El del Oxxo | Luckity

Salida

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No habían dejado de hablar después de aquello. Las conversaciones eran largas, divertidas y entretenidas, también a veces hacían llamada sin alguna otra intención más que conocerse un poco más.

Gracias a los horarios del trabajo de ambos, era algo difícil volver a coincidir.

Quackity se encontraba bastante aburrido, menos mal estaba a minutos de salir, pues ya iba a acabar su turno, solo quedaba ser paciente. Miraba constantemente el reloj colgado sobre una pared y justamente alguien entró a la tienda, su mirada se dirigió hacía el sonido y miro a su compañera de trabajo, la que iba a tomar el turno.

La saludo con una suave sonrisa en su rostro, tenía que esperar a que se alistara para poder retirarse, y eso tomaban 10 minutos más.

Finalmente, llegó ella y cambiaron. Eran alrededor de las 8 de la noche, esperaba encontrar transporte, si no, tendría irse caminando. De tan sólo pensar en ello, le dio un escalofrío, la última vez... no salió tan bien eso.

Agarró sus cosas y se despidió de su compañera para posteriormente salir de la tienda, miro a todos lados, estaba algo oscuro a pesar de haber postes de luz. Un suspiro pesado salió de sus labios para después empezar a caminar.

A los minutos, un extraño hormigueo se presentó en sus brazos y nuca, se sentía algo extraño y eso no era buena señal. Inevitablemente soltó una risita nerviosa, y se abrazó un poco a sí mismo, para sentirse seguro y al menos darse algo de calor.

Vió luz, literalmente. Se iluminó un poco de más la calle, en eso captó.

Un coche estaba atrás de él.

Los pensamientos más aterradores pasaron por su mente a una velocidad impresionante, y antes de poder echarse a correr, el coche se detuvo a su lado, miro hacía este y la ventana bajó.

-¡Quacks!

Oír aquella voz lo trajo a la realidad, un gran alivio se colocó en su pecho y pudo respirar correctamente, ya que sin haberse percatado, había contenido su respiración.

-Lusu... -Una sonrisita de dibujo en sus labios, y se acercó al coche.

-Quacks, te me adelantaste. Uh, te iba a invitar a cenar, por eso vine. -Comentó el castaño, quitando el seguro de la puerta, y abriendo está, para que el azabache entrara. -Pasa.

Quackity inevitablemente se sonrojo un poquito, pero no se negó. Entró al auto y colocó su mochila encima de sus piernas.

-Gracias, Lusu. ¿A dónde iremos? -Cuestionó, mirando unos momentos al frente, para después mirar a su costado, visualizando el masculino perfil del castaño, soltó un suspiro, era tan jodidamente atractivo.

-Vi un restaurante hace un par de días, así que quería invitarte. -Dijo con una pequeña sonrisa, y empezó a conducir, sentía la mirada del azabache sobre él, pero no diría nada.

-Oh.. ya, ¿de dónde sacaste el carro? -Preguntó con curiosidad.

En una de sus tantas conversaciones, Luzu le platicó que no tenía coche, siempre iba en transporte público, o pedía algún uber.

-Lo renté, es más económico, aún que no es cómo si me faltará el dinero, pero es más cómodo. -Habló sin apartar la vista del camino.

No había un hombre más hermoso que Luzu.

Tal vez estaba exagerando, pero Dios. Su cabello ligeramente largo, su vestimenta algo gótica, su postura, su cuerpo, sus facciones. De tan solo pensar en Luzu a profundidad podría provocarle una erección.