Shuhua y Miyeon, rivales de fútbol, no pueden pasar ni cinco minutos sin discutir.
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Adaptación.
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Todos los derechos al autor original that_one_urchin
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La nueva afición de Shuhua es ligeramente preocupante.
Técnicamente, no es una afición nueva. Shuhua ha estado pintando y dibujando desde hace lo que parece una eternidad, así que ese aspecto no es nuevo, pero lo nuevo es a quién ha empezado a dibujar. Culpa completamente a Yushi por esto. Es completamente su culpa, realmente. El primer dibujo que hizo de Miyeon fue a petición suya. Hacerlo había despertado una especie de extraña necesidad insaciable dentro de ella, dejándola prácticamente incapaz de hacer cualquier cosa fuera de dibujar a Miyeon y, luego, dibujar a Miyeon de nuevo. Solo hizo una pausa brevemente para devorar la cena con sus padres, rápidamente, antes de regresar a su habitación para comenzar el dibujo número cuatro. Luego, el dibujo número cinco...
Se sentía casi como si nunca más fuera a experimentar el bloqueo del artista. Era maravilloso y bastante horrible al mismo tiempo, porque su escritorio ahora está decorado con páginas y páginas de una chica a la que afirma no gustar mucho.
Todo es un poco vergonzoso.
Shuhua se toma un momento para admirar su trabajo y darle un descanso a su mano adolorida, agitándola hasta que la rigidez afloja un poco.
Una página muestra el dibujo original, hecho en crayón, y probablemente sea el menos detallado. Otra muestra solo las manos de Miyeon, dedos largos y delgados aferrados alrededor de un balón de fútbol. Hay una de ella con la chaqueta de Shuhua y otra que es un primer plano de su rostro, para que Shuhua pueda captar los detalles de sus rasgos: los mechones de bebé que a menudo se escapan de su cola de caballo durante el entrenamiento, los redondeados pómulos de sus mejillas y los expresivos y llenos labios de los que Miyeon siempre parece estar haciendo pucheros. Shuhua mira la última por un poco más de tiempo que las otras, recordando a Miyeon inclinándose hacia ella bajo la tenue luz del vestuario, recordando respiraciones pesadas y manos errantes.
Shuhua aparta la mirada apresuradamente, extrañamente sonrojada por el recuerdo.
Bien. Esto es muy vergonzoso. Completamente y totalmente humillante, si es honesta.
Shuhua es una acosadora.
Esto es culpa de Yushi. De alguna manera, también es culpa de Miyeon. Shuhua no ha descubierto la lógica detrás de ello, pero es culpa de todos menos de ella.
Shuhua guarda cuidadosamente los dibujos en el cajón superior de su escritorio, donde ya no pueden robarle la atención. Medio se preocupa de que cobren vida durante la noche y quemen agujeros en la madera para escapar, pero otro parpadeo le recuerda que esa idea es ridícula y probablemente el resultado de la falta de sueño.
Dormir.
Claro. Eso es algo que necesita hacer. Shuhua casi lo había olvidado.
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El aire es frío y húmedo mientras se dirigen al campo para el entrenamiento al día siguiente, el cielo gris sugiere que lloverá en algún momento de esta semana.
