①③

107 10 12
                                    

Alondra

Después de lo ocurrido con Samantha, decidí no volver a acercarme a ella, tal y como ella me había pedido.

Lo ocurrido había sido extraño y placentero, por lo menos hasta que abrió la boca y me di cuenta de con quien estaba haciendo lo que estaba haciendo. Por lo menos había conseguido lo que quería, de alguna manera me había vengado de lo de Alexa aunque en el fondo supiera que nada podía hacerme sentir mejor después de que dos personas tan importantes para mí me hubiesen engañado de aquella manera.

La foto que había hecho Samy me había dejado un poco descolocada.

Nunca me había hecho fotos con Alexa en las que nos estuviésemos besando... es más creo que nunca me habían besado de aquella forma. Cuando la había visto la piel se me había puesto de gallina.

En ella se veía nuestros perfiles entrelazados, sus labios entreabiertos en los míos y nuestros ojos cerrados disfrutando del momento. Mis mejillas se veían acaloradas mientras el semblante de Sam era duro, frío y terriblemente irresistible.

Aun solo viendo su perfil te dabas cuenta de lo atractiva que era... Alexa se iba a subir por las paredes. Lo sabía. Era así de egoísta, solo que normalmente dirigía su egoísmo hacia a los demás y a mí me dejaba fuera.

Escribí un mensaje debajo de la foto antes de mandársela a ella:

-Me ha costado menos de cuatro horas encontrar a una morra más mujer que tú. Gracias por abrirme los ojos; por cierto, en esta foto pareces un pescado boqueando, aprende a besar idiota!

Debajo del mensaje se podía ver la foto de ella y Laura besándose, aparte de la mía con Samy.

Me encantaría poder verle la cara pero sabía que después de ese mensaje mi relación con ella había acabado.

No pensaba volver a verle y por primera vez agradecí que nos separara una frontera de por medio. En cuanto a Laura, solo escribí dos palabras en el mensaje que le envié a continuación junto a la foto de ella y Alexa besándose:

-Hemos terminado.

Solté todo el aire que estaba conteniendo.

Ya está... con eso acababan nueve meses de relación amorosa y siete años de amistad. Sentí como mis ojos se humedecían pero no derramé ni una sola lágrima, no, no se lo merecían.

Guarde mi teléfono en mi bolsillo trasero de los pantalones y me fui directa con Ama. Busqué con la mirada a Samantha y la vi bebiendo una cerveza con la espalda apoyada contra su Ferrari negro.

Le di la espalda y me fui directa hacia donde mi nueva amiga me esperaba. El resto de la noche me la pasé bailando, riendo y pasándomelo bien con las locuras de Ama. En varias ocasiones se escabullía para enrollarse con el buenorro de su novio y entonces yo volvía a recordar lo ocurrido y sentía que me venía abajo.

Intenté distraerme con las carreras queme encantaban y me hacían recordar momentos más felices, cuando ir a la pista era algo del día día. No pude evitar observar con detenimiento la manera de conducir de todos los pilotos allí presentes. Los que pertenecían al grupo de Samy eran bastante buenos pero ella había sido impresionante cuando había corrido la primera carrera.

A medida que avanzaba la noche me veía a mi misma analizando la pista con detenimiento e intentando averiguar que era necesario para poder ganar aún con más distancia de por medio.

Según me había ido fijando, el problema radicaba en la segunda curva. Si la cogías demasiado despacio perdías distancia y si lo hacías más rápido te arriesgabas a salirte de la pista. Me moría de ganas de probar que podía hacerlo mejor. Es más, estaba completamente segura de que podía hacerlo mejor.

𝐂𝐮𝐥𝐩𝐚 𝐌𝐢𝐚 {𝐑𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬_𝐠𝐠}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora