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Los integrantes del hotel estaban encantados, el rey se dio la libertad de hacer las tareas que tanto tiempo llevaban sin atender, y el día paso lentamente para Lucifer, termino exhausto, se había arrepentido, se sentía sucio, sudoroso y lleno de tierra infernal.

Lo primero que hizo al llegar a su habitación fue ir al baño y empezar a quitarse la ropa para bañarse, suspirando cansado necesitaba urgentemente un baño. Se metió a la ducha ya sin ninguna prenda y procedió a bañarse...

Minutos después el rey salió de la ducha y luego del baño con una toalla al rededor de la cintura, estaba solo, no le daba para nada de vergüenza estar en ese estado, se seco y vistió rápidamente, el sueño llegaba a él demasiado pronto, tenían hambre pero quería dormir, bostezó cansado para luego salir de su habitación ya más tranquilo y relajado por el baño.

En el camino se cruzó a Alastor, quien se notaba molesto, su ceño fruncido lo delataba está vez.

-¡Su majestad! Lo estaba buscando, quería que usted-

El demonio fue interrumpido por una risa sarcástica y burlona de Lucifer, algo que extrañó a Alastor, pero Lucifer lo tenía en claro.

-Silencio venadito, dime qué quieres y luego lárgate.

La actitud algo más egocéntrica del rey había puesto furioso al demonio de la radio, el cual se mostró ofendido por el apodo y la manera en que lo mandó, una manera distinta, tendría que acostumbrarse.

-En primera, no me llame venadito, en segunda, ¿Quién se cree para hablarme de ese modo?

Dijo Alastor olvidando su papel por unos momentos, tenía que decir que era un manipulador por naturaleza y pocas veces había tratado directamente con personas con más poder que él, por lo que su egocentrismo era alto

-El puto rey del infierno

Dijo Lucifer aumentando su tono de voz para luego seguir con su camino, pensaba en cocinar Hot cakes para todos y había ignorado a al demonio de la radio, el cual había bajado sus orejas de venado y su rostro estaba algo rojo de la furia y ligera vergüenza, para luego tranquilizarse y poder seguir con su camino, aunque aún sentía un cosquilleo en sus mejillas por la humillación y sus orejas seguían bajas, era algo que le incomodaba, verse tan vulnerable, pero alguien lo había puesto en su lugar.

El ángel caído prosiguió su camino más tranquilamente, nuevamente algo tranquilo y caminando con gracia, su bastón en mano y su mirada algo seria pero con un toque de egocentrismo por el suceso anterior. Seguía su camino sin preocupaciones y su mente enfocada en solo lo que sus ojos podrían ver, tenía en mente cosas sin importancia, hasta que recordó una de sus responsabilidades.

Había sido consultado en el cielo para una reunión, o una excusa para darle tareas al rey del infierno, siempre le daban tareas absurdas o peligrosas para librarse de esos cargos, principalmente era la idea de Adán, el primer humano.

Se distrajo y lastimosamente chocó con alguien, quedándose quieto en su sitio, sin embargo, hizo al otro demonio caer, al sentir el impacto reaccionó y miro a Vaggie, la novia de su hija en el suelo apenas procesando lo que había sucedido, rápidamente la ayudo a ponerse de pie, ella se levantó y miro a su realmente suegro.

-Lamento el inconveniente, y si puedo cuestionar. ¿Le sucede algo señor?

Cuestionó Vaggie con una voz algo insegura al mirar la expresión de Lucifer, quien seguía con una expresión seria y pensativa, aún estando perdido en sus pensamientos.

-No tienes disculparte querida, y respondiendo tu pregunta, solo tengo unas cosas que hacer ¿Podrías avisarle a Charlie que no estaré un rato?

Dijo el rey del infierno, mirando por un segundo el aro de Vaggie, aún no podía procesar de que la novia de su hija era un ángel caído, alguien como él.

-Por supuesto señor.

-Llamame suegro si deseas, o como quieras, solo no me digas señor.

Dijo el rey sin volver a mirar a Vaggie, tenía un presentimiento de que algo le molestaría o le pondría del humor que tenía ahora...

Por otro lado, el demonio de la radio estaba en el bar de Husk, no estaba tomando algo fuerte, solo era para relajar su mente estresada, el cantinero allí miraba con seriedad al demonio, perdido en sus pensamientos y solo teniendo el trago suave en la mano como adorno.

-Señor ¿Su plan funciona? Por lo que veo no

Dijo el cantinero con interés mientras el mismo se tomaba unos cuantos tragos de un licor más fuerte, sin quitarle la mirada a Alastor ya que aún en su interior corazón helado, se preocupaba por él, algo que ni el se podía creer.

-Matarlo no es buena idea, costará más tiempo del que tengo, ¿Tengo otra vía?

-Yo se lo mencioné señor, él es mucho más poderoso que usted aunque no quiera aceptarlo.

Menciono el cantinero mientras limpiaba algunos vasos de tragos y tomaba avaros tragos de un Whisky fuerte.

-¿Qué puedo hacer? Manipularlo en este punto no funciona, me odia y no me hará caso.

-Señor, le propongo una idea, ¿Y si le hace creer que lo ama? Hay que admitir que tiene un corazón de pollo, caerá fácilmente.

El demonio de la radio estaba a punto de rechistar, pero realmente le pareció una idea servible, tendría que humillarse, pero le quedaba muy poco tiempo y si se acaba, estaría en aprietos, tendría que ser discreto, ya que un amor tan repentino podría ser fácil de notar y bastante arriesgado.

Alastor seguía sonriente, sus orejas moviéndose ligeramente pensativo, Husk miraba a su "dueño" con una leve sonrisa, tendría que apoyarlo en todo, y mientras su amo estaba ocupado, podría hacer lo que él desee.

Esto será difícil

La mente del rey y la mente del demonio de la radio pensaron lo mismo, por claros distintos motivos, pero igualmente, ambos tenían responsabilidades y ocupación.

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Hola espectadores, todo tienen sus motivos, y no creo alargar esto infinitamente, la idea es sencilla, pero trato de narrarla, un disculpa por los capítulos cortos.

Atte: IamYeray, su estimada escritora.

Pecadores. -Radioapple-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora