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El olor del té se dispersaba agradablemente en el despacho gracias al ventilador encendido, camuflando la incomodidad muda que ocupaba la habitación, pero no el aumento diario de la temperatura.
Pronto empezaría a hacer calor de verdad y el maldito aire acondicionado se había roto, sin mencionar que el ventilador parecía querer colaborar al derretimiento del hombre que tecleaba en su computador al soplar aire tan o incluso más caliente que el circundante.

Reigen se había retirado el chaleco para centrarse mejor en su trabajo, apenas consiguiendo presionar las teclas sin asquearse por el sudor que se adhería a ellas y a la tela en su espalda, empapándola lo suficiente para revelar la silueta de parches de feromonas.
Serizawa puso algunos hielos en la bebida que estaba preparando antes de ofrecerle un vaso lleno hasta arriba a su jefe, manteniendo cierta distancia para no dejarse llevar por el leve aroma que escapaba de su contención.

Tenía el presentimiento de que sería asesinado si cometía la osadía de "tomar" a aquel estafador que hasta tratándose de su género secundario te hacía un cuento.
Prefería dejarle pensar que era un experto del camuflaje.

Tragó en seco antes de aflojarse un poco la corbata.

¿Estaría siendo un maleducado si decidiera abrir las ventanas?

Observó como el omega degustaba el resultado de su "entrenamiento" preparando té, sonriendo tímidamente cuando la expresión contraria se relajó.
Valió la pena molerlo a mano.

_ Nada mal... podría ascenderte pronto..._ Comentó el falso psíquico tras revitalizarse con el frío líquido bajando hasta su estómago.

Su empleado soltó una risita nerviosa, sorbiendo su propia bebida con calma.
No parecía estar al tanto del calor, fresco como una lechuga recién regada.

...

_ La señorita Tome está en tiempo de exámenes. Espero que le vaya bien._ Habló simplemente por sacar un tema.

_ Te dijo que estaba estudiando mucho, ¿verdad? Confía en ella. O dile que está despedida si no termina entre los primeros 50, seguro se motiva.

...

¿Lo decía enserio o solo bromeaba?

"Que cruel forma de incitar a alguien a esforzarse... parece chantaje..." Pensó el mayor, preguntándose si el pobre de Shigeo había sido extorsionado de esa forma alguna vez.

_ El que me preocupa es Mob... desde que fue rechazado por esa chica se empeñó en no usar sus poderes. ¡Ni siquiera nos visita tanto! ¡Después de todo lo que hice por él, maldito mocoso! ¡Incluso le compré un maldito pastel de cumpleaños!

El psíquico se conmovió por sus palabras, escuchando como seguía quejándose igual que un borracho.

Reigen se preocupaba sinceramente por el menor, y esa era una de las pocas cosas que no fingía u ocultaba.
Le daba un poco de envidia...

_ Es un poco solitario desde que los chicos decidieron tener "vidas normales"._ Comentó algo ido, acariciando el borde de su taza con el dedo. Recién notaba el palito flotando en mitad del recipiente.

Arataka guardó silencio ante esto, frunciendo un poco el ceño, reflexivo.

Mob le comentó que trataría de aceptarse a sí mismo por completo, pero no le daba la sensación de que estuviera cumpliendo sus palabras. Parecía seguir guardando una parte de su ser al querer ser "normal".
Temía que terminara como él... odiando todo lo que ocultaba al mundo entero sobre su persona...

Negó con la cabeza tratando de alejar esos pensamientos.
Shigeo era una persona completamente diferente a él. No debería preocuparse por trivialidades siempre que el joven no sufriera por ello.

Aunque... sí estaba algo inestable desde que le rechazó la chica que le gustaba... bueno, no tenía nada de malo que fuera expresivo.

Dio un salto al escuchar su celular interrumpiendo sus reflexiones, revisando el contacto solo para toparse con el rey de Roma.

_ Mob._ Le saludó, poniéndose inconscientemente de pie y mirando hacia afuera entre las persianas. Al parecer no recordaba que estaba hablando mal de él hace apenas unos minutos.

_ ¡Maestro! ¡Tengo buenas noticias!_ La emoción resaltaba en cada una de sus palabras.

_ ¿Buenas noticias...? ¿Ganaste la lotería o algún sorteo? ¿Tienes novia?_ Preguntaba burlón.

Obviamente él no... ¿o sí?

Volvió a la realidad por la melódica risita del contrario.

_ No, nada de eso... ¿recuerda la conversación del otro día que tuve con usted en la oficina?

_ ¿Con "el otro día" te refieres a... hace diez meses?

Creyó escuchar una expresión sorprendida al otro lado de la línea, seguramente porque recordaba el tiempo exacto desde la última vez que tuvieron una conversación decente en ese lugar.
Apenas habían podido interactuar en su cumpleaños porque había demasiada gente queriendo acaparar la atención del actualmente treintañero.

También, Reigen quiso respetar el cambio que Shigeo buscaba hacer en su vida, por eso no lo llamaba al trabajo y esperaba a que fuera voluntariamente.

No pensó que eso fuera a terminar en un exagerado distanciamiento, al punto de que el adolescente rara vez le llamaba para preguntarle cómo estaba y cosas triviales del trabajo.

A veces tenía curiosidad por los cambios físicos del chico en todo ese tiempo. ¿Finalmente habría pasado por su estirón?

_ Perdón por eso..._ Pensó poner alguna excusa, pero prefirió no hacerlo. _ ¿Recuerda de qué hablábamos?

_ Estabas frustrado porque una chica solo quería alfas y tú eres beta... ¿no?

_... sí, justo eso era. Voy de camino a la oficina ahora mismo, estoy a la vuelta de la esquina.

_ Espera- ¡no me has dicho la buena noticia! ¡Oye!

Colgó.

El de cabello anaranjado chasqueó la lengua y dejó su teléfono sobre la mesa, intrigado por el acertijo indescifrable que le había arrojado su antiguo aprendiz.

_ ¿Pasó algo...?_ Serizawa, esperando no ser tomado como un metiche, demostraba su preocupación por el repentino cambio emocional que había sufrido su jefe.

Reigen meditó, buscando hallar una respuesta por su cuenta.
No tardó demasiado en unir los puntos y ver la forma.

_ Serizawa.

La repentina seriedad en su tono tomó por sorpresa a su empleado, quien se paró recto mientras esperaba una orden.

_ ¿Sí, señor Reigen?_ Casi parecía un soldadito de plomo.

_ Hay un pastel en el refrigerador.

El trabajador levantó una ceja.

_ Pero señor... apenas es 11 de mayo...

_ ¿Y qué? Vamos a usarlo. Mañana le compro otro. Hay que celebrar por él, después de todo.

Se mostró sonriente y caminó hacia la nevera, sacando el dulce con extremo cuidado.

Ambos dirigieron su atención a la puerta tras escuchar un par de "toc, toc", siendo el omega quien casi sale disparado a abrirla. De milagro no se tropezó con ningún mueble.

_ ¡Mob! ¡Muchas felicidades por-!

...

Lo último que podía recordar era el sonido del pastel arruinándose contra el suelo.

Espera | MobRei |Où les histoires vivent. Découvrez maintenant