𝙀𝙧𝙧ø𝙧 𝘾𝙚𝙡𝙚𝙨†𝙞𝙖𝙡→Alastor←

XI

Undeniable request—Capítulo once

—Pareces un muerto en todos los sentidos, te ves horrorosa, Del. —Husk le miro de arriba abajo cuando ingreso al bar.

—Usualmente golpearía a cualquiera que me dijera eso. —Le señaló pero estaba demasiado cansada como para pelear. —Estube tratando de invocar al diablo. —Se burló de si misma.

—¿Que? ¿Para que?

—Queria hacerle una solicitud innegable. —Husk levanto su ceja en confusión.— Que dejara de hacer la mierda que estuviera haciendo y ayudara a su hermana que curiosamente olvidó a volver con el.

Husk le miro con pena, notando que Delilah hablaba en serio, había escuchado en la radio que habían hurtado cabras de un hogar, no creyó que la mujer llegara tan lejos, aún así no era quien para juzgarla, tan solo podía tratar de entenderla.

Ella suspiro estirándose. —En fin, ¿Dónde se vería mejor un arbolito de navidad? —Coloco sus manos en su cadera mirando todo el lugar.

—No pondrás una mierda de esas, es un bar no una tiendita animada.

—Estoy devastada, ya decore toda mi casa, parece el jodido cielo por lo iluminado que está. —Recordo todo lo que había hecho a su hogar.— Necesito decorar ya o me volveré loca.

Husk por su lado soltó un gruñido como queja señalando una de las esquinas del bar. —¡Perfecto! Prometo no excederme. —Delilah le dió una sonrisa contenta, Husk le sonrió de vuelta haciendo un gran esfuerzo por no tirarle una botella en la cabeza a la muchacha.

[...]

Por otro lado, en el infierno, Lucifer se hallaba haciendo todo lo posible por mantener a su familia unida, la etapa emo de Charlie no ayudaba y el que su relación con Lilith se enfriará cada vez más tampoco.

Era un Rey ocupado en su oficina elaborando patitos y escribiendo cartas con destino al cielo, con destino a su hermana, hace ya un tiempo había solicitado una reunión con dios, para saber el paradero exacto de su hermana, quería saber si su castigo ya había acabado.

El todo poderoso le mintió diciendo que ella estaba bien en el cielo, que no se preocupada por qué ella estába libre de toda impureza que alguna vez portó y que seguía siendo la tierna hermana menor que el conocía.

Lucifer exigió verla, y lo hizo o más bien fue una figura a la cual no podía tocar con la que tuvo una reunión.

—Samael, yo estoy bien, soy feliz. —Le sonrió la figura. —Se que tengo una sobrina, apuesto a que se parece a ti.

Lucifer le miro extrañado, algo andaba mal en esa sonrisa y aquellos ojos que parecían no expresar nada, aún así hablo con la figura, como si verdaderamente fuera su hermana, aunque en el fondo el sabía que no era así.

A partir de ese momento, Lucifer, engañado comenzó a escribir cartas a su hermana creyendo que ella las recibiría, Dios sabía que Delilah y el mundo de los vivos podían convocar Demonio, incluso al mismo Lucifer, por ello logro hacer que eso fuera imposible para Delilah, de manera que nadie pudiera visitarla ni ella invocarlos.

Nadie en el cielo, ni Azrael, ni Gabriel, ni siquiera Miguel entendía porque dios hacia eso, tampoco podían cuestionar las acciones de su creador, aunque tuvieran cierta pena por Delilah no podían hacer nada, ninguno de los 7 Arcángeles podía.

Cada que alguno preguntaba Dios respondía una misma frase.

“Jamás debí crearla, algo en ella está mal, ella es un error que estará en la tierra”

[...]

—Eres muy tierna. —Hablo con voz aguda Delilah sosteniendo en sus brazos a la pequeña Niffty. —¿Que te parece la decoración de mi hogar? —Esta vez se dirigió a Hilary la cual miraba asombrada las grandes decoraciones.

—Bueno es... Es muy llamativo. —Le sonrió lo mejor que pudo, ella también notaba las ojeras en Delilah y su aspecto desaliñado. —Extravagante.

—Se que se ve un poco exagerado. —Delilah se sento en su cama mientras Niffty jugaba con una decoración en sus manitas.

—Del, ¿Que ocurre? —Hilary se sentó a su lado. —No te ves bien.

—Ah... No es nada, es... —Delilah comenzó a buscar una historia. —Es Denisse, ella dijo que podría tardar aún más en venir y me preocupa.

Hilary comenzó una larga plática de que no debería preocuparse y que debería ser más responsable consigo misma, todo eso mientras Delilah trataba de no caer dormida en medio de el aburrido sermón por el cual Niffty se había dormido.

Al final del día Hilary termino por irse a su casa, unos cuantos minutos después la puerta volvio a sonar, Delilah se levantó de la cama descalza y algo despeinada.

—¿Niffty olvidó algo? —Pregunto antes de abrir la puerta, callando al segundo al ver la figura alta frente a ella.— Oh, Alastor ¿Que sucede?

—Escucha, pase dos días reflexionando todo eso que me dijiste. —Le hablo con su tono elegante y ligeramente carismático como si no hubiera pasado nada. —Me caes bien Delilah, por ello olvidemos todo lo que dijiste y sigamos siendo lo que sea que éramos.

Delilah le miro seria, bueno el que le cayera bien era un gran avance siendo Alastor.— Bueno, éramos amigos¿No? —Sonrio con burla. —Oh vamos jirafa, quita esa cara de imbécil.

—Es mi cara habitual. —Un pequeño tick en el ojo derecho del muchacho se hizo notar, allí estaba la Delilah que el recordaba.

—Exacto. —Tapo su boca riendo brevemente. —Ahora mismo es muy tarde como para que estes aqui y no te invitaré a pasar porque vas a vomitar una arcoiris si lo haces.

—Preferiría no arriesgarme. —Alastor le sonrió siendo correspondido por la mujer. —Descansa Delilah.

—Adiooos. —Se balanceo sobre la puerta antes de cerrarla y apoyarse en ella, una suave sonrisa se asomo por sus labios.

Delilah ciertamente era de las personas que se ilusionan rápido, digamos que parte de su inocencia y dulzura aún se conservaba en lo más profundo de su alma, Delilah estaba rota en ciertas partes, tal vez por eso Husk trataba de guardarla en una cajita para que nadie más la lastimara, pero no podemos evitar el destino, Delilah había sufrido, pero no tanto  como para rendirse a no volver a sentir.

Ella tiene un pasado con Adam, un pasado que me voy a divertir mucho escribiendo MUAJAJAJA.