Segunda oportunidad

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Hyungwon había sido un cabrón desde el primer momento que estuvieron juntos, pero él era un idiota por aceptarlo de nuevo en su vida, aun si estaban en etapa de prueba

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Hyungwon había sido un cabrón desde el primer momento que estuvieron juntos, pero él era un idiota por aceptarlo de nuevo en su vida, aun si estaban en etapa de prueba. Hyungwon era egocéntrico, egoísta, manipulador y no aceptaba la responsabilidad de sus actos. ¿Por qué demonios lo amaba? Su corazón no terminaba de sanar y sin embargo, estaba considerando la idea ceder a sus impulsos y los del alto. ¿Cómo podía confiar?

Una relación sin compromiso.

¿Acaso no había aprendido nada? Hyungwon no era de fiar, con unas cuantas palabras podía destruirlo y quizás, esta vez no podría volver a levantarse.

Pero Hyungwon era a quién amaba.

El hombre era condenadamente sexy y muy atractivo, demasiado para su gusto. De pies a cabeza, Hoseok quería besarlo. El solo recordar la mirada penetrante del menor ya le causaba una erección y muy difícilmente conseguía controlarse. Cuando salió de su casa pensó en la posibilidad de hacerlo sufrir un poco, conocía su atractivo y lo irresistible que era para Hyungwon. Jamás pensó que seducir a Hyungwon lo provocara al grado de usar las duchas para ocultarse.

Hoseok se puso bajo el chorro de agua fría y suspiró deslizando su mano por su vientre hasta su ingle, cerró su mano alrededor de su pene y aspiró aire con fuerza. Su cuerpo ardía, pero aun así fue atacado por escalofríos que lo recorrieron por completo mientras el aire abandonó su pecho. Dolía. Su cuerpo lo necesitaba, anhelaba volver a probar la dulzura que era la piel de Hyungwon. Necesitaba besarlo.

Tiró de su erección dos veces e incrementó la presión sobre el glande. A su mente no le fue difícil traer de vuelta la voz ronca de Hyungwon y mucho menos sus gemidos.

—Mierda —siseó acelerando los movimientos de su mano. No importaba cuánto lo estaba disfrutando, Hyungwon estaba afuera esperando por él—. Jodete, Hyungwon.

Hoseok gimió golpeando la pared con su otra mano, la que no estaba imitando la presión de entrar en Hyungwon. ¿Por qué no podía olvidarse de él? ¿Por qué no podía deshacerse de ese doloroso amor?

"Porque le perteneces"

Pero Hoseok no era un objeto. Él mismo se lo repetía cada vez que Hyungwon decía o daba entender que así era. Solo quería ser amado, que por una vez en su vida sus sentimientos fueran correspondidos. Ya no quería pelear. Necesitaba empezar a vivir.

Con su pulgar esparciendo el pre semen sobre el glande murmuró el nombre del dueño de sus pensamientos. Mordió su labio inferior y se apresuró a llegar al clímax. Cuando lo hizo, gritó el nombre de Hyungwon, con la voz ronca y destrozada por el placer. Hoseok cayó de rodillas sudando como si hubiera estado por horas en una sauna y no debajo del chorro de agua fría.

Viendo el agua correr junto a su venida aceptó haber perdido. Perdió cuando vio fijamente los ojos color chocolate y cuando probó los labios gruesos con sabor a vino tinto caro y melocotón.

Love or Sin?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora