Twisted Love [Nicolas]

Capitulo 33

[Aviso de contenido explícito, por lo que leer bajo su responsabilidad]

Detuve a Nicolas, poniendo un dedo en sus labios. Mientras lo hacía, decidí tomar la iniciativa un poquito… Dirigiendo a Nicolas en sentarse de nuevo, mientras lo hacía me coloqué arriba de él. Se sorprendió bastante ante lo que he hecho y eso causó que quisiera hacer más. Con atrevimiento mi mano vagó por su pierna, apoyándola en la parte interna de su muslo.

Le impresionó bastante mi movimiento, tanto que pude oír que su ritmo cardíaco aumentaba.

No sabía lo que estaba pasando pero me gustaba lo que estaba haciendo y a Nicolas también le gustaba. Me dió algo de risa al verlo recuperar la compostura y no lo logró.

Cuando mi mano comenzó a recorrer su muslo, su respiración comenzó a volverse rápida y pesada. Nicolas se inclinó hacia adelante, esperando que hiciera el siguiente movimiento.

Mientras movía la mano por el interior de su pierna. Mis labios fueron a los de Nicolas, eso le bastó lo suficiente, pero para mí no. La mano que tenía la subí lentamente hasta llegar a la erección del chico.

Lo veo cerrar sus ojos con fuerza, intentando aguantar lo que había tocado.

Eso fue lo que sentí aquella vez que él decidió hacerme lo mismo. Hay que dejarle en claro que no siempre será él quién sea tocado.

Ay, lo dije muy extraño…

Se separó de mí por la falta de aire. Bueno, estaba excitado. Eso está más que claro.

—...Jenna, si continúas no me voy a detener ahora —avisó de lo que podría suceder.

—¿Y eso saldría mal?

—Solo trato de controlarme, pequeña.

—¿Por qué lo sigues haciendo? Ya te he dicho que...

—No quiero lastimarte, eso es todo —confesó luego de cortar lo que quería decir.

Nicolas mantuvo su mirada seria y firme. Parecía hablar muy en serio al respecto, pero no importa. No creo que suceda algo malo. ¿O sí?

—Lo que me dices es que… Solo nos besaremos y… ¿ya? —hablé un poco decepcionada.

—Eso planeo. ¿Por qué lo dices?

—¿No te das cuenta?

—Sí, pero te dije. No voy a hacerlo así y no quiero lastimarte.

—Te dije que no pasará nada.

—¿Por qué estás tan segura?

—Puedo soportarlo, te lo prometo. Juraré decirte que no pares.

Ajam, soy lo bastante honesta con lo que quería. Me miró con sorpresa y vi sus mejillas sonrojadas.

—No se trata de eso —murmuró avergonzado.

—¿Esperabas que no fuera honesta? ¿Qué me iría con rodeos sin ir a dónde quiero contigo?

—Jenna…

—¿Nicolas?

El chico suspiró y tocó su cabello con sus manos. Se le veía algo intranquilo, cómo si hubiera estado aguardando algo desde hace tiempo.

—¿Realmente lo quieres?

—...Sí —le confieso.

Con eso le bastó, ya qué de la nada me levantó y me acostó en la cama. Se subió encima de mí, sosteniendo mis manos con fuerza.