Capítulo 36

630 90 3
                                    

Le temblaban las manos.

Llegó el momento. Por fin se convertiría en Harry James Potter-Prince y se casaría con el primer y único amor de su vida. Realmente no había marcha atrás. A partir de ese día, Severus y él serían uno en mente, cuerpo y alma. El matrimonio en el mundo mágico constituye toda una vida, una unión completa, y Harry no tenía dudas de estar unido a Severus.

Harry ya estaba vestido con su esmoquin blanco, el pelo peinado con tantos encantos como Hermione podía realizar. Se paseaba por la habitación, un hábito cuando está ansioso. Mirando la hora, Harry se dio cuenta de que le quedaban dos horas de espera, demasiado tiempo en su opinión. Hermione ya se había llevado a un apuesto Sebastian vestido con su otro padre mientras Ron, su padrino, era apartado por una frenética Molly, ordenándole que saludara a los invitados.

Así que Harry se quedó solo dentro de la habitación esperando ansioso a que lo llamaran para que comenzara la ceremonia. No dejaba de repetir sus votos una y otra vez, temiendo olvidarlos en el altar. Oh, que tragedia seria eso. Severus sin duda lo despellejaría vivo por la mera vergüenza.

Un golpe le hizo dejar de pasearse, esperando que fuera Hermione o Kate a punto de reprenderle por haberse vuelto a despeinar. Pero en lugar de una de las dos, Harry se sorprendió al oír una voz masculina y grave que no le resultaba familiar y que lo llamaba desde detrás de la puerta.

Harry se dirigió rápidamente hacia la puerta y la abrió, sorprendiéndose al ver la figura alta y delgada de su primo.

-¿Dudley?-, preguntó Harry aturdido, sosteniendo aún el pomo de la puerta con una mano.

Dudley consiguió enviarle una pequeña sonrisa y un movimiento de cabeza. Harry sacudió ligeramente la cabeza en un intento de recuperar la concentración. Hacía más de 5 años que no veía a su primo, y sólo había tenido noticias de él las pocas cartas que su primo le envió en secreto el primer año a través de su antigua vecina Arabella Figg. Así fue como Harry supo que Dudley había entrado en el ejército.

Harry dejó entrar inmediatamente a su único primo en la habitación. Aunque estaba al tanto de la asistencia de Dudley, no había esperado que viniera a verlo en persona.

-¿Cómo sabías que estaba aquí?- preguntó Harry mientras se adentraban más en la habitación.

-Me lo dijo tu amigo el del pelo alborotado-, respondió Dudley.

-Así que...-, dijo Dudley con torpeza, -te vas a casar con un tío, ¿eh?-. Su primo no parecía sorprendido ni perturbado de que Harry fuera gay, y mucho menos de que se casara con un hombre, tal vez porque Dudley no sabía exactamente que dicho hombre le doblaba la edad.

Harry no pudo evitar soltar una risita. -Sí, supongo que lo soy. ¿Cómo has estado, Dud?-.

El hombre se encogió de hombros a medias -Bien. Me fui de casa hace unos años, me alisté en el ejército. Mamá y papá empeoraron después de dejar Privet Drive... Nunca me disculpé por cómo te traté cuando éramos más jóvenes-. Dudley bajó los ojos, su voz un poco vulnerable pero su postura aún rígida, tal vez debido a su entrenamiento.

Harry se acercó y puso la mano en el hombro de su primo -Ya te he perdonado, Dudley. Gracias por venir hoy-.

-Gracias a ti por invitarme. Sé que no era necesario-.

El novio hizo un gesto despectivo con la mano. -Eres el único pariente que me queda que no tira la invitación a la primera, claro que te invitaría-.

Dudley le dedicó una suave sonrisa y sacó una cajita del bolsillo del pecho. Era del tamaño de una caja grande de anillos y tenía un estuche de terciopelo negro. -Encontré esto en el armario de mamá. Creo que se supone que es tuyo. Llevaba el nombre de tu madre-. Le entregó la cajita a Harry, que a su vez la recibió con mucha reverencia.

FALLING INTO PLACE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora