~there are ways to kill a god

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(Escena aparte de la serie. Esto no pasa en la historia).

Annabeth, Grover y Percy estaban sorprendidos, sin palabras.

Habían decidido ir los cuatro al Olimpo. No querían arriesgarse a poner a Percy en peligro al ir solo al hogar de los Dioses, pero ninguno de ellos contaba con que la furia de Ivy hiciera acto de presencia al ver a Zeus.

Los ojos de la niña estaban dorados, como cada vez que ella se enojaba demasiado, situación que ocurría muy pocas veces. Sus manos comenzaron a soltar el aura dorada que representaba el poder que la chica tenía.

Zeus supo lo que la semidiosa planeaba hacer, al menos parte de, y soltó una risa sarcástica: —¿Crees que puedes vencerme, niña? Si yo quisiera tú ya estarías muerta. No juegues con fuego.

Los tres amigos de la hija de Apolo sintieron un escalofrío recorrer todo su cuerpo al ver la sonrisa macabra que se posaba en el rostro de la niña.

—Pero yo siempre amé jugar con fuego —provocó. Segundos después su sonrisa se esfumó y su cara cambió a una de furia total.

La hija de Atenea arrastró a sus dos amigos unos pasos hacia atrás al ver como los ojos de su amiga cambiaban en cuestión de milisegundos, de verde a dorado.

—¿Qué sucede? —murmuró el rubio para que solo sus amigos lograran escucharlo.

—Está perdiendo el control —respondió la de trenzas con un deje de temor en su voz.

Zeus solo la miraba con una sonrisa llena de arrogancia, cosa que solo hizo que Ivy cerrara con fuerza sus puños y su poder se intensificara, apoderándose de ella por completo.

—Tú mataste a mi madre solo por los celos que tienes de tu hijo. Ésta es mi venganza.

Ivy no estaba interesada en derrocar al Olimpo entero, por eso se negó a la propuesta de Cronos, ella quería vengarse de Zeus, solo de él.

Los niños se sorprendieron ante la información dada. ¿Zeus había matado a la madre de Ivy? ¿Cómo era posible que ella lo supiera? La respuesta era simple: Hades. El Dios le dio la respuesta a Ivy sin pedir nada a cambio, lo había hecho por el cariño que le tenía a la niña.

La sonrisa del Dios se esfumó, ahora haciendo presencia en el rostro de la semidiosa al ver que estaba logrando su cometido: enfadar al Dios.

—El precio de tu codicia será verme triunfar —la pelirroja comenzó a dar pasos muy lentos hacia donde el Dios estaba parado moviendo sus manos para jugar con su poder, pero frenó luego de un par. —Pensaste que te saldrías con la tuya, pero yo soy más inteligente —el aura dorada comenzó a moverse hacia Zeus, quien tenía un deje muy pequeño de temor en su rostro. —Si me escuchas atentamente verás el error que has cometido.

El poder de Ivy llegó hasta Zeus en un movimiento rápido, envolviendo su cuerpo, obligándolo a arrodillarse.  Todos se sorprendieron al ver como Ivy lograba ahorcar al Dios sin la necesidad de moverse de su lugar.

—Ruégame piedad, admite que eres tóxico, me hiciste sufrir solo por celos hacia mi padre. Ahora yo soy la violencia, yo soy tu ruina. No aceptaré tu silencio, ¡pídeme perdón! Porque créeme que yo sé que hay maneras de matar un Dios sin la necesidad de ser uno. Ahora habla —dejó a Zeus respirar, pero sus ojos nunca dejaron el color dorado ni sus manos de controlar su poder.

Era obvio que el Dios no iba a pedir perdón, era demasiado narcisista y egoísta como para hacerlo, Ivy solo quería verlo sumirse en su propia miseria, quería verlo débil. No tenía ninguna intención de matarlo, no estaba interesada en hacerlo, pero no iba a parar hasta tener una razón para hacerlo.

Golden // Percy Jackson seriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora