Desire Noche Inmoral (+19)

Capítulo 4

Swan Lake.

Capítulo 4

Odile escuchó el murmullo en la habitación mientras se movía en el espacio. Vio a lo lejos, en una habitación donde entraba apenas un rayo de luz que iluminaba las dos figuras.

Era Rehyz en su trono marmolado en medio de la habitación y una mujer arrodillada que parecía estar terriblemente adolorida.

—Está muy enferma... —. Soltó una de las damas. Era Susan. Pero era más vieja de lo que aparentaba. —Temo... majestad que...ella...morirá.

Susan era vieja. Las arrugas se acumulaban en su rostro mientras lloraba.

—No le queda mucho... Lo siento.

Odile intentó caminar hacía allí.

Pero ella solo despertó. —¡Princesa! —La sonrisa de Susan era radiante, juvenil mientras la tomaba de las manos. —Es hora de levantarse.

Se quedaba noches en vela pensando en los planes que tenía. Por eso había estado esas semanas totalmente cansada —Susan... si soy una princesa ¿No puedo descansar?

—¡Claro que no! —. Ella se giró con una sonrisa. —Usted es una señorita en desarrollo que algún día se convertirá en una gran señora. Así que se ha decidido que empezará su educación imperial.

Odile suspiró.

—¿Mi padre lo ordenó?

—Así es —. Estaba más emocionada que Odile — Dijo—. Levantó su dedo, —La princesa necesita instrucción así que mandó a llamar a toda clase de educadores.

Le dieron un cuenco a la joven Odile para lavarse la cara.

—Deberías ser tú quien tomara esas clases —. Le sonrió la muchacha.

No había visto al rey desde entonces aunque prometió ser amoroso con ella. Solo lo saludaba en las mañanas y eso era todo.

No era un gran avance desde que hicieron el pacto. Pero estaba mejor que Odette.

—¡Vamos! ¡No seas holgazana!

Le dio empujoncitos hasta el biombo que estaba en la otra habitación para empezar a vestirla. Al llegar allí, alzo su ceja al ver un maniqui con un vestido exquisito.

—Preferiría no usar algo tan ostentoso... —Era hermoso, pero era demasiado para una sesión de estudios —¿No es demasiado?

—Para nada —. Dio brinquitos de alegría. — Lo cierto es que no le he confesado todo para sacarla de la cama... —Se puso detrás del vestido color azul cobalto esparcidas por toda la esponjosa falda —Su padre la llevará en carruaje a recorrer el reino para que puedan ver a su princesa.

—¿No crees que debería tener algo de educación antes de eso?

—¿Acaso crees que hablaras con alguno de esos pobres? —Una voz femenina que provenía de las sombras de la habitación se hizo más poderosa. —Eso sería un acto demasiado desvergonzado de tu parte. Tu eres su princesa, no su igual.

—Su gracia... —Susan se inclinó para alejarse.

La reconoció de inmediato. Odile tembló de terror al verla caminar con perfecta gracia y con su cuello tan estirado como era posible.

Era. Se había olvidado de ella por completo porque en la obra cuando llegó ella estaba muy enferma debido al envenenamiento que le estaba proporcionando el rey en su medicina. Sin embargo, al llegar antes todavía no había empezado a enfermar.

Odile no se inclinó. No lo haría como en la obra dejándole ver a esa mujer que era débil. Levantó la cabeza como una orgullosa princesa.

—Puede que la princesa no la haya conocido aún ¿No es así? —Susan trató de aminorar la tensión entre las dos. —Ella es...