Capitulo XXXIV

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Fuego

"Yo era cenizas, tú me tocaste. Volví a arder"

Alejandro Jodoroswsky.



-Solo digo que pueden tener una mierda de estas más cómoda en este jodido hospital -la voz de Eunwoo sonó lejana ante los oídos de Jungkook , quien sentado en aquella silla fingía prestarle atención al alfa, pero su mente realmente estaba en el papel arrugado que mantenía hecho un puño en su mano izquierda, y sus ojos estaban fijamente puestos en el alfa Kim, quien mantenía una amena conversación con Yoongi .

Jungkook mordisqueó sus labios y bajó su mirada. Habían pasado solo un par de horas desde que tuvo a Seokjin frente suyo, al verdadero. Al principio pensó burlonamente que seguro se trataba de algún engañoso sueño, pero cuando observó el papel en el bolsillo de su bata de hospital, aquella descabellada teoría fue desechada.

Él nunca había cruzado más de dos palabras estrictamente necesarias con Namjoon , y ahora tenía que decirle que su omega en realidad no era su omega, sino un gemelo malvado y que su verdadero omega lo había contactado para que lo fuera a buscar a lo que parecía ser el trasero de Japon. Muy creíble.

Pero claro, él tenía que confiar en Seokjin , siempre lo haría. Solo esperaba no morir debido a eso.

Venga, que no había que ser genios para saber que a Namjoon le faltaba uno que otro tornillo, sin contar lo terrorífico que se podía cuando le hablaban de Seokjin , su omega. La única persona viva que había logrado tocar una fibra sensible en aquella desequilibrada cabeza.

La voz lejana de Eunwoo de pronto se volvió más cercana.

-Estoy pensando seriamente que me estás ignorando de manera olímpica más de lo normal, dulce.

Jungkook volteó su cabeza rápidamente, Eunwoo se había acuclillado para quedar a su altura y lo miraba fijamente con sus ojos marrones agrandados.

-Mhm... -carraspeó un poco- Lo siento. Tengo muchas cosas en mi cabeza jodiéndome, supongo.

-Claro que sí -Eunwoo le sonrió y dejó un beso en mejilla-, ¿estás cómodo? -Jungkok asintió distraídamente y estrujó aún más el objeto en su mano.

Namjoon , a los pocos metros de lejanía, observó como Jungkook lo seguía mirando. El omega apartó su mirada.

-Sí, no te preocupes. ¿Ya volvemos? -preguntó con voz desinteresada, apreciando cómo Namjoon fruncía su ceño al mirarlo.

Un escalofrío recorrió su columna vertebral, tragó duro y apretó sus dientes.

Namjoon no era exactamente alguien amigable.

El papel arrugado en la mano de Jungkook comenzaba a mojarse debido a su propio sudor, el omega se obligó a tranquilizarse. No podía decir ni una sola palabra coherente con Namjoon ni mucho menos decirle lo que le tenía que decir y lo más importante, convencerlo, en ese estado. Respiró profundo varias veces, una y otra vez. Sintiendo sus pulmones fallar al intentar exhalar el aire recolectado.

La mano de Eunwoo acarició sus piernas naturalmente, el alfa miraba al omega preocupado, Jungkook parecía una bomba a punto de estallar. Con su leve tacto trató de calmar las ansias internas del rubio, quien, sentado en su silla de ruedas, tomó la mano de Eunwoo sobre sus paralizadas piernas y entrelazó sus dedos.

-¿Estás bien? Sé que es una pregunta estúpida, pero quiero que estés bien, Jungkook . Siento que voy a volverme loco -habló en un susurro lo suficientemente alto para que solo su omega lo escuchara. Se sentía débil, junto a Jungkook siempre se sentía débil. Y no terminaba de descifrar si aquello era bueno o malo.

Corazón de plomo ; NamJin [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora