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—Oye, La Push, nena. ¿Quieres ir? –Fueron las primeras palabras que Lyra escuchó al llegar a la mesa que ya se le hacía habitual–.

— ¿Qué significa eso? –Preguntó Cygnus, con el ceño ligeramente fruncido en confusión–.

—La playa La Push, en la reservación Quileute. Iremos mañana. –Respondió Mike, acercando su silla a la de Lyra en un movimiento que, creyó, disimulado–.

Una sola mirada de parte de Cygnus bastó para que se alejara, y el mismo daba gracias a Dios de que su hermana ni siquiera se había dado cuenta de las intenciones del rubio.

—Tiene una oleada enorme. –Comentó Jessica–.

—Y yo no solo surfeo en internet. –Bromeó Eric, sacándole una pequeña risa silenciosa a Lyra–.

—Eric, te paraste solo una vez, y fue en una tabla de espuma. –Atacó Jessica–.

Lyra y su familia habían ido pocas veces a la playa, en parte por la alta sensibilidad de Lyra ante el sol, pues casi siempre cometía el error de olvidar repasar el protector solar cada dos horas.

—Podemos ver ballenas. –Agregó Angela–. Vengan con nosotros, están más que invitados, pueden invitar a alguien, si quieren.

Lyra y Cygnus intercambiaron una mirada.

—La Push, nena, es La Push. –Dijo Eric a modo de broma con un tono de voz que hizo que Lyra soltara otra risa–.

—Bien. –Dijeron los hermanos al unísono, mientras soltaban pequeñas risitas–.

—Iré si no lo vuelves a decir. –Aceptó también Bella–.

Lyra comenzaba a sentirse cada vez más cómoda en Forks, pero el miedo de que todo se deshiciera en sus manos nuevamente, también incrementaba.

Aún no podía ni siquiera entrar a las redes sociales sin que las manos le temblaran y el corazón se le acelerara, pero así como había superado el miedo a tan siquiera tener un teléfono en mano o escucharlo vibrar o sonar, también superaría eso; se tenía un poco de fe, al menos.

Cygnus era una pieza clave en su "recuperación". Él y Lyra siempre habían sido muy unidos y siempre se protegían mutuamente. Lyra lo había hecho durante toda su niñez cuando se metían con Cygnus por ser más introvertido que el resto y Cygnus lo hacía ahora, cuando la habían lastimado tanto.

Lyra se levantó de la mesa del comedor para ir a buscar su almuerzo, zigzagueó entre las personas y mesas y finalmente llegó al puesto para tomar la bandeja vacía y rellenarla.

De reojo, varios metros más alejados, la pelinegra vio a Edward y Bella hablando, haciéndola fruncir el ceño. Había visto a Bella tratar de hablar con Edward al día siguiente del accidente, y había obtenido el mismo resultado que ella: ser ignorada, ¿Y ahora Edward decidía hablarle como si nada nuevamente?

—Edward es un poco... especial. –Dijo una voz conocida a espaldas de Lyra–.

—Oh, ¿Qué tal Jass? –Lo saludó Lyra con una sonrisa–.

—Perfectamente, señorita. ¿Usted?

—Muy bien, gracias por preguntar. –Respondió la pelinegra, poniendo su plato principal en la bandeja: una pechuga de pollo con ensalada–.

Angela había dicho que podían invitar a alguien si así lo querían, ¿Qué tal sí...?

Lyra mordió el interior de su mejilla y miró dudosa al rubio antes de hablar.

—Mañana iremos a la playa con mi hermano y unos amigos, dijeron que podíamos invitar a alguien si quisiéramos, así que me preguntaba sí... –Inquirió la pelinegra–.

Love Story | Jasper HaleNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ