15. Nos veremos pronto.

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Cuando llego a comisaría no llevo solamente un dolor de cabeza terrible, sino también un mal humor que pocos querrían presenciar. Lo bueno de empezar tan temprano es que el comisario aún no está cuando entro en su despacho a recoger mi placa.

No he dormido muy bien. El mensaje que recibí anoche me desveló durante la mayor parte de la madrugada. No miento cuando digo que dormí con la pistola debajo de la almohada.

Hoy me paso la mayor parte de la mañana haciendo papeleo, ya que la idea de patrullar sola no es tentadora. Cuando llega el mediodía, decido salir y tomarme un descanso.

En el pasillo, me encuentro con Gustabo, que parece haber estado buscándome.

-Ven, Conway te está esperando -le dedico una mirada confusa-. Le dije que tienes que hablar con él.

Yo asiento y le sigo escaleras arriba hacia el despacho de Conway. Antes de entrar escucho voces dentro, por lo que deduzco que no está sólo. ¿Habrá organizado una reunión sólo para esto?

Entramos y me encuentro con el superintendente, el comisario y el subcomisario.

-Hola, jefe -digo. Gustabo pasa y cierra la puerta detrás de él.

-Y bien, ¿qué tienes que contarme con tanta urgencia? -quizá por el tono de su voz, la mirada de todos mis superiores sobre mí o la situación en sí, pero me recorre el cuerpo un escalofrío.

Cuando me quiero dar cuenta, han pasado varios segundos y aún no he dicho nada. Gustabo me mira con una ceja enarcada.

-Sí, perdón -saco el móvil y busco el mensaje-. Anoche me llegó este mensaje.

Le entrego el móvil al superintendente, quién lo coge con curiosidad. Yo me cruzo de brazos mientras él lee el mensaje

-"Eres la siguiente. Vamos a por ti, inspectora" -lee en voz alta-. ¿Y quién cojones te ha mandado esto?

Yo me encojo de hombros.

-No tengo ni idea, pero Gustabo y yo tenemos la teoría que fue el Calavera -le explico-. Que está haciendo lo mismo que hizo con Valbuena. Provocarle angustia para después...

No puedo decirlo. La idea me aterra. Puede que ahora mismo sólo sea un mensaje, pero también empezó así la última vez. Y Valbuena ya no está entre nosotros.

-Para después secuestrarlo y meterle de tiros delante de una puta cámara, sí -completa Conway por mí.

-Joder, jefe -dice Noah ante la ausencia de tacto en sus palabras.

Conway extiende el brazo y me devuelve el teléfono. Lo agarro y me lo guardo en el bolsillo trasero del pantalón.

-No vamos a dejarles que te hagan nada -aclara Freddy.

-Exacto. Esos hijos de puta no van a tocarle el pelo a ningún otro agente mientras yo pueda evitarlo -asegura el superintendente-. Falcon, a partir de ahora vas a estar en H-50. Puedes patrullar, pero a la más mínima indicación de que algo va mal abandonas lo que estés haciendo y avisas por radio.

-De acuerdo -confirmo.

-De todas formas, intenta ir siempre en binomio -pide el comisario-. Por ahora puedes ponerte con Gustabo.

-10-4 -no me molesto en mirarle. Sigo enfadada con él.

Cuando me voy del despacho, Conway sigue cagándose en todo el árbol genealógico del Calavera. En fin, lo usual.

Gustabo me ofrece patrullar con él, y aunque la idea de patrullar con Joe podría ser una opción, la descarto dados los hechos de ayer. Acepto su oferta y nos dirigimos al garaje.

A million little times [ꜰʀᴇᴅᴅʏ ᴛʀᴜᴄᴀᴢᴏ]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt