7. La pollería de Paleto.

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Me desperté a las nueve de la mañana por primera vez en mucho tiempo, y me costó levantarme de la cama una barbaridad. El ambiente se sentía pesado, y una tristeza inmensa conquistaba cada parte de mí. No tenía las más mínimas ganas de ir a trabajar, pero Conway necesitaba nuestra presencia por algún motivo.

Estoy caminando como puedo hacia comisaría, con un dolor de cabeza punzante y muchísimo sueño, a pesar de haber dormido casi doce horas. El día está nublado, acompañando mis emociones. Ni siquiera me molesto en ir deprisa. Cuando llego no hay nadie en comisaría, y me preparo con calma para entrar en servicio. Mientras cargo las armas, entra en la armería la primera persona que veo hoy.

—¿Qué pasaa, pituca? —dice el comisario a modo de saludo.

—Aquí, cargando las armas. ¿Tú? —la verdad es que no me apetece mucho hablar.

—Pues nada, que Conway me ha mandado a recogerte —me dice. Hace una pausa antes de volver a hablar— ¿Como estás?

Se me forma un nudo en la garganta. Cómo hubiera preferido una conversación sobre el tiempo ahora mismo... Respiro hondo y pongo mi mejor sonrisa.

—Bien —le digo asintiendo con la cabeza pero sin mirarle a los ojos. Noto su mirada en mi perfil. Nos sumergimos en un silencio ensordecedor por algunos segundos. Yo sigo cargando la pistola— ¿Nos vamos?

Termino de cargar la pistola y le miro. Él no dice nada, pero asiente. Comenzamos a caminar hacia el garaje, donde nos subimos a un patrulla y nos dirigimos a la ubicación que nos ha mandado Conway. Yo me dedico a mirar por la ventana todo el trayecto, sumergida en mis pensamientos.

Cuando llegamos, no puedo entender qué hacemos allí. La pollería de Paleto. No pregunto y sigo al comisario al interior. Cuando llegamos, un escalofrío recorre mi cuerpo. Allí hay múltiples agentes de la ley, incluidos algunos sheriff del norte. Parece que acaban de llegar. Hay tres sujetos en el suelo, de rodillas. Mi mirada pasa por todos los presentes, deteniéndose especialmente en Conway y Gustabo, casi preguntando con la mirada: "¿Qué está pasando aquí?" 

¿Sabéis dónde estamos? —pregunta mi jefe a los tres hombres.

—En una pollería, ¿no? —dice uno de ellos.

—Correcto —afirma el superintendente— A ver, os cuento. Habéis secuestrado a mi comisario. Habéis secuestrado a mi subinspectora... ¿Es correcto?

—Yo no he secuestrado a nadie —asegura uno de ellos— No sé nada de un secuestro.

—Ven conmigo —dice Conway, y lo separa de sus conpañeros— No sabes nada de un secuestro... Tampoco sabes nada de una paliza a mis agentes, ¿verdad? —el chico niega— Pero eres de los verdes, ¿no?

—Me muevo por ahí, sí.

—Quiero que me digas quién puede saberlo, y seas consciente de que de tu respuesta depende tu vida. Piensa muy bien en lo que me vas a contestar.

—Nosotros somos camellos, no tenemos ni idea. Quizá Smoke sepa algo.

Conway se mueve hasta otro de los camellos.

—¿Quién ha sido?

—Yo no sé nada, me desperté en el hospital —se defiende.

Conway insiste, pero el chico sigue negando. A pesar de amenazar con prender fuego a su casa, sigue afirmando no saber nada. Freddy decide intervenir.

—Chavalote, quiero que mires a tu colega, ¿vale? Vamos a hablar por las buenas. ¿De qué coño va todo esto? ¿Tenéis algo que ver, hay alguien más...? No tiene que acabar mal para vosotros.

A million little times [ꜰʀᴇᴅᴅʏ ᴛʀᴜᴄᴀᴢᴏ]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang