención de quien hablaba.

—Tropecé con él cuando llegué, pero no le puse atención. —le contó.

—Como un Kdrama, que romántico. —dijo con tono de burla.

—¿Kdrama?

—Sí, estoy viendo solo para conocer un poco más de Corea.

—¿Por qué?

—Por si un día me encuentro con la chica bella de Tailandia.

—Estás loco, deberías estudiar, en vez de ver televisión.

—Eres tan poco romántico, por eso estás solo, Darling.

—Estás perdiendo el tiempo y de pasada yo también, me voy al dormitorio, por cierto ¿Dónde está el tuyo? —le preguntó.

—Ahí. —señaló el edificio de enseguida— Último piso, ciento veinte.

—Bien, entonces mañana te veo en clase.

—Sí, duerme un poco, no pases toda la noche estudiando.

—Tu estudia un poco, no pases toda la noche durmiendo. —le recomendó sonriendo, Finn solo le enseño el dedo del medio antes de irse.

Subió a su dormitorio para terminar la lectura de las clases que tendría al día siguiente, se durmió en cuanto su cabeza tocó la almohada, se despertó por el sonido de la alarma, la apagó mirando la hora que era, se preparó para ir a la piscina y nadar una hora, para luego regresar tomar una ducha, desayunar e ir hasta su salón de clases, donde encontró al rubio esperando con él, saludó al resto de sus compañeros antes de sentarse a un lado de Finn.

—¿Por qué estás tan radiante? —le preguntó el rubio.

—Porque dormí bien, me desperté temprano para ir a nadar un poco y luego regrese tome una ducha y desayune. —le respondió.

—¿Cómo puedes hacer todo eso tan temprano?

—Precisamente por eso, porque me levanto temprano. —dijo encendiendo su laptop.

—Pues yo con trabajo me bañe y me duele la panza por no comer nada.

—Madruga.

—Me reúso a hacerlo, mejor cuéntame ¿Tú sabes sobre esto? —le preguntó señalando la pantalla de su laptop.

—Es el programa de tutorías, hoy debemos presentarnos para que no asignen un alumno de primer año. —le aclaró después de mirar el mismo correo que a él le llegó.

—¿Por qué estoy en ese programa?

—Porque siempre haces lo que yo hago.

—¡Fuck! ¡¿tengo que hacerlo?! —cuestionó y Bosco asintió— Pero ¿por qué?

—Porque no hay forma de salirse de él, te lo advertí, pero insististe, porque era algo bueno para que tu papá te comprara un nuevo deportivo. —le recordó.

—Ya me acorde, es que soy idiota.

—Lo eres.

—¡Oye! Mas respeto por tus mayores.

—Solo me llevas una semana.

—Pero soy mayor.

—Cállate que ya va a empezar la clase.

(…)

En otra parte del campus de la universidad, Dallas corría para no llegar tarde a su primera clase del día, se quedó dormido, apagó el despertador y no despertó hasta tiempo después, miró a su profesor por el pasillo, así se apresuró para poder entrar antes de que él lo hiciera y lo logro. 

—Llegas tarde. —señaló Amit su compañero de dormitorio.

—Me quede dormido. —dijo con la respiración agitada, quitándose la mochila, para sentarse juntó él, era una suerte que estudiaran la misma carrera y que le hubiera tocado el mismo horario.

—Se nota. —sonrió.

—¿Tu por qué llegaste temprano?

—Mi papá me levantó temprano y me trajo para que no se me hiciera tarde, tengo veinte minutos sentando aquí. —se quejó.

—Buenos días, señores. —saludó el maestro entrando al salón de clase.

Guardaron silencio para poner atención y empezar su agitado día en la universidad, cuando por fin estuvieron libres fueron por algo de comer.

—¿Recibiste el correo para ir a la asignación del tutor? —cuestionó Amit, sentados en la cafetería de la universidad.

—Sí, ¿Estás seguro de que me dejaron con…?

—Sí, ya te dije que mi primo se encarga de eso y me dijo que no te preocuparas que te había puesto de tutor al chico que te gusta. —le aseguró.

—Gracias. —sonrió, antes de recordar su encuentro el día anterior.

—¿Qué sucede? ¿Por qué dejaste de sonreír?

—Ayer lo miré.

—¿Te reconoció? ¿Dónde lo viste? —quiso saber.

—No, de hecho, se queda en el mismo edificio de dormitorio que nosotros y me lo encontré cuando baje a cenar algo, se me cayó un audífono cuando me agache a recogerlo tropecé con él y realmente fue muy …

—¿Muy qué? —cuestionó.

—Muy tosco, me dijo que me hiciera a un lado o saldría lastimado, parecía molesto.

—Bueno, tal vez tuvo un mal día, no te preocupes por eso.

—Puede ser, pero lo vi reírse con un rubio, parece que el lo pone de bue humor. —declaró antes de dejar caer la cabeza en la mesa.

—¿Crees que sea su novio? —cuestionó revolviendo su cabello.

—Posiblemente, escuche que le dijo Darling, eso es un apodo de cariño. —hizo un puchero mirando a su nuevo amigo.

—Tal vez solo son amigos.

—Eso espero, si son pareja mi plan no funcionara.

—Para ser sincero tu plan es un poco descabellado.

—No lo es, cuando he pasado toda mi vida, enamorado de él.

—Pero es un amor unilateral.

—Lo sé, pero espero que pase a ser un amor bilateral.

—Espero que sí, por tu bien, oye ¿Y has pregunta por él en la universidad?

—No, no lo he hecho, qué tal si le dicen que alguien está preguntando por él y luego sabe que soy yo y no quiere darme tutorías. —comentó preocupado.

—En eso tienes razón, será mejor esperar a que lo conozcas.

—Si, es mejor y hablando de eso, ya casi es hora, debemos irnos o llegaremos tarde. 

—Es verdad, vamos.

Se dieron prisa para salir corriendo hasta la biblioteca central de la universidad, como siempre y para no variar llegó tarde, Dallas entro junto a su amigo intentando no llamar la atención, pero no lo lograron.

—Parece que llegaron los últimos. —dijo uno de los presentes.

—Lo sentimos. —dijeron al mismo tiempo el par de amigos.

—Bien, continuemos.

Buscó entre los presentes a Bosco y lo encontró junto al rubio de la noche anterior, parecía muy tranquilo a su lado, incluso sonreía por lo que le decía al oído, de desilusionó un poco más, pero decidió poner atención al que estaba dirigiendo la reunión, después de todo necesitaba estudiar y aprobar las asignaturas, no solo estaba ahí para ser un conquistador, como si supiera serlo, sonrió ante su atrevido pensamiento.

—Esta tutoría solo será por el primer semestre, consideramos que este tiempo es más que suficiente para que los de nuevo ingreso puedan familiarizarse con la universidad, en la universidad tenemos disponibles tutorías adicionales en caso de que lo necesiten, recuerden acercarse a nosotros. —escuchó atento— Como en esta ocasión son muchos los que han solicitado este tipo de tutoría, hemos pegado las listas en aquella pared, por favor busca tu nombre y a su lado encontraras la de tu tutor, ellos se encuentran aquí. —señaló donde estaban los alumnos del último año.

Continuó hablando, pero no puso mucha atención, pues sus ojos están en el moreno quien le decía algo en secreto al rubio a su lado, Dallas respiró profundo intentando alejar la desilusión de él, antes de ser jalado por su amigo Amit para buscar sus nombres y confirmar quien les había tocado, su nuevo amigo no estaba tan interesado en la tutoría, pero era algo bueno para conocer personas, así que no le importaba con quien lo asignaran, el asiático sonrió cuando confirmó que tenía a Bosco como tutor, tuvo que disimular y aguantar las ganas de ir directamente a él, así que tomó un poco de tiempo para presentarse, pero alguien más estaba con él.

—Hola. —saludó interrumpiendo la conversación— Lamento interrumpir, pero parece que eres mi tutor. —dijo mirando un segundo a la castaña que lo acompañaba antes de mirarlo a él.

—Tu nombre. —le pidió.

—Lee Young-ho, perdón, soy Young-ho Lee. —corrigió poniendo el apellido como se usa en América, el moreno asintió antes de ver el papel que tenía en la mano.

—Sí, yo seré tu tutor, soy Bosco Greco, creo que solo falta uno.

—hola, creo que soy yo. —dijo Amit, llegando a su lado— Nos tocó el mismo. —dijo sonriendo, pasando el brazo por los hombros de Dallas quien sonrió y se sintió aliviado.

—¿Cuál es tu nombre? —le preguntó.

—Soy Amit Segal, mucho gusto. —se presentó.

—Igualmente, bien, les daré mi número de celular podrán enviarme un mensaje para decirme que necesitan tutoría o cualquier duda que tengan, podre verlos por la tarde y solo de lunes a jueves.

—Está bien. —dijeron los tres al mismo tiempo.

Guardó el contacto de Bosco en su celular, antes de que se despidiera pues al parecer tenía cosas más importantes que hacer con el rubio, quien le pareció conocido, volvió a su dormitorio para hacer lo trabajos pendientes que tenía.

—Necesito salir y respirar aire ¿Vienes? —le dijo a Amit.

—No, aun no termino ¿Tu ya lo terminaste?

—Sí, si quieres puedo pasártelo.

—Sera mejor que no.

—Bien, entones iré a caminar y traeré algo para cenar.

—Gracias.

Tomó su celular, los audífonos y las llaves del dormitorio, se asegurar de llevar la cartera, bajó al primer piso y como no podía ser de otra forma cuando intento escuchar música uno de sus audífonos cayó al piso, se agacho para recogerlo y cuando se puso de pie de nuevo tropezó con algo firme frente a él.

—Lo siento. —dijo encontrándose con Bosco.

—¿De nuevo…? ¿tú? —cuestionó reconociéndolo.

—lo siento, solo se me cayó el audífono, no fue mi intensión.

—Deberías tener más cuidado. —le recomendó.

—Sí, tengo manos de trapo, bueno eso dice mi abuela. —comentó observando los intensos ojos negros de Bosco quien lo miraban fijamente— ¿Vives en este dormitorio?

—Sí, ultimo piso, pero no puedes buscarme para que te de asesoría. —le advirtió.

—No planeaba hacerlo.

—Bien, entonces ten más cuidado podrías lastimarte, nos vemos. —se despidió, mostrándole una pequeña sonrisa.

—Nos vemos…

SIEMPRE TÚ Where stories live. Discover now