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Narra Daniel.

Nunca había tenido el placer de despertar acompañado. Si hubo un tiempo en el que me lie con muchas mujeres, pero con ninguna me permití entrar en confianza, a ninguna les mostré la vulnerabilidad que le estoy mostrando a la pequeña que se acurruca en mis brazos en estos momentos, ni siquiera a Yaneth quien estuvo a punto de convertirse en mi prometida.

Llevo alrededor de una hora observando como duerme, se ve tan calmada y serena, ¡Joder, parece un ángel! No me canso de mirarla, ella tiene algo que me hace querer seguir de esta manera para siempre, por poco y olvido la terrible realidad que nos espera allá afuera.

Clara se remueve en mis brazos, al parecer está despertando. Abre sus grandes ojos marrones y sonríe al verme.

____ ¿Qué hora es?

Su voz es suave y delicada aun con las pequeñas motas de sueño que carga.

____ Las 3:15 pm. Puedes dormir un poco más si gustas.

____ ¿Cómo crees? Deberíamos volver a la base. Hay muchos heridos y estoy segura de que tus soldados te necesitan.

____ "Mis soldados" como tú los llamas pueden valerse por sí mismos, además, Francis queda al mando cuando yo no estoy. ____ La atraigo un poco más a mí y dejo un beso suave en su frente. ____ Pero estoy seguro de que no estarás tranquila si te quedas aquí, ¿Cierto?

____ No puedo estar aquí de vacaciones contigo disfrutando lo bueno de la vida cuando todos mis compañeros se parten la espalda ayudando a esas personas, es mi deber.

____ Iremos, pero pasaremos por un lugar antes, quiero que conozcas a alguien. ____ Dejo otro beso ahora en sus labios y me levanto de la cama. ____ Te traeré algo de ropa.

Le doy una mirada dulce antes de salir de la habitación y dirigirme a la antigua habitación de Yeny. Sujeto el pomo de la puerta con fuerza tratando de convencerme a mí mismo de que todo está bien, ella ya no está y tengo que aprender a vivir con eso. Finalmente abro la puerta y voy hasta el armario. Clara tiene la misma complexión que Yeny cuando vivía, así que tomo unos pantalones negros holgados de esos que le gustaba usar y una camiseta color crema. El ver su ropa me llena de muchos recuerdos, todos agradables y algunos un poco ridículos.

Cierro el armario para evitar seguir poniéndome nostálgico. Salgo de la habitación y le dejo la ropa a Clara en la cama.

Después de darme un baño y esperar otra media hora como la noche anterior Clara sale de la habitación, junta ambas cejas y entrecierra los ojos en mi dirección.

____ A ver, ¿Había más ropa a parte de la tuya y la de tu padre?

____ Era de mi hermana. ____ Señalo lo que lleva puesto, que, por cierto, le queda de maravilla.

____ ¿Me estás diciendo que pude haber usado esto anoche?

____ En mi defensa, mi ropa te queda mejor.

____ Eres imposible. ____ Dice pasando por mi lado rumbo a las escaleras.

____ ¿Lo siento?

____ ¿Tenías alguna fantasía de verme con tu ropa puesta? ____ Se voltea al inicio de los escalones y me mira con una sonrisa traviesa que surca sus labios.

____ Sí, y no equivoqué, te queda genial. ____ Poso ambas manos en su cintura y la atraigo a mi cuerpo. ____ Estoy deseando que se repita.

Clara quita algunas tiras de cabello mojado de mi frente y me acaricia el rostro. ____ Eres un travieso maravilloso.

____ Todo lo que vez es un reflejo de lo que provocas en mí, este Daniel que ves solo sale a flote contigo, para los demás sigo siendo el mismo capitán inescrutable o el idiota amargado que todos están acostumbrados a ver.

En compañía de nuestros miedos (Bilogía Miedos - Libro 1)Where stories live. Discover now