Capítulo 2

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Isa.

Mi estatura baja, lamentablemente, suele atraer a chicos horribles. Muchos de estos bastardos suelen creer que por mirarlos ya estoy arrodillada a sus pies. Agradecida estoy con el mundo y especialmente con mis padres por haber decidido cambiar de ciudad. Solo me queda rezar y creer que mi nueva universidad será distinta y agradable.

El viaje fue largo, agotador pero, sobre todo, aburrido. Viajé en primera clase y de manera privada. De camino a la ciudad, follé con un par de idiotas, pero es igual a lo de siempre: mete y saca. Ellos acaban y se largan, no sirven para nada. Quiero algo nuevo, algo que llegue a mis gustos. Quiero que me follen con rabia, con terror, quiero que me lleven a algún lugar donde nadie más pueda llegar, pero es imposible porque mis gustos no son normales. Espero encontrar a alguien en esta nueva ciudad y poder conectar de una forma única, como cada estrella del universo. Bien, sé que el universo es oscuro y por eso lo pongo de ejemplo: quiero algo diferente, algo que se adapte a lo malo, a lo imposible, a lo criticado socialmente. Quiero un amor convertido en delito. Soy capaz de entregarme completamente al hombre que logre llegar a mis gustos. Me ataría yo sola y dejaría usar mi cuerpo como si fuera pertenencia de aquel hombre soñado y, por último, arrancaría cada pedazo de carne que contiene su cuerpo para poder saborearlo lentamente y poder llegar al éxtasis o, mejor aún, me dejaría devorar por ese hombre: dejaría que toque cada pedazo de mi cuerpo y lo comiera lentamente, que lo masticara hasta que mi sangre recorra por sus labios. Sí, quiero ser devorada. Quiero que me coman.

Sé lo que piensan y no me quejo. No es que esté mal de la cabeza, es que ustedes están muy cuerdos. El mundo es aburrido, el mundo es repetitivo y ustedes pueden apreciar eso. Todos crecemos, estudiamos, vivimos por el trabajo y para el trabajo, compartimos vida con una pareja y formamos familias, pero para ustedes todo esto es tan genial y divertido. Pero para los individuos que carecen de importancia, necesitan vivir algo más. Necesitan vivir y algunos viven de la locura.

Para mí, esto de vivir a mi manera y salir de la monotonía es muy simple, debido a que mis padres mantienen un puesto alto dentro de la política de Inglaterra. Puedo obtener lo que sea, cuando sea y como lo deseo, pero para mí no tiene nada de bueno tenerlo todo porque prefiero vivir como una chica sencilla, miento. Prefiero parecer una chica sencilla.

Mi nuevo hogar es realmente enorme, es simplemente vacío y digo vacío porque vivimos tres personas en una mansión a las afueras pero cerca de la ciudad. Mi cuarto es enorme, mi cama es de otro mundo. Las palabras son ecos aquí dentro y eso me provoca algún tipo de excitación. Imaginarme follar y ser devorada mientras suenan los ecos de mis gemidos de dolor me pone cada nervio de mi cuerpo en una especie de relajación.

Mañana será mi primer día en la universidad y lo único que espero es conocer a alguien que pueda ser capaz de tenerme en sus manos.

—¡Isa, baja a comer! —gritó el padre desde el primer piso.

—¡Voy, padre!

Un día después.

—¿Te vas, hija?

—Sí, madre, la primera clase es en una hora —sonrió—. Estoy ansiosa.

—Te deseo lo mejor, que tengas un buen día, hija —se da la vuelta y se dirige a la cocina por un pasillo enorme lleno de puertas y cuartos vacíos.

—¡Adiós, padre! ¡Me voy! —grité.

No recibí ningún tipo de respuesta y tampoco la esperaba. Esta mansión es ridículamente enorme, no podría escucharme de ningún modo.

Salgo y me espera el conductor para abrirme la puerta del auto. No diré mucho respecto al auto porque la verdad es que sinceramente no sé mucho de autos, pero es de esa marca que tiene un caballito y que todos miran cuando pasan por las calles, es completamente rojo. Fue un regalo de mi padre cuando cumplí los veinte.

Llego a la universidad y es tal cual la esperaba. Enorme, hermosa y llamativa. Está rodeada de áreas verdes, tiene canchas para practicar varios deportes, llega hasta el cuarto piso. En la entrada tiene una fuente con una cascada de agua que en el medio está la estatua del primer director. El estacionamiento es enorme, muchos llegan en vehículos de alta calidad. Vehículos costosos que una persona promedio no podría comprárselo nunca en su vida, pero por alguna razón todos quedan viendo el mío, no quiero presumir, pero si sus vehículos son carísimos, el mío está en otro nivel.

Veo a mucha gente pasar, algunos son desapercibidos y otros visten con ropa de mucho valor, pero por algún motivo que sé cuál es, me fijo en un chico. Su cuerpo está formado, su rostro pareciera ser hecho con la precisión de un relojero suizo, es alto y, sobre todo, destaca entre todos por el simple hecho de que su forma de andar y mirar es de alguien superior. Alguien que está por encima de todos y no puede ser entendido a causa de eso.

—Señorita Isa, aquí su paradero. —Se baja del auto y se da la vuelta hacia mi puerta para abrirla— Que tenga un buen día.

Me bajo y puedo notar las miradas de todos hacia mí. Me hace sentir genial.

—Adiós, Max, cuídate. Gracias por traerme.

—Es mi trabajo, señorita. —sonríe, sube al auto y se va.

Entré, y lo primero que noté fue que aquel chico que había visto afuera y que tanto me había impactado sería mi compañero de clases. Le sonreí al verlo. Mi primer pensamiento fue "Seré tuya". Respecto a los demás, puedo decir que no hubo nada particularmente llamativo en ellos; percibí algo de preocupación en las chicas y miradas de desdén en algunos hombres.

La maestra me pidió que me presentara ante todos, pero, sinceramente, solo tenía interés en presentarme a él. Noté muchas expresiones de desagrado cuando mencioné "lamentablemente", pero es que esa es la realidad: lamentablemente no lo dejaré hasta que me devore, lamentablemente tendrás que usarme, lamentablemente tendrás que convertirme en tu prioridad hasta la graduación y, quién sabe, quizás incluso después.

Debía sentarme al lado de alguien llamado Vincen, pero no sabía quién era, así que la maestra pidió que Vincen se presentara. Cuando se levantó aquel chico, me esforcé por no mostrar ninguna reacción en mi rostro, aunque por dentro estaba desbordada por el deseo de devorarlo o ser devorada por él. Su presentación fue breve, pero dejó en claro que él es considerado el rey de este lugar, el dominante de la universidad.

Sin responder, solo me dirigí a sentarme junto a él porque estaba dispuesta a hacer algo completamente descabellado.

Empecé a prepararme para arrancarme una uña, y así lo hice, con dolor, mientras mis piernas temblaban y mi piel se erizaba, mi corazón latía aceleradamente. Ansiaba ser devorada por él. Sabía que podría ser tachada de loca y arruinar mi reputación en esta universidad, pero no me importaba, ya que el deseo que sentía era más fuerte que cualquier otra cosa.

Le pasé mi uña y le ordené que la comiera. Tragué saliva, mi respiración se volvió más lenta, y me sentí a punto de desmayar.

Él puso la uña en su boca y empezó a masticarla lentamente. No podía concentrarme en nada más; pequeños gemidos escapaban de mí, y finalmente, un pequeño charco bajo mi asiento evidenciaba todo lo que estaba sintiendo.

Él no era como los demás, y yo lo deseaba intensamente.

Aliméntame [+18]Where stories live. Discover now