Capítulo 11

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Observaba desde un enorme árbol escondido entre las ramas, usando su sello de transparencia y otro para ocultar su chakra y presencia, veía el lugar que el hokage le había indicado, cerró sus ojos tratando de sentir al enemigo, su ero-sennin le enseñó, pero al ser impulsivo y algo idiota, siempre dejaba de lado hacerlo para irse a la acción, esta vez era distinto, no era una misión normal, había mucho en juego, principalmente su vida, respiró hondo localizando a unos quinientos shinobis en un rango de cien metros de radio, creó veinte clones, no los creó de golpe, fue uno por uno activando los sellos en los clones, los mismos que él usaba para ocultar su presencia y su persona, debía ser cuidadoso, si los creaba juntos llamaría la atención, les ordenó tomar distintas ubicaciones en la zona, creando una estratégica donde pudieran tener una vista perfecta de sus objetivos, debía ser rápido o todos se dejarían ir sobre él.

El Namikaze levantó su mano y su dedo índice formando una pistola con ello, el chakra viento rodeó su mano concentrando el poder en la punta de su dedo, los clones hicieron lo mismo en las distintas ubicaciones dentro del radio que había formado, respiró hondo tomando valor, sus manos temblaban por lo que en segundos sucedería, su inocencia se iría al carajo, soltó el aire que retenía lentamente, comenzó a disparar balas de vacío de viento atravesando el cráneo y lugares vitales de cada enemigo, los gritos se escuchaban aterradores- aaaaaahhh- trató de no escucharlos, bloquear sus gritos y sufrimiento, tragó pesado viendo a la gente caer, sus azules se hacían lentamente grises; los Shinobis se movían con velocidad tratando de localizar a su atacante- búsquenlos maldita sea, deben ser demasiados, no pueden ocultarse por siempre- jutsus de agua y tierra llegaban tratando de atacar el origen de los disparos, sus clones iban cayendo, la gente había descubierto sus trayectorias, los clones y Naruto comenzaron a moverse con enorme sigilo continuando con la masacre, los criminales buscaban con desesperación, no podían ver ni sentir a nadie.

-¡Ataquen al azar!, esos bastardos deben estar aquí, muévanse!- Naruto levantó su rostro observando al líder, nunca lo había visto en su vida, recordó las palabras del Hokage, “mi alumno no puede estar en todos los frentes” el especialista espía de la aldea era su ero-sennin, tomó aire una vez más, esta hubiera sido su misión, no podía fallar y quedar mal, no podía deshonrar a su sensei, él hubiera hecho todo por mantener a salvo a los Shinobis de konoha, caminó lentamente evadiendo a todos con el jutsu de transparencia y sus sellos, su mirada se hizo aguda completamente gris mientras avanzaba, podía ver que un gran número de sujetos rodeaban al líder cubriéndolo, atacaban al azar en distintas direcciones, sacó su kunai especial color negro de su bolso de herramientas, lo bañó en chakra viento, levantó su mano viendo a los ojos al sujeto justo frente a él, de un tajo con fuerza cortó su cabeza, tragó pesado al verlo caer.

Naruto giró su rostro hacia el resto del ejército de delincuentes en el lugar, parecía estar en un transe con su mirada afilada, estaba bañado en sangre del líder haciéndolo ver escalofriante, su fuera visible en ese momento daría terror, sus clones y él inflaron su pecho, dejaron salir viento de su boca que comenzó a transformarse mientras avanzaba a su objetivo en navajas de viento que cortaron toda vida en el lugar, los gritos se escuchaban lejanos, cerró sus ojos tratando de sentir chakra o algún tipo de vida en la zona, podía sentir a dos grupos de al menos cincuenta delincuentes llegar a ayudar a su gente- qué demonios sucedió aquí?!, pónganse alerta, acaba de suceder! Deben estar cerca! Destruyánlos a todos!-

El líder que gritaba, no escuchó que nadie respondiera, giró su rostro, los criminales estaban en shock, viendo cientos de navajas a unos metros suyos, ni siquiera tuvieron tiempo para defenderse, comenzaron a caer en pedazos, el sujeto que gritaba cayó partido por la mitad. Naruto sacó dos pergaminos, sus clones juntaron los cuerpos con asco y una sensación de remordimiento que quemaba su alma, era un asesino, selló los cuerpos como prueba de su misión completada, no podía llamarla exitosa con orgullo, sus azules se veían apagados completamente, desapareció del lugar.

Otro pasado, otro futuro (Itanaru)Where stories live. Discover now