ꜱᴇᴄʀᴇᴛᴏ ᴅᴇ ᴄᴏɴᴏᴄɪᴅᴏꜱ || enzo vogrincic

chapter 20

Ya habían llegado a casa todos a la casa y cenaron juntos tratando de no hablar mucho sobre temas de la ex relación entre las personas que estaban sentados en cada punta. Los sobrinos de Enzo ya habían comido junto a la niñera y se fueron a dormir más temprano de que ellos llegaran, por lo que Valentina tendría que esperar hasta la mañana para volver verlos y estaba emocionada por eso.

Enzo y Valentina levantaron la mesa una vez que Marta y Manuel se despidieron junto a Paula para irse a acostar. Ambos entraron a la cocina y sin decir nada, solo siguieron los pasos de costumbre. Él lava mientras ella recibe lo ya limpio para secarlo y guardarlo en su lugar.

— Cuando estabas hablando antes con mi hermana en el living fui a ordenar mi antigüa habitación. Hace mucho que no entraba la verdad - termina de enjuagar un plato y se lo pasa observando que achinaba los ojos intentando averiguar a donde quería llegar - Nada. Vas a dormir ahí y te dejé una remera y un short arriba de la cama, por si no trajiste nada más cómodo obvio. 

— No me voy a poner una remera ni short tuyo, Enzo - frunce el ceño cambiando su vista hacia el plato que estaba secando con el repasador - Para eso le pido a Pau.

— Si querés pedile, pero hacete cargo de despertarla - suelta una pequeña risa al ver que Valentina niega rápidamente con la cabeza

Terminaron de limpiar y fueron juntos en un incómodo silencio hacia el cuarto de él. Ella entró primero dando unos pasos al medio observando el familiar lugar. 

— Vos no vas a dormir acá conmigo... - dijo con un tono cuestionable entre afirmación y pregunta.

— No soy un idiota, Valentina. Dormís acá sola, solo vine a buscar una sábana. Yo duermo en el sofá del living - dice dado vuelta sacando la tela nombrada de un cajón del mediano armario y vuelve a mirarla un par de segundos y vuelve a la entrada de su habitación - Hasta mañana.

— Hasta mañana - responde la rubia, Enzo forma media sonrisa y cierra la puerta tras él.

La habitación no era ni muy grande ni muy chica, miraba las paredes y sentía que todo era tan propio de Enzo. Ellas seguían igual que desde su niñez, pintadas de celeste claro con algunas pinturas que creaba en sus momentos en los que estaba inspirado, todo alrededor de la ventana como si la misma fuera el centro o desde donde nacían sus dibujos.

Se sacó sus zapatos y quedó mirando la ropa que le había dejado. Una remera bordo sencilla que no iba a ser  la primera vez que usase y un short negro también conocido. 

Primero se cambió el jean por el short porque ya estaba incómoda. Movió de lugar la remera de Enzo doblada poniéndola en la silla de su escritorio que estaba junto a la mesita de luz. Se arremangó la remera manga larga, se ató el pelo y prendió el ventilador.

Acostándose en sábanas nuevas se sentía un poco incómoda, mirando a la remera en la silla su mente la llevó a diversos momentos del pasado siendo el último su presente. Cerró los ojos con poca fuerza y se rió, "¿Qué carajos estoy haciendo acá? "

La mañana siguiente Enzo se despertó en el sillón casi a las 11am porque se había olvidado de poner una alarma. Su sobrina, quien parecía estar jugando en silencio cerca suyo lo saludó y se acercó para hablarle con un estetoscopio en su cuello.

 — Buen diiiia tío. Estaba apunto de examinarte, llevabas durmiendo mucho tiempo y como no te despertaste cuando mamá corrió las cortinas para que entre luz nos preocupamos. 

Él se enderezó sentándose en el sillón lentamente y se rió por lo que ella había dicho.

— Qué buena que es tu mamá Marita. ¿Dónde está?