𝐅𝐔𝐄𝐆𝐎 𝐘 𝐃𝐑𝐀𝐆𝐎𝐍𝐄𝐒

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LA CONDENA DE LA REINA
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Viserys nunca estuvo destinado a ser un rey, su carácter y comportamiento eran bastante apacibles e incluso manipulable, un blanco perfecto para todos los consejeros de La nobleza que querían ascender al poder, completamente diferente a su prima Rhaenys, quién poseía un carácter firme y proyectaba seguridad, más entre los dos, Quién fue elegido para ser el siguiente gobernante, resultó ser Viserys, y por lo único que fue elegido fue por ser un hombre. Como alguien lo dijo una vez, los nobles prefieren que el reino arda antes que una mujer gobierne en su trono.

Y así fue como comenzó poco a poco las desgracias del Rey, anhelaban lo más profundo de su corazón que su esposa le dieron heredero varón para que continuara con la línea del trono; sin embargo en su primer intento nació una pequeña princesa, a la cual llamaron Rhaenyra, pese a la decepción en el corazón del gobernante, el amado profundamente a su hija pues era fruto de su amor con su adorada esposa.

La segunda desgracia llegó a ser el propio hermano del Rey, quién llegó a ser conocido como el príncipe canalla debido a sus acciones poco honorables, pero a quienes muchos aclamaban como el legítimo heredero de la corona, a diferencia de Viserys, Daemon Targaryen era intrepido y arriesgado, un guerrero por naturaleza, más Viserys no podia decir nada, debido a que era Daemon quien se encargaba de cuidar a Saerys.

Y la más grande, fue la perdida de su madre años atrás, debido al nacimiento de su hermana menor, aunque esas fueron las circunstancias, el deseo de la princesa Alyssa por tener una hija habia sido grande, fue por eso que tanto Viserys como Daemon nunca lograron tener alguna clase de resentimiento a ella, pero sin duda, quien era más cercano a Saerys era Daemon, algo que preocupaba a Viserys, pues el comportamiento y la moral del menor nunca había sido precisamente del hombre más honorable, aunque sin duda alguna, el rey apreciaba su lealtad.

Viserys tampoco opuso mucha resistencia a que Daemon criara a Saerys considerando su posición, la mayor parte del tiempo estaba ocupado cumpliendo sus deberes como gobernante de los siete reinos, era lógico que su cercanía a su hermana menor fuera limitado, más las pocas veces que logro verla, era destacable que Saerys se convertiría en una hermosa señorita al crecer.

Aún así Viserys eligió hacer que Daemon permaneciera en King's Landing como comandante, esto hizo que la pequeña Saerys tuviera la oportunidad de crecer en la corte y convertirse en compañero de juegos de Rhaenyra, Aunque la forma de crianza entre ambas niñas se marcaba conforme pasaban los años.

Aemma Arryn era quien más tiempo pasaba con las niñas, por lo que se daba cuenta de las similitudes que su pequeña cuñada tenía con Daemon, Viserys solía consentir a su única hija regalándole siempre las mejores cosas, y ella como madre estaba feliz de ver la sonrisa de felicidad en los labios de su descendiente; sin embargo, Saerys tampoco se quedaba atrás, Daemon le daba todo cuanto pedía sin nunca establecerle un límite, y cuando se trataba de algo que el príncipe no lograba conseguirle, era cuando Saerys mostraba su naturaleza Targaryen.

— Si algún día llegas a desear algo que yo no pueda darte, entonces deberás obtenerlo por ti misma — Daemon le mencionó a Saerys mientras ambos se encontraban en el jardín.

— ¿Y sino quieren dármelo?— Saerys pregunta, manteniendo sus ojos lilaceos elevados mientras su cabeza estaba levantada para ver a Daemon por la diferencia de estaturas.

Daemon se detuvo un momento, pasando a colocarse delante de ella para llevarla hasta uno de los árboles frutales del jardín, en uno de los espacios había un árbol de manzanas; Saerys miró el fruto rojo y jugoso que colgaba de una de las ramas, seguramente aquella fruta tendría un sabor delicioso.