CAPITULO 7

34 9 0
                                    

Jacobo

Se nota que Piero no me quiere aquí, pero no me importa en lo más mínimo ya que vine en este lugar solamente por Chiara siento la mirada de la hermana mayor y su esposo, ruedo los ojos.

— ¿Desde cuando tienes novio? — pregunta Tatiana a mi mujer quien traga saliva.

— Solo unos días — contesto adelantándome a Chiara.

— Me alegro que mis hijas tengan a alguien y no esté solas en otra ciudad que no conoce, Jacobo. Muchas gracias por cuidar de Chiara — dice mi suegra y solo me limito a asentir con la cabeza varias veces.

— Protegeré a Chiara con mi vida, señora Russo — prometo a la madre de mi novia, observo a mi mujer que está hablando con su hermana menor.

Ella es perfecta.

— ¿Qué haces aquí, Dauphin? — pregunta Piero, observo por encima de mis hombros e ignoro su presencia.

— Contesta esta pregunta ¿Qué haces aquí? ¿Qué pretendes con todo esto? — interroga.

— No pretendo nada, Piero. Me gusta, Chiara y por ella estoy aquí. No es asunto tuyo — digo irritado por la situación, él se queda asombrado por mi respuesta y se queda callado.

— No sé en que estás pensando, pero estoy siendo sincero con todos ustedes. Me gusta Chiara y quiero conquistarla. Dile a tu mujer que deje de hacerle sentir mal a la mía, que también se acuerde que está casada con un mafioso. Ustedes dos siempre hacen sentir mal a Chiara y no es justo, los dos nos estamos conociendo, los dos queremos las dos cosas y somos adultos así que dejen de molestar o intervenir — expreso con seriedad y escucho que suspira frustrado porque sabe que es cierto lo que estoy diciendo.

— Tatiana solo quiere lo mejor para sus hermanas menores y lo sabes — dice y ruedo los ojos.

— Ella no tiene porque hablar por las otras, las dos menores tienen boca y sentimientos. Tienen derechos a hacer su vida y enamorarse de alguien — comento sin mirarlo, me encamino hasta donde se encuentra mi mujer, me percato que está llorando y hago una mueca.

¿Hice bien en traerla aquí?

— ¿Qué sucede, cariño? — pregunto con un tono suave mientras me acerco a ella y acaricio su mejilla mientras que escaneo su cuerpo para ver si no tiene alguna herida.

— Hablé con Tatiana, sobre ti ¿Sabes? siempre quiere cuestionar con quien tengo que salir o no, me cansé de que trate como una niña. Me quiero ir de aquí, Jacobo. Se que estoy huyendo de mis problemas, pero la verdad es que no quiero lidiar con nada ahora mismo – dice con tristeza.

¿Qué fue lo que pasó? No quiero preguntarle porque siento que no es mi obligación hacerlo, pero tengo la necesidad de preguntarle.

— Chiara — escucho que alguien llama a mi mujer, me doy la vuelta me encuentro con la mayor de los Russo, frunzo mi ceño y me voy la vuelta poniéndome frente a Chiara.

— ¿Qué le hiciste? ¿Por qué está llorando? — interrogo a la mujer con un tono brusco y ella hace una mueca mientras niega su cabeza varias veces.

— No he dicho nada o he hecho nada. Me canse de advertir que tu eres un hombre que no conviene a mi hermana así que no diré más nada, pero no apruebo esta relación de ninguna manera — dice Tatiana.

— No hace falta que la apruebas porque no eres mi papá o mamá. Eres mi hermana — dice con un tono entrecortado Chiara mientras seca sus lágrimas.

— No quiero estar mal este fin de semana así que me voy a mi casa — es lo único que dice Chiara antes de subir las escaleras para hacer sus maletas de nuevo.

— ¿Qué pretendes con mi hermana, Jacobo? — pregunta y ruedo los ojos.

Otra vez con esa pregunta. Que absurdo.

— Me gusta, Chiara y por ella estoy aquí — repito de nuevo mi respuesta y ella me observa asombrada por mi respuesta.

— ¿No pretendes hacerle daño? — pregunta y niego con la cabeza.

— A las mujeres no se les hace daño. Me gusta Chiara así que haré lo posible para conquistarla — confieso sin filtro y asiente con la cabeza callada luego en su rostro una sonrisa se hace presente.

— Espero que no le hagas daño o te partiré el pene — me amenaza y trago saliva.

Solo espero que esa amenaza no se cumpla.

Chiara

No quiero que Jacobo me vea como una persona débil, pero a veces me afecta que mi hermana diga cosas hirientes sobre mi relación con él. Yo se que es un mafioso, pero no me importa en lo absoluto ya que cuando estoy con él me hace sentir super bien.

Tengo que hacer que mi hermana le caiga bien Jacobo, pero ¿Cómo puedo hacer eso? Se quien me puede ayudar; Piero y mi mamá.

— Piero, necesito ayuda en algo — hablo mientras me aproximo a él.

— ¿Qué sucede? Algo me dice que no me gustará lo que me pedirás — pregunta.

— Necesito saber el motivo por el cual Tatiana no le cae bien Jacobo — digo y escucho que traga saliva.

¿Entonces hay algún pasado entre los tres y yo no supe nada?

— Nosotros solamente conocemos a Jacobo por su pasado y por los rumores que cuentan todos, no lo conocíamos en persona — explica mi cuñado y hago una mueca.

— ¿Y le están juzgando por unos rumores? — cuestiono en voz alta.

— Recuerda que los rumores son solo rumores ¿Te recuerdas de esa frase que se dice mucho? Los rumores falsos son creados por los envidiosos, difundidos por chismoso y creídos por idiotas, Piero — comento y baja la cabeza avergonzado.

— Creo que están juzgando mal a Jacobo, creo que tienen que conocerlo antes de hacerlo. Yo me voy, espero que mi hermana y tu sepan lo que hacen y que no se tarde para pedir perdón — expreso con dolor.

Se que Tatiana es mi familia y me quiere perder, pero debo confesar que realmente no conozco lo suficiente a mi hermana, me decepciona que haya juzgado sin conocer a Jacobo.

Me dirijo hasta mi habitación, saco mi maleta empiezo a empacar mi ropa, oigo que tocan la puerta de la pieza y suspiro e ignoro completamente, sigo haciendo mi tarea.

— Chiara abre la puerta — dice con seriedad mi hermana mayor y hago caso omiso cuando termino de empacar, agarro mi cartera junto con mis otras cosas, abro la puerta y observo a Tatiana quien me observa con arrepentimiento.

— ¿Dónde vas? — pregunta con temor, paso de ella y escucho sus pasos, bajo las escaleras y me voy hasta la salida.

— ¿Estas bien? — pregunta Jacobo y asiento con la cabeza.

— Si, vámonos. Ya me despedí de mi mamá y Luna — comento y afirma con la cabeza.

Por mi salud mental necesito despejar mi mente. 

Opuestos (#2 MM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora