Amor perverso ✓ Completa [#II Saga emperadores de la mafia]

~• Epílogo •~

Maratón 7/7

Mazikeen

9 años después

Me pongo los pendientes al mismo tiempo que la maquilladora termina de prepararme.

— Va a quedar muy guapa con este maquillaje. — Dice la maquilladora mientras retoca mis ojos.

— Mi madre con o sin maquillaje esta guapísima, —aparece Alexander con un traje negro, muy elegante con una sonrisa radiante.

Conforme ha ido creciendo físicamente se parece muchísimo a su padre que en paz descanse. Ya tiene diecisiete años, cuando lo pienso no me lo creo.

— Mi bello hijo, estas para una explosión de lo guapo que estas. — Típico de nosotros lanzarnos piropos, esté quien esté.

Mueve la mano como si estuviera exagerando, —no más que tú, mamá.

La maquilladora termina junto cuando dice aquello mi hijo, —ya está usted, mírese.

Me miro al espejo de pie para verme completamente. El vestido estilo sirena de color negro brillante, bien peinada en un moño bajo. Estoy radiante.

— Perfecto, —miro a la maquilladora, —muchas gracias. — Ella me da una sonrisa y se marcha, —hijo, harías el honor de ponerme el velo.

— Claro, mamá. — Agarra el velo colocándolo en el peinado. Era muy largo. Me mira desde el espejo, —sigo sin creerme que te cases con papá otra vez.

— Sí. La primera vez que lo hicimos fue en secreto, pero él sabía mi sueño de que tu abuelo me llevará al altar y me pidió matrimonio, otra vez.

Me caso de nuevo, la boda como aquel entonces mejorada. Todos los invitados de negro incluido los novios.

— Papá es el mejor.

— Sí, tu padre es una de las mejores cosas que me ha pasado, al igual que tú y tus hermanos.

Las lágrimas de mi hijo se acumulan, —te quiero, mamá.

— Ven y abraza a tu madre, —nos abrazamos y no paro de darle besos en la mejilla.

— Mamá, vas a gastar todos tus besos en mí, no vas a dejar ni uno para papá.

— Tengo besos de sobra para todos.

La puerta se abre entrando dos niños, uno de nueve años y el otro de siete. Damien y Aiden son dos sacos de nervios.

Correteaban por todas partes. Si el mayor hacia una cosa, el pequeño hace lo mismo.

— ¡Niños! Como se nota que los parí yo a los dos.

— Solo nos divertimos, mamá. — Dice Damien sentándose en la cama. Aiden le imita y asiente.

— Me parece muy bien, pero tampoco empecéis a armarla que os conozco. — Miro los ojos de ambos. Tienen los ojos de su padre, azules claros.

Pero cada vez que miro a Aiden veo a su padre al igual que su hermana. Son la copia exacta.

— Vale, te haremos caso. No invocaremos al caos.

— No te creo. —entre cierro los ojos.

Al mismo tiempo se encogen de hombros. — Estos niños son un caso. — Dice mi apá apareciendo por la puerta con Evans. Me mira perplejo, —hija estas...preciosa.

Me acerco a él y le abrazo, —tú también estas muy guapo, —miro a mi padre, —y tú sin dudarlo estas guapísimo.

— Por favor, la novia estas radiante. — Aparece mi hermana con un vestido negro brillante muy corto, con un gran escote mostrando su espalda.