RIVALES [Kivi ver.]

Capítulo 23

El día fue normal. Hasta el momento nadie las había molestado y aquello era bueno, o eso pensó la pelinegra, hasta que llegaron a la cafetería durante la hora del almuerzo. Llevaba la mochila en su espalda y hablaba con Ruslana, intentando distraerla por si se encontraban con Denna.

Chiara no había parado de sonreír en todo el día.

-Nosotras buscamos la comida y ustedes dos cuiden la mesa-les dijo Bea guiñándole a Ruslana, se fue con Nicole, dejándolas a ellas dos.

-Bueno ¿Sabías que, según Nicole, Julio besa con lengua? - preguntó mientras se sentaban en una de las mesas, Rus la miró alzando una ceja.

-Ya sé lo que intentas hacer, Kiki-dijo acomodando sus brazos sobre la mesa, Chiara abrió los ojos.

-¿Ah si? Porque hablo en serio, es la palabra de la rubita contra la nuestra.

-Descuida... yo aún no le he visto y cuando lo haga... igual la voy a ignorar-dijo bajando el rostro y Chiara la hizo alzarlo, sujetándola porla barbilla.

-Ambas sabemos que esa es una gran mentira-dijo viendo como su amiga rodaba los ojos-. Ella es una idiota.

-Sí, es una idiota-repitió Ruslana, sonriendo.

Durante estos meses Rus le había hablado sobre Denna y habían tomado como terapia decir que era idiota, cada vez que se sintiera mal.

Hablaron durante un rato, hasta que sintió la voz de Austin en su oreja.

-Hola, rarita-saludó, rodeándole el cuello fuertemente con el brazo, Chiara tosió varias veces-. ¿No te gustaría comer con nosotros?

-No... suéltame-dijo apretándole el brazo, pero Austin no la soltaba.

-Déjala-Rus le dijo levantándose y queriendo darle una cachetada.

-Vamos, Oliver. Todos te esperan-agregó el chico, levantándose y arrastrando a Chiara con él, la ojiverde parecía necesitar con urgencia respirar mientras la llevaban a la mesa.

-¡Oye!-le gritó Ruslana y los siguió.

-Aquí estamos-dijo Austin sentando a Chiara en la silla, junto a Mark, aún rodeando el cuello de la chica .

-¡Chiara, que sorpresa!-dijo Mark riendo, al ver el rostro púrpura de la morena.
Chiara apenas si podía respirar e intentaba soltarse del brazo de Austin alrededor de su cuello.

Observó que justo frente a ella estaba sentada Violeta, que la observaba con los ojos abiertos y una notable preocupación en ellos.

-Austin, déjala en paz-dijo observando con enojo a su novio, él se rió cínicamente.
-Amor, ¿no te das cuenta de qué la rarita es una invitada mía? No le estoy haciendo nada.

Chiara no opinaba lo mismo y cerró los ojos por un momento, ya que se sentía tremendamente mareada.

-¡Suéltala, las estás ahogando! -gritó Violeta y Austin la soltó con fastidio, Chiara comenzó a toser.

-¡Cof, cof, cof!-se sujetaba la garganta mientras observaba de reojo a Violeta.
La pelirroja parecía querer acercarse para frotarle la espalda, pero todos estaban mirándola. Violeta tuvo que resistir la urgencia de tocarla y apretar las manos sobre el regazo, sin dejar de mirar los ojos verdes.

-Rus ... -murmuró Chiara por debajo, pero no veía a su amiga.

Logró encontrarla, al verla salir por la puerta de la cafetería, seguida de Denna. Chiara se preocupó e intentó irse, pero Mark le capturó la mano y la obligó a sentarse.

-¿A dónde vas, bonita?-le dijo sosteniendo su mano entre las suyas mientras Chiara seguía tosiendo.
Violeta clavó sus ojos asesinos en Mark y este de inmediato soltó la mano de Chiara, sentía un frío helado recorrerle el cuerpo y podía jurar que eran por los fulminantes ojos chocolate de Violeta.

-¿Ibas con tu novia?- preguntó Austin, riéndose, al ver la pobre cara de Chiara.
Chiara comenzó negar mirando a Violeta a los ojos, quería asegurarle que no tenía novia y al hacerlo, Violeta sonrió de forma alegre. Austin se dio cuenta de eso y la llamó.

-Amor, ¿sabes que te amo? -le dijo dándole un guiño y Chiara hizo una mueca, quería irse.

Violeta no lo miró ni una sola vez y asintió, sonriendo.

-Yo también te amo-dijo mirando fijamente a Chiara a los ojos, la pelinegra sintió la piel cosquillearle y el corazón en la garganta

¿Se lo estaba diciendo a ella? Violeta, después de haberlo dicho, abrió los ojos y se sonrojó como una loca, agachó el rostro y comenzó a balbucear-. Yo... Mmm... supongo... bueno... también... bueno... claro- término con la cara roja, Austin frunció el ceño, observando como las dos chicas se miraban.

-Bueno, rarita. Me contaron por allí, que estás enamorada-comentó Austin, burlón, y logrando que todos en la mesa soltaron un "Uhhhhh".

Violeta no la dejó de ver ni un segundo.

-Yo... bueno, no te importa-dijo con el rostro sonrojado e intentó irse de nuevo, Austin la tumbó por los hombros y la hizo sentarse.

-¿Quién es? Confiesa, ¿es Panchyshyna? -preguntó burlón, observando a su novia con intención. Chiara lo pudo ver, en los ojos chocolate había dolor.

-No y si fuera así no te lo diría-gruñó para luego volver a ver a Violeta, la pelirroja le devolvía la mirada y no escuchaba a nadie más.

Austin ya estaba sintiéndose amenazado por la estúpida cara que hacía su novia al ver a la ojiverde, no le gustaba la manera en que se miraban y su orgullo masculino estaba siendo dañado.

-¿No tienes amigas? Podrías largarte de una vez-le dijo irritado mientras iba al lado de su novia y se sentaba junto a ella, rodeándole los hombros con el brazo.

-Pero, tú... -comenzó confundida por su actitud y sus ojos verdes se volvieron fríos, al ver el brazo del chico sobre Violeta.

Austin sonrió triunfante, pero, no duró mucho, cuando Violeta se revolvió incómoda y se alejó un poco del chico, cortando el abrazo sobre su hombro. Él la miró sorprendido y después con enojo a la causante de todo esto, que ahora sonreía.

-Quita tu asquerosa cara de mi vista, antes de que te la rompa en dos- amenazó y Chiara abrió los ojos, intentando por todos los medios levantarse.

-¡Austin!-lo reprendió Violeta, mirándolo con reproche y después volteó a ver a Chiara, que ya se había ido, y soltó un suspiro.

Chiara salió corriendo rápidamente de allí, para volver a su mesa ¿Qué le ocurría a ese idiota? ¿Estaba en sus días o algo así? Que bipolar, fue mucho para el gusto de Chiara, que seguía un poco alegre por haber visto a Violeta. Lo mejor de todo era que esta vez no le había insultado. Tal vez, este lograra ser un gran año.