Capítulo 9

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—Soobin tendré un cachorro con mi alfa. —expresó sonriente.

—Me alegro mucho por ambos, espero su cachorro crezca sano y fuerte.

—Así será. —soltó una risita—. Desearía que el tiempo pasara rápido para tenerlo en mis brazos.

—¿Le gustaría tener un niño o una niña?

—Me gustaría mucho un pequeño niño. De seguro será tan lindo igual a mi y fuerte como mi alfa. —sonriente—. ¡Oh! Olvidé mi bolso, vuelvo en un momento.

Tae corría hacia el consultorio a toda prisa para recoger lo que olvido. Ya afuera, escucho unos ruidos extraños que provenían de adentro del mismo.

Abrió un poco la puerta de manera silenciosa por instinto y lo vio, vio como el alfa tomaba con fuerza al omega que lo había atendido previamente encima del escritorio.

—¿Qué están haciendo? —cuestionó el omega al borde de las lágrimas.

—ahh ¿Qué hace aquí? —cuestionó el doctor apenado, tapando su cuerpo con el mandil que se encontraba en el escritorio.

—Pero tu t-tu eres m-mi alfa... ugh ¿Por qué estás haciendo esto?

—Señor Tae de Min, el n-no... su alfa volvió al auto.

—¡No es cierto! Yoongi se que eres tú, mírame.

El omega agarro de los hombros al alfa que se encontraba semidesnudo, con solo ropa interior y una mascarilla que cubría parte de su rostro, este se encontraba cerca del doctor y pudo confirmar al ver su miembro que no era Yoongi.

—¿Qué demonios quieres? —gruñó Taehyun.

El alfa había sido interrumpido por un estúpido omega que nunca había visto, solo por un ataque de celos injustificados.

—Y-yo lo siento, creí que eras otra persona. —reverencio—. De verdad lo l-lamentó.

Se encontraba apenado por la situación que había causado al interrumpir al doctor con su pareja en un momento íntimo en un lugar inapropiado.

—N-no se disculpe p-por favor.

—De verdad lo siento. —secando sus lágrimas.

—No se preocupe señor Tae de Min, es mejor que vuelva con el señor Yoongi.

El omega caminaba sin rumbo con los ojos llenos de lágrimas, a su mente volvían recuerdos del día que conoció a Yoongi. ¿Por qué su mente lo traicionaba? ¿Por que su primer instinto fue pensar que era Yoongi? El era su alfa y siempre se lo demostró, entonces... ¿Por qué no puede confiar?

[...]


El alfa caminaba hacia el carro donde Soobin se encontraba al volante.

—Mi Tae olvidaste tu bolso, ten. —dijo sin ver si este estaba—. Soobin, ¿Dónde está Tae? —cuestionó molesto al notarlo.

—Su omega fue a recoger su bolso al consultorio.

—¿Qué mierda estas diciendo? Aquí tengo su bolso.

El alfa fue corriendo de vuelta al consultorio con el guardaespaldas atrás de este.

Tenía miedo de que el pequeño omega haya oído la conversación que tuvo con el doctor, respecto al feto que ya hacía en su vientre.

—Señor Yoongi, ¿Qué lo trae por aquí de nuevo? —cuestionó nervioso.

—¿Haz visto a Tae? ¿Vino a verte? ¡Responde maldita sea! —golpeando el escritorio.

—No se quien es usted, pero no le voy a permitir que le grite al doctor YeonJun. —gruñó  Taehyun.

—No te metas conmigo idiota. —amenazo—. ¿Tae vino a verte, si o no? Solo responde.

—Y-yo ehm él estuvo aquí...

—¿Qué más? ¿Por qué te detienes? ¡¡Sigue hablando!!

—¡Su omega vio como follaba con mi alfa y pensó que era usted! —soltó sin pensar.

—¿Qué tu, qué? —gruñó—. ¿Viste por donde se fue?

El doctor negó con la cabeza, lo que hizo que el alfa saliera del lugar con los nervios de punta.

Estaba aturdido por que es probable que el omega esté perdido por su inseguridad y celos hacia el alfa.

Tae nunca había estado solo en la calle, el alfa no lo dejaba ni un segundo cuando salían juntos, por que en un mundo donde los omegas son hermosos. Tae no era más que presa fácil, con sus feromonas y belleza resplandeciente, ante cualquier alfa.

—Mierda. —murmuró.

La burbuja no podría ser rota y le preocupaba al alfa ya no sentir el olor de las feromonas del omega en el lugar, él tenía un gran olfato y el aroma ya había desaparecido por completo.

—Soobin busca a Tae ¡Ahora! —ordenó.

—No debe estar muy lejos, no se preocupe señor. —comentó.

El alfa comenzó a esparcir feromonas de manera violenta para demostrar su enojo al contrario, quien se encontraba temblando con la cabeza baja, de su nariz comenzaron a salir pequeñas gotas de sangre pues el olor era tan intenso que le provocaba una hemorragia nasal, dolía como un demonio.

—¡¡Tráeme a mi omega o te mataré!!

Sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora