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«Tus palabras son como el caramelo más dulce»
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___ ya llevaba en el hotel aproximadamente tres días, y hasta ahora no había notado movimientos extraños, más que Alastor mirándola de manera tétrica de vez en cuando: ahora los dos se mantenían vigilados mutuamente.
Por el lado de Lucifer, ella a veces lo miraba a lo lejos, sin duda llamaba su atención; cómo no hacerlo, ahora tenía al ser que le dedicaba ofrendas casi a diario y con el que hablaba cuando se sentía triste, aunque no podía asegurar que realmente la escuchará. A veces sentía ligeros dolores de cabeza cuando lo miraba, sin embargo se lo atribuía más que nada al estrés.

Ahora ella estaba sentada en la cantina, tomando shots de tequila. Había tenido que salir a trabajar y estaba realmente exhausta.

Husk, sirveme otra...– Reclamó en un ligero tono borracho, recargando su cabeza sobre la barra mientras agitaba su vaso.–

No deberías beber tanto... Bebes casi lo mismo que Angel cuando recién llegó.– Mencionó en un tono de advertencia, no quería lidiar con otro borracho más como cantinero.– Si realmente quieres redimirme no creo que este sea el camino adecuado.–

–Ya lo sé, pero mi vida es una puta basura.– Husk terminó por servirle otro shot, a lo que la chica alzó la cabeza para beberlo.– Aunque de cierta forma yo me lo busqué.–

–Eso es verdad, ¿A qué mierda te dedicas entonces?–

–... No quiero hablar de eso.–Tomó el shot, terminando por estremecerse.– Es complicado.

Era de noche, así que la mayoría estaba durmiendo en ese punto, a excepción de Husk y ___; sin embargo, había otra alma que se despertó gracias a sus terrores nocturnos: Lucifer. Este bajó con la intención de tomar un té, pero se sorprendió al ver a ese par "charlando", aunque era más ___ quejándose sin dar un contexto completo al pobre cantinero.

Así que ustedes tampoco pueden dormir.– El soberano se acercó a aquel no tan amigable par, tomando una taza de té y usando una pijama elegante.–

Más bien ella que no me ha dejado de joder y solo me pide que le dé tragos.– Husk comenzó a beber de su típica botella de whisky.– ¿Le sirvo algo?–

–Oh no, con el té es suficiente.– La mirada de Lucifer se volteó hacia la fémina, quien recargaba con pesar su cabeza sobre aquella barra, pareciendo murmurar quejas sin sentido.– ¿Estás bien?–

–La verdad no...– A pesar de que el demonio le hablaba, ella no alzó la cabeza.– Mi vida era un desastre, mi muerte es un desastre, no dejo de tener pesadillas y mi jefa me manda a hacer sus putos deberes sin que pueda quejarme... Lo peor es que yo me lo busqué y no tengo derecho a quejarme... Y tampoco me arrepiento del todo.–

–Ya veo...– Lucifer nunca fue bueno en estas situaciones, no sabía exactamente como consolar a alguien, sin embargo sabía escuchar, así que quizá la chica necesitaba un empujón para desahogarse.– Y... ¿De qué son tus pesadillas? Si se puede saber...

–Bueno...–___ se sorprendió de que el rey del infierno mostrara interés en saber sobre sus quejas, aunque quizá necesitaba desahogarse.– Son acerca de mi muerte... Mi madre llamándome y yo solo estoy cubierta de sangre.

Lucifer pareció algo sorprendido acerca de su declaración, parecía que esta chica aún estaba apegada a sus pensamientos sobre su vida, aunque no era inusual ya que hace relativamente poco murió.

...¿Extrañas a tu mamá?– Se había atrevido a hacer una pregunta que probablemente no le correspondía, pero que quizá era importante.–

... Sí... Mucho...–Dijo, pasando ahora a mirar a Lucifer, mostrando una sonrisa triste.– Ella era... Lo poco bueno que tenía.–

–Y por eso te quieres redimir supongo.– Se atrevió a hablar Husk, haciendo que ___ se tensara un poco.–

Bueno, sí, quiero pedirle perdón.– Tuvo que inventar una mentira rápida, volviendo a recargar su cabeza sobre la barra.– De todas formas, es un proceso largo y eso.–

–Bueno, nada es imposible... Y no pareces mala persona...– Se atrevió a decir Lucifer, intentando consolarla un poco. Normalmente no le importan los pecadores, los considera mounstros, pero ella parecía diferente... Como si su único pecado fuera desobedecer a Dios, justo como él.– No creo que el cielo valga realmente la pena... Pero cuentas con un buen motivo para subir y con esfuerzo puedes lograrlo, tienes la capacidad de hacerlo.. Al menos así lo veo yo.–

Las palabras del rey del infierno la conmovieron, haciendo que unas lágrimas se acomularan en sus ojos,  regresando su mirada a Lucifer, dedicándole una sonrisa sincera.

– G-gracias... Es muy lindo de su parte intentar consolarme...– Volteo su mirada al vaso que tenía, acariciándolo.– Solo espero que mi mamá me perdone.–

–Si realmente te ama, lo hará.–

Hace tanto la chica había abandonado la idea de su madre, sin embargo esta charla la hacía recordarla con cariño, como si realmente pudiera llegar a verla. Las palabras de Lucifer eran preciosas, haciendo sentir bien a su corazón desconsolado. Quizá era exagerado, pero nunca nadie se había preocupado por ella de esa manera, no después de su mamá.

Iré a recostarme... Creo que estoy lista para dormir.– Dijo con un tono de voz pacífico, levantándose se la barra. Se tambaleaba un poco, pero podía mantenerse de pie.– Muchas gracias por sus palabras... Es realmente lindo de su parte.–

Con eso dicho ___ se dirigió a su habitación, pensando en aquello que Lucifer le dijo, sintiendo su corazón latir. Al mismo tiempo su cabeza empezó a dar vueltas, no era solo el alcohol... Podía sentir pequeñas punzadas, como si estuviera castigando su corazón latente.

La maldición había comenzado, y no podría detenerla

La maldición había comenzado, y no podría detenerla

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𝓒𝓸𝓶𝓸 𝓾𝓷 𝓻𝓪𝓶𝓸 𝓭𝓮 𝓬𝓵𝓪𝓿𝓮𝓵𝓮𝓼 ❝Lucifer Morningstar × Reader❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora