Capitulo XVII

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La peliblanca regresaba de camino a casa, no esperaba ponerse de tan mal humor por no comer en horas, aunque si, esa era su peor característica si se podía llamar así.

— Debería avisar a Oyakata-Sama. . . — Dijo mirando el pedazo de máscara que tenía en sus manos — Creo que ya es momento de cambiar el traje. . . Susuki-san. . .

La joven llegaba de mañana a su hogar, donde quiso dormir algo pero su hambre era mayor. Por lo que se dirigió a un lugar para poder comer. Pidió su almuerzo y se fue de allí con el bento en mano. Se fue a casa para degustar su comida.

— No pensé que un poco de carne cocinada sabría tan bien. . . — Dijo al terminar y tomar té — La comida realmente es lo mejor de la vida. . .

Recordó un poco porque valoraba tanto la comida, y su rostro volvió a ser el mismo, sin expresión y tranquilo, al igual que su aura, pacífica y calmada.

Ellos lo merecían. . . ¿Verdad? — Pensó con algo de duda, para luego acomodarse en su futon y cerrar los ojos. — No lo sé. . . Se supone que yo quiero hacer un mundo de armonía. . .

La joven se quedó dormida al instante, su misión fue realmente agotadora, sobre todo las horas que tuvo que correr para llegar hasta el pueblo. Horas después se levantó, aún seguía siendo de día por lo que se dispuso a salir un rato de su hogar.

— Tal vez vaya a cambiar mi uniforme. . . — Se dijo mientras se amarraba el cabello — Si, creo que es lo mejor.

La joven salió de su hogar en dirección al lugar de confección de uniformes de cazadores, aún no sabe que diseño pedirá, puede ser como el de todos, o como el de Tokitō Mūichiro, o tal vez como el de Obānai, con las medias un poco más arriba.

— Menos el de Kanrōji-san. . . — Se dijo imaginando el uniforme — Vaya. . . A ella si le queda bien.

— ¡Caw, ____-san! — Exclamó el ave posandose en su hombro — ¿A dónde se dirige?

— Oh, Shiro, a cambiar mi uniforme — Dijo señalando su ropa — No es lo mejor si quiero cuidarla.

— ¡Tiene razón! — Dijo el cuervo aleteando — ¡Además no recibirá ningún rasguño caw!

— Seguro — Dijo la muchacha llegando al lugar de confección — Bueno, acompáñame.

— ¡Caw, si! — Dijo el ave

La peliblanca ingresó al lugar, donde fue recibida por algunos muchachos con el uniforme de kakushi, que la guiaron al lugar donde estaba el que realizaba todos los trajes.

— ¡Hikōmi-sama! — Exclamó el encargado — ¡Es un honor que este aquí!

— Buenas tardes — Saludó la muchacha haciendo una reverencia — Vine porque necesito un nuevo uniforme. ¿Podría hacerme uno?

— ¡Claro, por supuesto! — Chilló el varón poniéndose en marcha — ¡En unos minutos le entregaré su traje, si desea puede esperar!

— Claro, estaré aquí cerca. — Dijo está sentándose afuera en el patio, respiró hondo — Ojalá no demore mucho. . .

Los minutos pasaban y la muchacha seguía esperando mientras veía el cielo, este estaba despejado y con sol en su punto más alto. Hasta que en la entrada se pudo visualizar una pequeña silueta acercandose a ella.

— ¿Hikōmi-san. . .? — Preguntó Kochō Shinōbu — ¿Que haces aquí?

— Kochō-san. . . — Dijo está un poco extrañada — Vine a buscar un nuevo uniforme

— Oh, yo vine a que arreglaran el mío — Dijo señalando su uniforme el cual tenía un gran rasguño en su brazo — O tal vez a que me den otro.

— Ya veo — Dijo esta asintiendo — Seguro lo arreglan enseguida.

•[Gélido]• || «Giyūū Tomiōka Y Tú»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora