Sábado parte 2

2.5K 193 14
                                    


Aclaración: en este fic Jasmine tiene unos 10 años, por eso juega con Joey y normalmente está con él.


La marcha la lideraban Joey y Jasmine, correteando alegremente a unos cuantos metros de distancia. Leia los seguía de cerca, trotando detrás de ellos y dejando completamente olvidadas a Chiara y Violeta, que cerraban la curiosa comitiva. Habían intentando, en vano, llevar a Leia con la correa, pero en cuanto los dos pequeños comenzaron a correr fue una causa perdida. Por tanto, rendirse y dejar que el animal corriera libremente les pareció la mejor opción.

—Es rebelde y hace lo que quiere, igual que su dueña —había bromeado Violeta.

Así que ahí estaban las dos, observando desde lejos a sus hermanos y a Leia, caminando a su propio ritmo. En ese momento Violeta iba hablando de sus propias mascotas, contándole la historia de cómo las había adoptado, y aunque Chiara estaba escuchando atentamente, no podía evitar que su concentración se fuera por las nubes cada vez que se giraba a verla. Pero, ¿podían culparla por eso? Después de todo, era una simple chica caminando junto a la chica de sus sueños, viendo cómo el sol hacía brillar sus bonitos ojos marrones, y aquel bonito hoyuelo que se formaba en su mejilla mientras sonreía al hablar, ¡y ni hablar de la sonrisa enternecida al hablar de sus perritos! ¿Cómo podría actuar normal bajo semejantes circunstancias? Ahora, por ejemplo, acababa de descubrir que Violeta tenía un lunar apenas visible en una mejilla y no podía dejar de mirarlo.

Para su suerte, un ladrido de Leia la regresó a la realidad antes de que Violeta notara que se había perdido de la conversación durante unos cuantos minutos. Y si Chiara se había perdido algunos detalles del relato de Violeta por haber estado demasiado ocupada mirando todos los preciosos detalles de su rostro, la chica nunca lo sabría. La caminata no se prolongó mucho tiempo más después de eso, y pronto divisaron el pequeño parque del que hablaba Chiara más temprano. Como si su cuerpo tuviera una mente propia que recordaba la plaza, de repente se sintió tan emocionada como cuando era una niña y la llevaban allí a pasar la tarde; aquella emoción nueva y conocida a la vez no pasó desapercibida para la mayor, que la miró con una sonrisa en el rostro.

—¿Aquí sucedía la magia? —preguntó entonces la pelirroja.

—Yo llevaba la magia a todas partes, Vivi —respondió ella sin perder el tiempo, ganándose una carcajada—. Pero me gustaba llevar mi magia particularmente a ese árbol.

Al decir aquello, señaló uno de los tantos árboles de la plaza, su lugar favorito de todo el parque. A pesar de que aquel espacio verde y frondoso ya no lo era tanto como durante su niñez, el árbol se mantenía erguido y orgulloso, tan magnífico como siempre.

—Obviamente ahí prepararemos nuestro picnic, en ese caso —decretó Violeta, encaminándose al árbol—. Y tal vez puedas contarme algunas historias de este lugar.

—Tengo curiosidades de esta plaza —informó con tono provocativo—. Pero primero vayamos a sentarnos.

—¡No puedes decirme algo así y no contarme todo de inmediato! —protestó Violeta—. ¡Eres un monstruo, tú, Chiara Oliver!

—Despiadada y cruel, Vio —la corrigió ella, dedicándole una mirada traviesa—. Eso es lo que soy, ¿o no?

Violeta puso los ojos en blanco, y eso fue lo último que Chiara llegó a ver antes de gritarle "te juego una carrera" y salir corriendo hacia el árbol. Mientras tanto, sus dos hermanos ya se habían instalado en la parte de los juegos, adueñándose de los columpios, y Leia parecía haberse asignado a sí misma la tarea de cuidarlos, pues los siguió como una sombra, sentándose a pocos pasos de ellos sin quitarles la vista de encima.

Número equivocado! (KIVI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora