Si a Hongjoong le hubieran dicho que cuidar de un bebé como lo era su pequeño wooyoung era facil. Perfectamente se estaria riendo en su cara.
Su pequeña masa de grasa, era el dolor de cabeza de ambos padres primerizos. Ahora, como seria cuidar a un...
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Era día de juegos en familia. La familia Kim siempre ordenaba su hogar los días domingos para invitar con cariño a la familia Jeong a su casa. Era simple, comenzaron con aquel horario cuando se habían dado cuenta de que sus pequeños monstruos se llevaban lo demasiado bien como para no molestarles al menos un día de la semana, y ese era el día favorito de Hongjoong y de yunho, quienes eran los que más sufrían las pequeñas travesuras de ambos pequeños.
Wooyoung apenas estaba por cumplir sus tres años, ya estaba en esa etapa donde comenzaba a ir solito al baño. Cuando el mismo tomaba su cuchara y comía sin ensuciarse o cuando jugaba por su cuenta, caminando de lado a lado con sus peluches o simplemente mirando fijamente la televisión con el canal que el mismo escogió. Por otro lado, el problema de yunho era mucho más complejo que solía ser Wooyoung con sus travesuras.
San, su pequeño niño que había cumplido 4 años hace unos meses, un torbellino, ciertamente nunca supo de donde sacaba tanta energía como para llegar a lados inexplicables. San era un niño en todo su esplendor, de los mocosos que solían hacer berrinches cuando no le hacían caso, aquellos que ensuciaban todo a su paso y que no dudaban en gritar a todo volumen cuando jugaba con sus muñecos de acción. Ese era el martirio para yunho, porque jongho solía trabajar bastante en las tardes y cuando llegaba, las energías de san estaban lo suficientemente bajas como para tolerar.
Así que luego de que un día habían decidido juntarse, se dieron cuenta que cuando ambos monstruos estaban juntos, todo era, besos, risitas infantiles, juegos de espías y bastantes peliculas que los dejaban dormidos a los 10 minutos.
Una paz para Hongjoong quien ya estaba sonriendo al pensar en su tranquilidad, siendo totalmente observado por Seongwha a lo lejos quien no entre sus manos, estaba pelando una pequeña pera bastante linda a decir verdad. A veces pensaba, que Wooyoung había sacado todo aquello de Hongjoong y es que por mucho que su esposo fuera alguien maduro para su edad, era...bastante desastroso de vez en cuando; Una vez más rodo su mirada al verle reír como idiota al techo, antes de bajar su mirada al sentir unas pequeñas manitas tironear de su pantalón. Una hermosa sonrisa creció al ver a su pequeño pucherear.
—Hola mi amor, ¿ya terminaste?
Dejo la fruta sobre el mesón, agachándose para tomar el pequeño cuerpecito de su bebé, tan pequeño pero gordito. Dejo un pequeño beso sobre su mejilla, ganándose unas risas aniñadas y un beso bastante baboso de vuelta; Wooyoung era un bebé meloso, bastante cariñoso cuando se trataba de sus padres o de sus abuelos, amaba que fuera así, era una personalidad tan linda que, sabía que su pequeño a un futuro no tendría problemas para hacer buenos compañeros.
Lentamente y con un suave rebote fue donde estaba Hongjoong, negando con diversion al ver como solamente observaba la puerta, esperando a que llegara algo o más bien alguien en especifico.
—Al menos disimula que no quieres cuidar a tu hijo, Hong— Seongwha negó divertido, dejando con cuidado a Wooyoung sobre el piso para que fuera con sus juguetes.
