Capitulo-4

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Pov. Kiara

Desperté está vez en un duro colchón cuando lanzaron a mi rostro agua fría.

- Despierta bella durmiente - una voz femenina me sobresalto y abrí los párpados ubicandome dónde estaba mientras retrocedía hacia el espaldal de la cama, recordando lo todo.

- El Rey mando a que te trajera comida- señala la mujer hacia la bandeja que trae en sus manos y mi estómago en respuesta gruñe sin que pueda evitarlo, haciendo que ella ría y las arrugas vallan a su rostro.

Es una mujer mayor, no tanto como mi abuela. Pero sus rasgos son del tipo delicados llenos de sabiduría, ojos marrones, cabello blanco perfectamente recogido y vestimenta completamente negra con un delantal.

No tiene pinta de ser un monstruo, ni nada extraño. Pero aún así vive aquí con estos monstruos.

- ¡No quiero comer!- aparto la bandeja cuando intenta acercarla a mi y está cae haciendo un ruido espantoso que derrama toda la comida por el piso blanco así como por las sábanas del colchón y parte de su falda.

Sus ojos se cierran y espero el estallido que me golpee, que me insulte o que haga algo pero en cambio solo suspira para luego hablar con demasiada calma como si yo fuera una niña pequeña que está ocupando su tiempo.

- Al Rey no le gustará que se muera de hambre, pero si es su deseo no puedo hacer nada.-

- Lo que menos me importa es su rey, el es un monstruo y esto es secuestro. Deberías ayudarme a salir de aquí- le suplico tomando sus manos. Pero su mirada es ahora de lastima mientras niega.

- Este es el destino y tú nunca podrás escapar de él, como yo nunca pude. La Diosa luna siempre trasa nuestro camino.

Es todo lo que dice antes de dejarme sola y mandar a dos chicas en a penas diez minutos a limpiar todo el desastre.

Mis posibilidades de volver a escapar se ven nulas cuando fuera diviso a dos guardias en la puerta; al igual que las chicas que ignoran mis súplicas de ayuda.

Pov Federick

Ya es el segundo plato en el día que vira por la habitación. Es tan terca esa pequeña humana que está a punto de acabar con mi paciencia cuando Isora me informa que se niega a comer desde ayer. Pero juro que esto no pasará de hoy, aunque le tenga que dar cincuenta latigazos por su insolencia. A caso se cree que la muerte la sacará de aqui, después que tarde tanto en encontrarla.

Hasta mi lobo se encuentra furioso y araña mi mente de acuerdo con todas las emociones que me recorren.

Mi plan en la mañana era discutir con mi Beta los nuevos ataques en la frontera por parte del Rey vampiro, pero por primera vez mi mente no está en matar a esos chupasangres.

Si no que me encuentro maquinanando las mil y un maneras de hacerla comer.

"Podríamos atarla a nuestra cama"- sugiere Velmorm gruñendo.

Y me atragantó con la bebida que llevo a mis labios solo de imaginar su piel nuevamente en unas esposas pero está vez en mis sábanas.

- ... podríamos comenzar por el Sur es donde más fuerte se encuentra el rastro. ¿Me estás escuchando?- Alex me da su tercera mirada cabreada y lo ignoro

- Continúa- ordenó y él solo sé me queda mirando en silencio.

- Vas a seguir ignorando el hecho de que encontraste a nuestra luna- repone a cambio y me enfurece que sea tan entrometido.

- ¡Ese es mi asunto!. Nadie fuera de este castillo e incluso algunos de dentro deben saberlo.

- Pero Federick, eso es cuestión de tiempo además el vínculo es muy fuerte. Y muy pronto la manada lo sentirá y más si lleva a tus cachorros.

"Encadenada al Rey Alfa" Where stories live. Discover now