CAPÍTULO EXTRA 💜

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SAVANNAH


He pasado toda mi vida bajo la sombra de mi padre, nunca se me ha permitido tener amigos, nunca he tenido la oportunidad de vivir mi vida por mi cuenta, siempre ha sido, cumplir las órdenes de mi padre.

Quise revelarme, me escapé de casa unas cuantas veces cuando iba al instituto, pero no resultó para nada bien, gracias a mis huidas repentinas y que comencé a salir con algunos compañeros, ahora estoy en serio problemas, ahora más que nunca debo cumplir las exigencias de mi padre.

Me observo en el espejo, me quito la bata y me entran unas ganas de llorar, paso mis manos por mi abultado vientre y me tiemblan las manos. Hace un mes que me enteré de mi embarazo, por alguna razón, no había notado la ausencia de mi periodo, solo estaba pensando en divertirme ahora que mi padre estaba de viaje, pero él se dio cuenta que me estuve escapando y me llevo con el médico para hacerme exámenes.

El test de embarazo dio positivo a la primera, mi padre no dijo nada en el momento, pero una vez que estuvimos en casa, el primer bofetón me dejó descolócala, y el segundo me hizo lagrimear por el ardor latente en mi mejilla.

Cuando me lanzo el primer puñetazo en el estómago, me asusté demasiado, solo podía pensar en el pequeño ser había ahí dentro y en la manera de protegerlo o protegerla.

Siempre resistís a los golpes que me daba m, pero esa vez, luché, intente detener su ataque, intente huir a pesar de su fuerza descomunal y él solamente se rio por mi esfuerzo, pero se detuvo.

—Bien —dice con una enorme sonrisa —vas a tenerlo —se alisa el cabello y acomoda su traje. —averiguaré quién fue al cabrón y me encargare de destruirlo.

—No... no puedes —otro bofetón me hace cerrar la boca.

Para el momento en que Duncan se decidió a buscarlo, él ya se había ido y no pudo averiguar nada sobre el padre de Hanna.

Es una bebé muy hermosa la que tengo en mis brazos, Hanna tiene dos meses ya, sus cabello castaño y su piel morena me recuerdan a su padre, aunque sus ojos sean como los míos, se parece mucho a su papá.

Hace unas semanas logré enviarle una carta al ejército, no estoy segura de si la recibirá o si Duncan no la interceptó, pero al menos quiero que sepa sobre su hija. Quizás no ame a este hombre, pero me dio las mejores aventuras, durante tres meses me hizo sentir libre y que podía comerme el mundo si así lo deseaba, pero Duncan volvió y él se fue.

—Pero mira como ha crecido tu seguro de vida —dice viendo a Hanna —sacaremos algo de provecho —la pego contra mi pecho para que no siga viéndola, me da asco cuando se acerca a ella.

—No vas a sacar provecho con ella —puedo ver como su semblante cambia al contradecirlo —haré lo que quieras —le aseguro —pero no le hagas nada a mi hija.

—Eso me gusta —dice con su asquerosa sonrisa —que estes dispuesta a lo que sea, por eso te permití tenerla, ese pequeño bulto de carne será tu perdición.

Quiero gritar, quiero golpearlo como él lo hace conmigo por referirse a mi hija de ese modo. Quiero matarlo cuando logra lo que quiere, cuando me doblega como lo hacía con mi madre, solo que ella no resistió más y un día mientras almorzábamos, le quito el arma a uno de los hombres de Duncan y se quitó la vida. Yo devolví mi comida al instante y él solamente pidió que limpiaran el desastre.

Yo no seré como ella, no voy a abandonar a mi hija para que ella sea quien sufra a manos de mi padre, yo pienso protegerla aunque mi vida dependa de ello. Aunque para entonces, no sabía que serían cuatro a las que debía proteger y por las cuales ser fuerte.

NémesisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora