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La alarma en la habitación de Phillip y Sophia despertó a Lyra, quien aún se encontraba sorprendentemente calentita entre los brazos de Jasper.

Jasper ni siquiera se movió. Podía huir a tiempo si Cygnus o sus padres entraban a la habitación, y además, los oiría, por lo que no se preocupaba.

Lyra se removió ligeramente sobre la cama y no terminó por despertarse sino hasta que oyó los pasos de sus padres bajando por las escaleras. Jasper la liberó de su cómoda y calentita prisión de brazos, y Lyra se despatarró en la cama para desperezarse.

—Necesito un minuto humano. –Pidió la pelinegra, con voz ronca–.

—Los que quieras. –Dijo Jasper con una sonrisa–.

Lyra sonrió y bostezó una última vez antes de levantarse rápidamente e ir a su closet; tomó sus confiables vaqueros y una blusa color azul oscuro cualquiera. De todas formas, con la gigante cazadora de Jasper, no se vería lo que llevara puesto. Corrió rápidamente al baño, cruzando los dedos porque Cygnus no estuviera ocupándolo, y cuando, para su deleite, no lo estaba, entró y siguió su rutina de la mañana con normalidad: se duchó, cepilló sus dientes, se peinó, se puso cremas para la cara mientras se secaba el cabello y finalmente se vistió.

Al salir, se chocó con su hermano, quien iba igual de acelerado que ella. No obstante, se frenó en seco luego de poner un pie dentro del baño y se giró mecánicamente hacia ella.

— ¿Ese rubio está...? –Iba a preguntar Cygnus–.

¿Acaso tenía un radar para chicos metido en el trasero o qué?

— ¿Alice está...? –Contraatacó Lyra antes de que su hermano terminara la frase–.

Cygnus abrió los ojos y la miró retador, Lyra le devolvió la mirada con decisión y Cygnus solo cerró la puerta en su cara.

—Ante el primer sonido extraño que oiga, lo echo a patadas, no importa el momento. –Avisó Cygnus, seguido del ruido del correr del agua–.

Lyra enrojeció de pies a cabeza, y se hubiera puesto a discutir con su hermano en ese momento si no fuera porque había dos vampiros de oídos muy finos en la casa.

Cygnus estaba loco. A Lyra ni siquiera se le había pasado por la cabeza dar ese paso con Jasper aún. Apenas se habían dado su primer beso; ya tendrían tiempo para lo demás. Para peor, ¿la creía capaz de tener sexo con su novio estando él y sus padres en casa? ¿Más aún sabiendo que Alice también estaba allí? ¿Tan irrespetuosa se veía?

Lyra regresó a su habitación, encontrándose con Jasper sentado en la cama, esperando pacientemente por ella. Sabía que él había escuchado perfectamente a Cygnus, pero decidió ignorar ese detalle por su salud mental.

—Ahora es mi turno para tener un minuto humano mientras hablas con tus padres. –Dijo Jasper, saliendo de la cama en un rápido movimiento–.

Aquella familiar sensación de "calor en el corazón" volvió a aparecer cuando Jasper, antes de irse, dio media vuelta y dejó un casto beso en sus labios de Lyra.

¿Por qué tenía que ser tan lindo?

Lyra no tenía un prototipo ideal de chico que siguiera rigurosamente; simplemente le gustaban aquellos que fueran cariñosos y directos, pero no insensibles. Jasper, aunque pecaba un poco en lo último de vez en cuando, cumplía con sus requisitos y un poco más.

Cuando Jasper desapareció por el balcón, Lyra salió nuevamente de su habitación a paso rápido. Mientras bajaba las escaleras, escuchó los pasos de Cygnus a sus espaldas y, cuando lo tuvo lo suficientemente cerca, pudo percibir el aroma dulzón característico de los vampiros. Efectivamente, Alice también había pasado la noche con él.

Love Story | Jasper HaleOù les histoires vivent. Découvrez maintenant