SIEMPRE TÚ

Belleza

Después de escuchar a su amiga por más de una hora contándole hasta el mínimo detalle de sus llamadas y sus mensajes con el rubio, pudo contarle su tarde junto a Bosco, a quien por cierto, no había visto en los últimos días, era viernes y  tal vez no lo miraría hasta el lunes, necesitaba buscar alguna excusa para acercarse a él, tal vez decirle que no entendía algo sobre alguna materia, lo cual era imposible era demasiado inteligente, pero podría fingir que no lo era, pensó entrando a su dormitorio.

—Hola, pensé que iras a tu casa. —comentó al ver a su compañero y amigo Amit.

—Este fin de semana no iré, además quedamos de salir con nuestros compañeros de clases, para conocernos mejor ¿lo olvidaste? —le preguntó.

—¿Salir? ¿A dónde? —cuestionó dejando su mochila sobre su escritorio.

—A bailar, definitivamente lo olvidaste.

—Tal vez, lo haya olvidado. —admitió dejándose caer a su lado en el sofá que tenían en la diminuta estancia que también era comedor y sala.

—Ya te lo recordé, nos iremos como a los ochos, primero a cenar y después a bailar, espero encontrar una chica linda y un chico lindo para ti o podríamos invitar a Bosco.

—No tengo tanta confianza para invitarlo, además no lo he visto desde el día que me acompañó por los lentes.

—El mágico día.

—Deja de decirle así.

—Pero tu dijiste que fue mágico.

—lo sé, pero no tienes que repetirlo siempre.

—Tengo que hacerlo, somos amigos y tengo que apoyarte, también molestarte, tú también tienes que hacer lo mismo. —declaró el moreno.

—Está bien, somos amigos. —dijo Dallas sonriendo.

—Ahora puedes preguntarme sobre qué ropa usar.

—¿Eh?

—¿Eso no hacen ustedes los gays? —cuestionó y Dallas estalló en carcajadas.

—Me gustan los hombres, pero no me comporto como mujer. —habló entre risas.

—En ocasiones lo haces. —contradijo.

—¿Cuándo?

—Cuando juntas tus labios de esta forma. —dijo haciendo un puchero— No había conocido ningún hombre que lo hiciera.

—¡¿Yo lo hago?! —cuestionó sorprendido.

—Sí lo haces, cuándo algo no te gusta.

—No lo he notado. —murmuró, pensando si lo habría hecho cuando estuvo con Bosco.

—Ya lo sabes, eres femenino, pero no mucho, supongo que está bien, porque Bosco es demasiado varonil, no parece nada homosexual.

—Lo es, me lo dijo.

—Eso es bueno para ti, tienes una posibilidad, tu plan ya no es tan descabellado.

—No creo que tenga alguna posibilidad. —dijo haciendo un puchero, antes de que su amigo le tocara los labios.

—Lo haces. —dallas borro el puchero— Creo que, si tienes posibilidad, es demasiado varonil para que le guste alguien como él.

—¿Lo crees?

—No sé mucho sobre los homosexuales, eres mi primer amigo gay, pero creo que eres su tipo, sería raro verlo con alguien tan varonil como él.

—Espero que se fije en mí, aunque no parece interesado en salir con nadie.