Bajo La Nieve.

Capítulo 6

Camelia.*

Me encerré en la habitación y cerré la puerta, no vaya a ser que quiera volver a seguir con la discusión. Llegué a creer que iba a lograr convencerlo de dejarme ir.
Sigo sin comprender el porque esta tan convencido de que debemos estar juntos, debería buscar otra mujer, una de su edad, que lo quiera y haga vida a su lado, soy demasiado joven para él, sin mencionar que no lo amo.
Me senté en la cama, solté un suspiro sintiéndome tan aburrida, no sé que hacer para perder el tiempo, quizás podría salir e investigar, saber si hay una manera en la que pueda salir de aquí.
Me levanté y miré a mi alrededor, comencé a limpiar y acomodar la cama, no hay suciedad, así que fui al baño, esta limpio y es lindo.
Entre, hay una ventana, pero es demasiado pequeña, nadie podría salir por ahí, intente abrirla, pero no fue posible. Al rendirme salí del baño y fui a la ventana de la habitación, al igual hice lo posible por abrirla pero no fue posible, esta sellada. Toqué el vidrio, esta muy grueso, pareciera que es de los blindados, di golpes leves, aquellos que quizás habrían hecho reacción debido a lo frío que esta afuera, pero no, cómo si nada pasara.
Solté un suspiro, será mucho más difícil de lo que pensé, gire sobre mis talones, yendo a la puerta, giré la perilla. La puerta se abrió, así que con precaución me fije que no estuviera cerca, aprovechando para salir e ir a investigar.
Esta vez fui al lado contrario de las escaleras, queriendo ver las otras tres habitaciones. Abrí la primera puerta, dándome cuenta que es una habitación, es más pequeña que la que estoy usando, entré, esta no tiene baño y los muebles se ven muy desgastados y viejos. Fui a la ventana, dándome cuenta que el vidrio de esta habitación es delgado, incluso las cortinas se mueven un poco por el viento y eso que la tormenta se ha detenido.
La ventana es grande, si el vidrio se quebrará podría pasar por ahí sin problema. Sonreí, decidí salir y no mostrarme interesada en esa habitación, una vez que salga de la casa tomaré la ventaja, me iré de aquí, aunque le verdadero problema es llegar a la carretera, no sé que tan lejos esté, ni si habrá tormentas, si estoy allá afuera mientras nieva podría terminar congelada y muerta.
Abrí la siguiente puerta, es un pequeño armario, está lleno de herramientas, esto también podría ayudarme, fui a la siguiente, la cual debe ser su habitación, no me equivoque, así que ingresé, no tengo idea de donde debe de estar, pero revisare rápido y me iré.
Fui al estante que esta a un lado de la cama, abrí los cajones, dándome cuenta que hay ropa interior, playeras y zapatos. Al no notar nada interesante fui al closet, había abrigos grandes, al parecer esta acostumbrado a éste tipo de clima.
Abrí algunos cajones, me quedé helada al ver algunos maletines, todos tenían candado, dejando muchas cosas a la imaginación, en medio de todos había una caja, la cual se sentía pesada, la tomé en mis manos y salí rápido de la habitación corriendo a la que estaba usando.
Me agaché y la medi debajo de la cama.

— ¿Qué haces? — Preguntó su voz.

Me levanté de golpe y lo miré, creo que se me notaba nerviosa ya que entró poniéndose a la defensiva.

— ¿Qué hay debajo de la cama? — Cuestionó haciéndome a un lado.

Podía sentir que me sudaba la espalda, rápido abracé su brazo, logrando tener toda su atención.

— Había una pelusa, pero pensaba que era una araña. — Expliqué riendo un poco.

Su cuerpo se relajo y se colocó frente a mí, tocando mis hombros.

— Tranqula, hace tanto frío que no hay ese tipo de plagas. — Dijo riendo un poco.

Me le quede mirando, es verdad que es atractivo, pero hace poco estaba enojado, no entiendo como ahora actúa como si nada.

— Entiendo. — Murmuré sin saber que decir, esperando a que me saltará.

Al parecer se dio cuenta, deslizó sus manos por mis brazos, logrando que sienta un escalofrío, iba a alejarme pero se puso frente a mí, dio un paso al frente y por inercia di uno hacia atrás, hasta que choqué con la cama.