Azuka es una chica de 19 años con muchísima mala suerte desde pequeña. Es tan patosa, despistada y le surgen tantos peligros, que ni ella misma sabe cómo ha conseguido burlar a la muerte tantas veces, ni tantos años. ¿En ese caso, no sería al contra...
Los 3 bajaron a la cocina y una vez allí, Azuka se puso el delantal para no mancharse su pijama rosa y se recogió el pelo en un moño.
Azuka: bien pequeño, ¿Qué te apetece comer?
El diablillo, bajo la atenta y penetrante mirada seria de Kazuki, se acercó a la batidora con una sonrisa enorme.
Azuka: um... ¿Quieres que haga puré de algo?
Kazuki: Sí, de tí precisamente... Seguro.
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El niño volvió a reírse con su típica y traviesa risilla.
Azuka: vale, pues... Parece que acerté... ¿Quieres alguna en especial? De patatas... Verdura...
El niño como no respondía Azuka no supo que hacer, por lo tanto, decidió elegir ella.
Azuka: esta bien, sientate. [Remangarse] Te intentaré hacer la mejor cena que pueda.
Él negó con la cabeza y apretó más fuerte la batidora en un abrazo
Azuka: ¿Quieres ayudarme a cocinar?
Niño: jijijiji.
Azuka: [sonreír] pero... Es peligroso. Escucha, cuando cocino siempre se lían muchos desastres. ¡Boom! [Simular una explosión con los brazos] Si me ayudas puedes salir herido. Tendrás que sentarte como niño bueno. ¿Entendido? Jeje.
Kazuki: ¡NO LO DIGAS TAN CONTENTA Y CÓMO SI NADA ESTÚPIDA!
Niño: [Poner ojitos de cachorrito] Quiero ayudar.
Kazuki: [hacer una mueca, molesto] puedes empezar con irte de la casa, si tanto quieres eso.
Azuka: vale... Pues (¿Qué le mando yo que no sea tan peligroso?) ¡Ya sé! Puedes ayudarme con ir poniendo la mesa. ¿Puedes?
Niño: ¡Claro! Jijijiji.
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Azuka: bien, primero pon el mantel.
Kazuki: [pensativo] vale... No es peligroso que tenga en sus manos un mantel. ¿Oh sí?
Y precisamente sí lo era. Cuando Azuka iba a sacar el mantel, los ojos rojos del diablillo brillaron, y Kazuki tuvo que reaccionar rápido. El niño había invocado una araña negra y sobrenatural.
Kazuki: ¡Azuka, no abras el cajón!
Pero ya era demasiado tarde. Azuka la abrió y ahí estaba el insecto listo para saltar sobre ella al momento que se sorprendía y retrocedía.
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Azuka: [aterrada] ¡¿Esto es una araña?!
Niño: [mirar la escena desde la mesa] jijijiji.
Al no ser una araña corriente, Kazuki tuvo que actuar rápido. Si se le tiraba encima y la picaba, podría ser el fin. Hasta que se le ocurrió una idea. Cerca estaba el rodillo de cocina. A toda prisa hizo que Azuka lo divisara y que lo agarrara. La araña saltó como era previsto y Kazuki esperando el momento perfecto, hizo que Azuka instintivamente agitara el rodillo como un bate de beisbol y la araña quedó reventada en un pegajoso y asqueroso pringue verde que manchó el suelo y parte de la encimera.
Azuka: uf... Que susto... ¿qué fue eso? ¡Que asco! Tendré que fregar todo este desastre...
Agarró la fregona y tras limpiar el desastre, Agarró un trapo para limpiar la encimera.
Azuka: cielos... Sé que tengo mala suerte cocinando, pero nunca me pasó nada similar antes... [Abrir el grifo] ¿eh? ¿Qué pasa ahora?
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Kazuki frunció el ceño confuso, volvió a mirar al niño y en shock vió cómo de nuevo, el niño tenía los ojos brillantes invocando un nuevo problema.