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El demonio de la radio dudaba de su inteligencia en ese momento, se había sentado un momento en la cama para poder tomar algo de allí y había sido jalado y atrapado por el rey del infierno que no lo soltaría por nada del mundo, estaba agarrado por la cintura y la cabeza del rey estaba en su regazo, era tan jodidamente incómodo para su vista y lo hacía sentir tan jodidamente vulnerable y patético al no poderse librar ni de un simple agarré.

Ya había intentado todas las formas de irse, pero nada le funcionaba, así que algo frustrado, decidió despertarlo.

-Disculpe, señor, despierte

Dijo el demonio de la radio generando más estática en su voz mientras movía de un lado la otro al rey, el cual solo se quejó, lo soltó y se dio la vuelta.

El demonio de la radio de sintió totalmente estúpido, unas palabras, unos ruidos y ya era libre, se levantó y acomodó sus prendas correctamente, mirando al rey allí ahora de espaldas, admiró cada parte de su cuerpo, lo veía con detenimiento, aún se preguntaba cómo el rey del infierno podría ser tan enano y de una figura envidiable, aunque tenía lógica, en el cielo, era el ángel más bello de todo el sitio, y pareció que su belleza permaneció en su forma demoníaca.

Se había perdido tanto en sus pensamientos, ¿Como carajos había estado analizando la belleza del rey? Era algo que no podía negar, y eso lo sabía, pero decidió convencer a su mente que solo estaba diciendo verdades, pero nunca lo vería así.

El demonio de la radio dejo de lado ese tema y prosiguió con lo que realmente quería hacer ahora, decidió ser lo más sigiloso posible y buscar pistas que le ayudarán en su plan, algunas debilidades, gustos, lo que sea que le haga caer ante los pies del overload.

Busco entre muebles y en un armario desorganizado encontró una libreta, decía 'NOTAS', pero igualmente tuvo curiosidad, la tomó y la abrió, sentándose en el suelo sigilosamente. Parecía una libreta común de notas, hasta que unas páginas después se mostró su verdadero objetivo, el cual le hizo soltar una ligera risa sarcástica, la letra del rey escribía como un diario, algo que se le hizo gracioso al venado ¿De verdad era tan jodidamente infantil el rey?

Leyó las páginas del libro, encontrándose con escritos desde hace muchos años, veía sus gustos, cualidades, debilidades, y su día a día. Memorizó los datos allí de cosas más importantes y pequeñísimos detalles de un renglón, necesitaba de todo.

Después de leer eso tuvo una idea, en sus escritos mencionaba todo lo que le gustaba de Lilith, su anterior esposa, aunque se iba deteriorando, le servían los aspectos que describía. En un resumen rápido, al rey le gustaba ser dominado, algo que realmente no sabía que pensar, pues su apariencia lo decía pero su comportamiento no.

Alastor se sentía tan patético leyendo un diario tan estúpido a su parecer, hasta que momentos más íntimos aparecieron, se veían páginas algo deterioradas por la humedad de lágrimas alguna vez existiendo allí, claramente aparecía eso en páginas dónde el rey se expresaba más tristemente, y habían otras páginas en las cuales, pues... El rey tomaba más confianza y escribía todo lo que su mente, en esos momentos más sucia, imaginaba, fantasías sexuales en si.

El demonio de la radio cerro la libreta al terminar de leer la primera página de varias de ese tipo, chasqueó los dedos e hizo desaparecer el libro en sus manos, lo guardaría para luego, esa libreta había sido utilizada para demasiado. Alastor miro a su alrededor, miro al rey tumbado en la cama durmiendo plácidamente, aún no podía imaginar cómo el rey, que en ese momento se veía tan tierno y vulnerable, pudo haber escrito y descrito cosas tan sucias y tristes como el hecho de ser dominado, cosas ligeramente masoquistas y describiendo perfectamente su depresión después de abandono. El rey tenía gustos extravagantes, que lastimosamente, Alastor tendría que cumplir para poder seguir con su plan.

El tan solo hecho de pensar que tendría que cumplir con todas las fantasías y deseos de todo tipo del rey, le hizo tener un escalofrío, aunque, tenía que admitir que si le gustaría tener al rey tan vulnerable para si solo, su egocentrismo le decía e indicaba que me gustaba mucho sentirse superior, y como al rey, en pocas palabras, podía decir que le gustaba ser sumiso, sería la combinación perfecta.

Los pensamientos de el demonio de la radio fueron interrumpidos por si mismo, deteniendo sus pensamientos al proceder lo que su mente le decía y pensaba, bajo la orejas y frunció el ceño en vergüenza, no sabía cómo había estado imaginando eso. Se levantó del suelo y de sacudió ligeramente su vestimenta eliminando restos de polvo o suciedad, se enderezó y camino hasta el marco de la puerta, mirando hacia atrás una última vez, adorando y deseando al rey, antes de seguir con su misterioso camino.

Pasaron las horas y el ángel caído iba despertando, abrió poco a poco sus ojos y los frotó ligeramente, estirándose y poniéndose boca arriba en la cama sin querer despertar, abrió los ojos y miro al rededor de su habitación, lo que podía mirar, algunos patos por allí, otros por allá, y eso al menos lo mantenía cómodo. Se sentó en la cama poco a poco saliendo de la cama, pateando algunos patos de goma para poder caminar a gusto, quería botar a la basura algunos, pero nunca los destruiría aunque fueran un fracaso total...

Se arregló con sus típicas ropas características, tomando su bastón y salió de su habitación, paseando por el gran "hogar" que tenía, aunque no se sentía nada cómodo allí, ni siquiera era digno lugar de llamar "hogar" a su parecer, algo distraído de sus pensamientos que se habían vuelto melancólicos, salió de esa estructura grande y dio un paso afuera de casa, procesó lo que sus ojos veían, un terrible infierno, lleno de gente en caos, sin ninguna regla y haciendo lo que desean, este solo rodó los ojos con frustración y decidió volar, saco sus alas, sus alas que le traían tantos malos recuerdos, aunque aún así le servían, y se marchó, en camino al hotel, y que se había olvidado por completo que había "desaparecido" del hotel, y había dejado a todos sin alguna explicación.

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Buenos días, tardes o noches, los dejo con un nuevo capítulo, no tengo nada que decir por hoy.

Atte: IamYeray, su estimado escritor

Pecadores. -Radioapple-Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt