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Nara Martina

Me levanté todavía sintiéndome un poco mal, si Agustín se mandaba alguna cagada esta vez si que no lo perdonaría, por mucho que me cueste.

Me levanté para disfrutar de mi sábado sin conflictos, por suerte, ese día fue tranquilo.. supongo, ya ni siquiera sé qué significa el término 'tranquilidad'.

Me dirigí al baño y me lavé los dientes, no tenía ni ganas de desayunar asi que no lo hice, a todo esto, Lucía seguía durmiendo, me daba pena despertarla.

Me arreglé un poco y me puse un conjunto un poco abrigado, no estaba haciendo el mejor clima. Aproveché lo más que pude la mañana porque a la tarde me iba a grabar una escena que me dijeron que debía hacer con Enzo, no sabía a qué se referían.

Al llegar a la plaza saqué mi termo con té y me senté, me quedé apreciando lo bonitos que se veían los árboles y también esa fuente que había ahí.

Enzo me había prometido que me acompañaria pero seguro se había olvidado o tenía más planes asi que ignoré el tema pero, cuando miré a mi costado noté que estaba un chico alto, de pelo negro y que venía acompañado de su libro y un pequeño termo con café.

— Viniste – le dije mientras le hacía un espacio.

— Obvio boba – se sentó a mí lado y miró para los costados – y Luchi?

— Se quedó durmiendo.

— Como siempre. — Exacto.

Nos quedamos un rato cada uno en la suya pero juntos, como siempre estabamos. Saqué un libro y él me miró con una expresión de sorprendido en su cara.

— Vos leyendo un libro?

— Qué tiene?

— No nada – intentó no reirse.

— Dale bobo – le pegué una cachetada en el brazo y abrí el libro.

— Qué te haces la inteligente bobita – me sacó el libro – a ver qué lees? – leyó la portada en voz alta – relación a distancia?

— Damelo Enzo – se lo saqué y lo guardé, me levanté de donde estaba sentada y me despedí de él.

— Ay gorda era un chiste – me gritó.

— Bueno pero no me dió risa – le dije, jugando, y me fuí.

Se quedó sentado pensando en si estaba enojada en serio o lo estaba jodiendo como siempre, como vió que yo no me daba vuelta me siguió hasta mi casa.

— Te dije que – me dí vuelta y quedé completamente enfrentada con Enzo, él me miró a los ojos y me sonrió.

— Me perdonas? – pasó sus manos por mi cintura e inclinó la cabeza sonriendome tiernamente.

— Bueno – volví a mirar a la puerta y apreté el botón para llamar al ascensor, lo entró conmigo porque quería ver a Lucía. Entramos y ella pasaba por la cocina, estaba despeinada pero igual así se seguía viendo bien.

— Hola Mar.. – notó que Enzo estaba posicionado a mí lado y salió corriendo hacia su habitación.

— Y esta? – entró y dejo sus cosas en la mesita.

— No sé – tiré las llaves por ahí y me saqué las zapatillas – deja las zapas por donde quieras.

— No me las voy a sacar, saludo a Luchi y me voy – agarró su celular – en qué momento me instalé Twitter?

Me reí y subí a mí habitación — Abrile vos a Enzo – me tiré a la cama y me dormí.

Narrador Omnisciente

𝐌𝐘 𝐄𝐍𝐄𝐌𝐈𝐄 || Agustín LainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora