Las travesuras de unos niños, pueden llegar a causar muchos problemas, como también cambiar por completo el destino.
El legado de la Casa Targaryen, afirmo que esto era cierto, cuando unos extraños sucesos azotaron su hogar y los hizo conocer...
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Palabras: 2040
Advertencias: Ninguna.
Comentarios míos: Solo unos capítulos más y la verdadera aventura comenzara...
Goosey, Inglaterra
Profesor Kirke's House
Cassie y Lucy corrieron hasta la entrada del armario. Ambas algo cansadas por el esfuerzo de correr sobre la nieve en la que sus pies se hundían. Sus piernas estaban húmedas a causa de la nieve que se pegaba a sus piernas cubiertas por pantis. Cassie quería algo abrigado porque sentía algo de frio.
Cuando llegaron al armario, no perdieron tiempo en entrar para poder reunirse con su familia. Ambas chiquillas querían contarle todo a sus hermanos de lo que habían vivido. Del Sr. Tumnus por parte de Lucy, y de Luke y Aemond por parte de Cassie. De sus diferentes vidas y que sus amigos eran príncipes de un reino llamado... ¿Cómo se llamaba? Cassie se sintió una tonta al no haberles preguntado el nombre del reino de sus nuevos ¿Amigos? Tampoco sabía si podía llamarlos de esa manera pues apenas compartieron unas cuantas horas.
Lucy tironeo su brazo para salir del armario, y cuando estaban por cruzar la puerta, Cassie escucho a Peter aun contando ¿Pero qué? ¡Estuvieron horas fuera de la casa del profesor! ¿Cómo es que las horas no habían pasado? Estaba por completo extrañada, buscando alguna respuesta al porqué de que el tiempo no hubiera pasado de la misma manera que lo hizo en el mágico lugar repleto de Nieve.
—Lucy, espera —murmuro, deteniendo a su hermana para que escuchara con atención. La voz de Peter les hizo saber que estaba en el número 75—. Peter aun cuenta, el tiempo al parecer no paso de la misma manera que dentro de... Ese lugar.
—Narnia —dijo Lucy, frunciendo el ceño al escuchar como su hermano se acercaba al número 100—. Pero ¿Por qué aún sigue contando si pasamos horas afuera? ¿No deberían de estar buscándonos?
Cassie se encogió de hombros sin comprender ni tener una respuesta del todo sincera. Todo era tan extraño que podía ser producto de su imaginación, pero la prueba estaba allí, en sus ropas húmedas por la nieve. Y la otra estaba a sus espaldas, en el ropero.
—Sera mejor guardarnos esto, Lu, ¿Y si ellos quieren entrar? ¡Este puede ser nuestro descubrimiento! —Chillo dando pequeños saltitos emocionados.
— ¡Si, solo nosotras podemos entrar! —Secundo Lucy, saltando a la par.
Entonces, Peter dejo de contar y ambas volvieron a esconderse. Pero esta vez no en el ropero, sino que, con algo de esfuerzo colocaron la gran sábana blanca que cubría el gran mueble y se metieron bajo esta. Como era grande la tela, alcanzaban justo a caer, y según lo visto por Cassie antes de meterse debajo, no se notaba que había alguien escondido allí.
