Capítulo XXI

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Los pilares seguían hablando sobre la apariencia de la peliblanca mientras ____ solo escuchaba, no era algo que le importara. Todos hicieron silencio al oír a las pequeñas hijas del patrón ingresar al lugar.

— El patrón de la mansión, está aquí — Dijeron ambas al unísono mientras el pelinegro ingresaba lentamente — Buenos días hijos míos. Me alegró que estén todos reunidos.

— Buenos días Oyakata-Sama — Saludó la más pequeña sonriendo — Espero goce de buena salud, rezamos todos los días por usted y su familia.

— Gracias por tu preocupación Shinōbu — Dijo el varón de forma tranquila — Bueno, seguro se preguntan porque realizamos una reunión poco tiempo después de la última. La respuesta es muy simple, dos de ustedes después de muchos años han conseguido enfrentarse a una luna superior.

Ante las palabras del pelinegro todos se sorprendieron, se miraban entre ellos sin saber que decir, pero ninguno de ellos había visto por lo menos una pista de las lunas.

— ¿Pero como es eso posible? — Preguntó el peliplata sorprendido — Ninguno de nosotros a enfrentado a una luna ¿Quien a sido?

— Giyū, ____ — Llamó el patrón a los muchachos que curiosamente estaban juntos algo alejados de los demás. Los otros pilares se sorprendieron al escucharlo — ¿Podrían describir como fue su encuentro?

La peliplata agachó un poco el rostro manteniendo su rostro neutral, mientras que Tomiōka la miró de reojo para luego comenzar a hablar.

— Fue al sur de aquí, recibimos el mensaje de los cuervos Kasugai avisando sobre un demonio que comía solo mujeres — Explicó de forma breve, ganandose la mirada de desprecio de Igūro y Shinazūgawa — Nos enfrentamos a él pero no logramos decapitarlo.

— ¿Cómo que no lo hicieron? — Pregunto el pilar del viento mirandolos con enojo — ¡Dejaron escapar a una luna!

— Su técnica era de hielo y poco a poco nuestros pulmones se congelaban, no podíamos usar nuestras respiraciones — Explicó la chica sin dejar de ver el suelo — No logramos cortarle la cabeza, se fue antes de que amaneciera.

— ¡Eso no lo- — El de las cicatrices fue interrumpido al ver cómo el patrón ponía un dedo en señal de silencio

— Lo importante es que tenemos una pista de Muzan, después de muchos años, al fin un cazador se encuentra a una luna superior — Dijo el pelinegro — Debemos tener cuidado.

— Lo sabemos patrón — Afirmó el mayor de todos — ¿Que haremos ahora?

— Debemos garantizar la seguridad de las personas, por el momento sigan ayudando a los aldeanos porfavor — Pidió este sonriendo — Ayuden a aquellos que lo necesitan.

— ¡Hai! — Exclamaron todos al unisono.

— ¡Caw, caw, lamento interrumpir Oyakata-Sama! — Exclamó un cuervo de pañuelo celeste — ¡Hikōmi-san, misión al norte!

— Con su permiso Oyakata-Sama — Dijo la joven agachando un poco su cabeza como despedida — Vamos Shiro.

Bajo la vista se todos los demás pilares la joven desapareció (así como desapareció Tomioka cuando hablo con Tānjiro). Después de eso, otros cuervos llegaron para dar aviso a sus dueños sobre misiones, concluyendo así la reunión.

Por casualidades de la vida a la muchacha le tocó una misión cerca del monte Sagiri, y por lo menos debía quedarse allí por unos días.

(•••)

La peliplata ya había llegado al lugar que le indicó el cuervo, estaban al pie de una montaña donde había un pueblito, no parecía llamativo y pasaba desapercibido de todos pues estaba algo escondido de la vista de otros.

•[Gélido]• || «Giyūū Tomiōka Y Tú»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora