Un Gran Amigo

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El segundo grado de secundaria es una de las etapas más complicadas para muchos adolescentes. Algunos desean destacar para llegar a ser reconocidos en último año. Otros desde primer año han destacado y otros para nada han podido y creen será difícil lograrlo.

Tal es el caso de Gerardo Cabrera Ortiz. Un chico de quince años que para muchos es invisible. A excepción de cuándo se encuentra al lado de su mejor amigo, Damián. 

Es notorio a simple vista la diferencia de ambos. En varios aspectos, mientras que Damián es un chico apuesto, atlético, que es casi una figura publica en su escuela. Gerardo es un flacucho, poco agraciado, ignorado la mayor parte de tiempo por los demás. Excepto para su mejor amigo, quién le brinda cierto estatus al estar junto a él.

A Damián le gusta ser el centro de atención. En su casa es un príncipe, pero en la escuela es un rey. Un rey al que todos deben admirar y respetar. Algunos lo odian, otros lo adoran. Pero casi todos saben quien es. 

Un alumno ejemplar que logro subir sus calificaciones de golpe. De los mejores jugadores de su equipo. Y el chico que atrae mirada de mujeres y hasta de hombres, por su inigualable apariencia. 

Algunas días Gerardo ha deseado ser como él. Aunque sea alguna vez tener la atención que su mejor amigo tiene, y sobre todo que lo respeten. Ya que ni siquiera su mejor amigo le ofrece ese valor que merece.

Para Damián, Gerardo es como una herramienta. A cambio de su amistad, Gerardo tiene que hacer todo lo que este le indique. Ir por sus cosas, hacer fila por él en la cooperativa, cubrirle cuándo lo necesite, hasta aceptar burlas provenientes de su admirado para que este se luzca delante de los demás. Pero al menos de esa manera es notado.

Pobre Gerardo, si tan solo tuviese más autoestima y amor propio. Evitaría sentirse de la manera que se ha sentido tantos años, actuando o diciéndole algo a ese supuesto único amigo que tiene en la vida. 

Incluso en su casa sucede lo mismo. Damián acapara toda la atención en su familia, dejando a Gerardo como un ser insignificante afortunado de tener a un amigo tan valioso, que cualquiera quisiera formar parte de su circulo social. 

Damián toma lo que quiere de su mejor amigo. Ropa, comida, objetos de valor, incluso hasta su propia hermana mayor con la cual Damián tuvo sus primeros roces sexuales, quedando enamorada del chico dorado, como le llaman en casa de Gerardo.

No le tiene odio o rencor. Al contrario, le agradece por que este lo acepta en su vida y sobre todo le dio el honor de llamarle su mejor amigo. Papel que Gera cumple a la perfección. Cuándo el hermano menor de Damián falleció. El buen flaco estuvo atento todo el tiempo de él y su familia. Llevo un enorme ramo de flores a sus padres y consoló hasta más no poder a sus apreciados padres. 

Como "consuelo" por el duelo que estaba llevando a cabo. Damián le pidió que le prestara su consola favorita, así tendría algo para distraerse y no pensar en su difunto hermanito. Y como un gran amigo, Gerardo acepto dándole lo que su mejor amigo le pidió. Aunque esto causará un enorme pleito en su casa, haciendo que sus hermanos y primos lo insultaran de la peor manera. Pero su mejor amigo, lo necesitaba.

Hasta la fecha Damián no le ha entregado dicho aparato, aunque su mejor amigo se lo haya solicitado amablemente de varias maneras. Siempre encuentra un pretexto, quedándoselo. Después cambia el tema, dejando en el olvido aquella consola.

Si, es un manipulador, egoísta, narcisista, pedante, presumido y más cosas. Pero era su único amigo. Nadie más le da la atención que Damián le da, aunque esta sea solo para sobre bajarlo y aumentar su ego. 

Más de una vez lo ha hecho llorar por sus malos tratos. Pero recuerda las palabras que una vez le dijo su gran amigo para ayudarle a enfrentar la vida. "Nadie quiere a un maricón sensible, así que déjate de niñerías que no fue algo tan grave". Expreso Damián después de darle una fuerte bofetada a su mejor amigo luego de que este le ganará en un video juego. 

Porque es imposible que alguien tan mediocre como Gerardo, sea mejor que Damián en algo. Él no iba a permitirlo, si no es el numero uno, nadie más podría serlo, aunque este se trate de su mejor amigo.

¿En serio es necesario soportar tanto dolor para no sentirse solo? ¿Acaso no es mejor estar solo que padecer todo esto? Se pregunta día con día Gerardo, respecto a su relación  de amistad con el popular Damián.

Quisiera ser tan bueno como él para tener el poder de engañar a los demás. Damián sabe que disfraz usar delante de cada persona. Cuándo están sus padres trata a Gerardo de una manera tan amorosa que podría decirse es su hermano. Con los padres de Gera, usa el disfraz de un ser ejemplar que apoya a su hijo a ser mejor persona. En la escuela depende del grupo, lo usa para sobresalir o si es necesario para quedar bien se refiere a él como el mejor amigo que haya podido tener en la vida.

Hay tanta confusión en la cabeza de Gerardo. Sabe que su mejor amigo no es una buena persona, pero sigue ahí al lado de él, haciendo todo lo que le indica. Incluso ahora, parado bajo el inmenso sol, lo espera a que termine de practicar sosteniendo su botellón de agua que le pidió llenará para beber después de correr tanto tras el balón.

Los chicos se burlan de él, diciendo que Damián es su marido. Las chicas sienten lastima por él, pero nadie hace nada. Porque a nadie le importa realmente. Pero al sonar el silbato del entrenador, Damián corre hacía él para tomar de sus manos la botella y beber como si hubiese jugado en el desierto. Luego posa su brazo en la espalda de su amigo, retacando su posición de ser el mejor amigo de Gerardo.

Sea mentira, o sea verdad. Aquel contacto se siente bien de alguna manera. Sabe que pase lo que pase, Damián va a estar ahí. Sin importar las humillaciones, quiere sentirse apreciado por su mejor amigo. 

Aceptación o rendición. Gerardo corresponde el contacto de su mejor amigo, imitando su posición, llevando su brazo a su espalda para corresponder a ese llamado abrazo. Pero este al sentirlo lo aleja, diciéndolo que no sea puto.  

"Tal vez tenga razón y lo dice por mi bien", piensa Gerardo. Tal vez Damián sea así para que este aprenda a como ser un hombre. Por eso es tan malo o lo ve como él malo. "Tal vez Damián sea el correcto y yo el incorrecto", vuelve a pensar. 

Una victima más del poder de Damián. Pobre Gerardo, quizás su unión con su mejor amigo, sea la única manera de ser alguien en la vida. Hay que aguantar ciertas cosas para superarse. Es preferible eso a ser totalmente invisible ante los demás. 

Tantos años y las cosas no han cambiado entre ellos dos. ¿Pero que pasaría si Gerardo cruza esa puerta sin avisar y descubre el secreto de su mejor amigo? ¿Lo seguirá viendo de la misma manera? ¿Todo sería igual?


Detrás De La Puerta CerradaWhere stories live. Discover now