Capítulo 36

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Unos ojos tan azules como el cielo observaban a la pelirroja dormir a su lado, podía recordar cómo estuvo a punto de asesinar a su propia madre, lágrimas salieron de sus ojos- te encuentras bien?- Naruto observó la mirada preocupada de su padre, negó lentamente -pude matar a mamá -lágrimas caían sin parar, Minato lo abrazó con amor- no eras tú hijo, te estaban manipulando, ese aparato literalmente bloqueaba tus decisiones y pensamientos, eras un títere en ese momento, no puedes culparte, eran las acciones de Danzo, así que ese desgraciado es el único responsable y ya está pagando- Naruto cerró sus ojos con dolor- gracias por ayudarme- Minato sonrió con amor- eres mi pequeño sol- el menor puchereó viendo a su madre y a su otro yo despiertos, la pelirroja tenía una sonrisa llena de cariño- nuestro pequeño sol- Naruto se dejó mimar, su corazón latía con emoción.

….

Naruto veía hacia la ventana, su madre había sido dada de alta, había ido a bañarse y conseguir ropa para su “otro yo pequeñito”? Aún no entendía bien, había recordado toda su vida en esos días, no había sido fácil asimilar tanta mierda; la puerta sonó -no puede pasar- el rubio giró su mirada -necesito pasar, necesito verlo- el Namikaze reconoció esa voz, abrió sus azules débilmente, se escuchaba un poco menos infantil, pero no había duda- pasa!- con velocidad gritó, la puerta se abrió viendo a un Itachi más grande con cabello largo, sonrió quedito, lo vió lanzarse sobre él en un abrazo, levantó su mano con debilidad, acarició su espalda suavemente -te extrañé mucho, Minato-sama dijo que te habían llevado, tenía miedo -Naruto sonrió con cariño, por un momento recordó al Itachi adulto, sus mejillas se sonrojaron, parpadeó con duda, sacudió su mente dejando eso atrás, acarició su espalda con cariño -lamento preocuparte, debí ser más fuerte -

Itachi negó con desesperación -no, no, tu no tienes la culpa, ese bastardo que te tenía es el culpable, he estado entrenando mucho, yo te protegeré, te lo prometo, nadie volverá a lastimarte -Naruto sonrió con diversión- cuántos años tienes ahora?- Itachi se enderezó orgulloso- casi doce, ya casi soy grande -el rubio sonrió con cariño, besó su frente con amor, lo acostó en su hombro, su mirada se veía algo perdida viendo el cielo por la ventana, Itachi se emocionó con esa muestra de cariño dejándose hacer, lo había extrañado demasiado.

-Sabes?, es como si hubiera estado en tinieblas este tiempo, una pesadilla de la que no podía salir, me sentía encadenado en mi interior, no tenía control sobre mi cuerpo, ni sobre mis acciones- el Uchiha se apretó a él con fuerza -no tenía voluntad, era una simple arma y al parecer ahora, una simple máquina de crías -su voz se quebró al final, Itachi abrió sus ojos con dolor, bajó su mirada viendo el pequeño bulto en su abdomen, levantó su mano acariciando el lugar -estás en cinta?- Naruto sonrió con tristeza, giró su mirada avergonzada hacia la ventana, Itachi lo abrazó con cariño, se quedó en silencio a su lado dándole su apoyo.

-Jodí al tercero todos estos años, no lo he dejado descansar- Naruto abrió sus azules con sorpresa, sonrió con diversión, besó su frente una vez más -eres increíble, ese anciano fue quién me entregó- el Uchiha apretó el ceño con coraje, estaba seguro que Minato-san no se quedaría sin hacer nada- te agradezco, cuéntame, qué travesuras hiciste?- Itachi sonrió ligero- recuerdas el plan de las víboras?, conseguí algunas con un henge en el barrio rojo, me escabullí en su mansión donde está en arresto domiciliario, las dejé libres por la noche en su habitación -Naruto reía con diversión viendo los onix abrirse siendo demostrativos, sus manos hacían ademanes y pantomima según su versión de los hecho- también incendié su casa- Naruto reía con maldad mientras lo escuchaba; Kushina en la entrada había escuchado lo que dijo Naruto sobre quién lo entregó, su rostro estaba cabreado lleno de coraje, pensaba darles un poco de espacio, pero ese bastardo debía pagar, corrió a la torre a avisar a su marido, quería muerto al hijo de puta del tercero.

….

Minato sabía que el Daimyo no autorizaría encarcelar a un kage en la cárcel de fuego, ni en ni una otra cárcel, tampoco podría cobrar su vida como condena, el Hokage era una muestra de honestidad, un ejemplo, si lo condenaban, la credibilidad de konoha en los kages caería en picada, perdería poder, muchos tomarían bando al no estar de acuerdo o no creer en la verdad, era un anciano astuto que se había ganado el amor de la aldea, pero él debía cobrar venganza por su pequeño, lo haría con sus propias manos, vió a Hiruzen Sarutobi dormir como si fuera un bebé, sin culpa o cargo alguno, levantó un sello de privacidad, se acercó lentamente al anciano, la mirada del Namikaze era tan gris que parecía un témpano de hielo, apretó su mano con kanjis en sus dedos para inmovilizarlo, Sarutobi abrió sus ojos de golpe- ayudaaaaaa- el anciano veía al rubio con seriedad -esto que estás haciendo es un atropello Minato, no te servirá de nada torturarme, si se descubre que estoy implicado en todo, tu seres el principal culpable, tengo un seguro, una carta, si muero esa carta llegará al Daimyo-

El cuarto hokage sonrió con burla -exacto, si muere Hiruzen, si muere, pero… -guardó silencio, el anciano lo veía con terror, no se podía mover, tragó pesado -no pienso matarlo, eso sería muy fácil, sabe?, mi hijo dijo que se sentía atrapado en su interior, encadenado, entonces pensé, por qué no hacerlo sentir igual?, ya sabe, usted entregó a mi hijo- el tercero abrió sus ojos bastante -Danzo miente, yo no le entregué a tu hijo, no puedes creerlo, que hubiera ganado yo?- Minato lo vió con la mirada gris, levantó su dedo con kanjis en él, giró lentamente boca abajo al anciano y levantó el cabello en su nuca apretando su cabeza contra la almohada con coraje bloqueando su respiración, el anciano se sentía desesperado, aterrado buscando oxígeno, no podía respirar.

Minato dejó fluir la secuencia de kanjis- nooooooo malditooooo, desgraciadooooo- el sello se ocultó entre el cabello del anciano desapareciendo en su piel, el rubio sonrió al ver su mirada hacerse vacía, lo giró boca arriba nuevamente, acomodó todo en su lugar, había creado una cárcel mental para el anciano, sonrió con burla, saber de sellos le había ayudado bastante en su vida; lo acomodó en su cama con calma, Biwako y Tsunade simplemente sentirían que está en un tipo coma, un derrame cerebral, no había declaraciones de nadie en su contra sobre el caso de su hijo, no podían sospechar de él, todo parecía natural, se sentó a su lado, tomó su mano, sacó una pequeña aguja bastante delgada de sus tiempos como anbu, la enterró en uno de sus dedos suavemente bajo la uña, podía sentir su mano tensarse de dolor, dejó salir una descarga eléctrica por debajo de la uña, eran tan ligeras que el dolor se hacía una larga tortura, el cuerpo del anciano se elevaba de dolor una y otra vez, Minato no se movería de ese lugar hasta estar satisfecho, sonrió con maldad.

Otro pasado, otro futuro (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora