~• Capítulo 49 •~

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Mazikeen

Quito con agua oxigenada la sangre del pasillo después de quitar la del baño.

Se ha tirado tanto tiempo sin llamarme, saliendo a suicidarse, porque es lo que ha estado haciendo sabiendo que es el líder de la mafia roja por mí, ¿y esa forma de hacerse la víctima conmigo? El victimismo no funciona para nada conmigo.

Nadie nunca ha salido capaz de manipularme, nadie puede hacerlo. Podría haber ido al hospital como una persona normal y corriente, pero el pendejo gilipollas tenía que venir aquí como un puto colador porque no le gustan los hospitales.

Lágrimas se derramaban de mis ojos mientras quitaba el agua oxigenada del suelo, lo quita en pocos segundos.

Me quitó las lágrimas y me levanto poniéndome en pie. Cierro la puerta y antes de llegar a la habitación escucho que está hablando por teléfono.

— En cuanto pueda estaré allí, madre.

Está hablando con su madre. En el estado en el que está no puede moverse.

Bueno es un hombre, puede aguantar todo lo que le pongan por delante, si se va me hace un favor. Me asomo un poco, veo como se levanta con mucho dolor.

Entro a la habitación, —¿dónde vas?, —creo que no debí preguntar eso, se va a creer que me preocupo por él. Bueno, es que me preocupo por él, de la noche a la mañana no se me va ir el amor que siento por él.

— Al hospital, —levanto una ceja, ¿sí no le gusta esos lugares? — Mi cuñada ha intentado suicidarse y al parecer mi hermano llamó a mi madre llorando, tengo que ir.

— No tienes que ir si no quieres, —digo sentándome al otro lado de la cama en el borde.

— No es tan fácil decirle que no a mi madre iré y luego volveré a mi apartamento. Mi primo está hasta los huevos de mí.

Mi boca iba a abrirse, pero mi teléfono empezó a sonar, cuando vi el nombre me sorprendió demasiado, —¿se puede saber porque tu hermano me está llamando? — Le muestro la pantalla.

Se encoje de hombros, —no lo sé, pero si te llama es por algo importante, pero que muy importante. Te aconsejo que aceptes la llamada.

Respiro hondo. Miró otra vez la pantalla y lo descuelgo, —¿diga?

— Me alegra demasiado que aceptes mi llamada, Mazikeen.

—Yo no tanto, pero quiero escuchar lo que me quieres decir.

— Me gustaría hablar contigo en persona e informarte mejor, estoy seguro de que te gustará lo que te voy a decir.

— ¿Podrías ser en unos días? Necesito analizar que el hombre que traicionó a mi padre necesita mi ayuda.

— Sobre ese tema, lo siento. Lo siento muchísimo, —nunca he estado hasta el coño de una palabra en tan poco tiempo, —era un estúpido, un imbécil.

— No hace falta que me confirmes, que ya lo sé. En cinco días voy a tus depósitos, —le cuelgo. Miro a Nickolay que miraba con las cejas levantadas, —¿algo que objetar?

Niega con la cabeza y deja de mirarme. Veo que se quita la vía y se levanta con dificultad, —¿no ves que no puedes levantarte, cabezón?

— No voy a quedarme donde no me quieren. Lo noto, estás muy incómoda conmigo.

— ¿Y qué esperabas? ¿Qué estuviéramos como siempre después de lo que me dijiste? Pues no.

— Por eso, me voy. Cuando quieras hablar vienes a mi antiguo apartamento. — Tengo el presentimiento de que no pasará lo que pienso, que cuando tenga menos dolor volverá al campo.

Amor perverso ✓ Completa [#II Saga emperadores de la mafia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora