Sentencia

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Los gritos del pueblo constantemente le ponían en alerta, veía como los guardias reales iban empujando pequeños grupos de cinco personas de sus celdas  para sacarlos de las mazmorras y dar fin a sus vidas con el filo de las espadas.

Realmente estaba pasando más rápido de lo que hubiera imaginado, había visto pasar a muchos hombres que trataban de escapar de su innegable final. Fue testigo de como varios lloraban, otros forcejeaban con tal de escapar, incluso como uno apenas habían abierto su celda salió corriendo con tal de buscar una salida de allí pero nada. Todos y cada uno de ellos era llevado a la espalda del verdugo. 

Se mantenía en silencio, siendo testigo silencioso de aquella caminata fatal, mientras su mente, lentamente empezaba a rememorar cada punto de su vida, y como en los próximos minutos, ella misma pasaría por aquel camino. 

Realmente resultaba una dura verdad, sin embargo este era su castigo, nadie de los presentes estaba dispuesto a vender su alma para que pudiera continuar con vida, pero no los culpaba, incluso si ella misma sabe que hubiera dado un sin fin de justificaciones sobre lo peligrosa que era convervarla con vida. 

Solo quedaba sumergirse en sus memorias y ver como la recién descubierta Michiko de la antigua casa Tsugikuni, se volvió la más peligrosa guerrera y mano derecha del usurpado Muzan Kibutsuyi.

El camino de la desafortunada lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora