número seis.

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— .. Me preguntaba si accederías a ir conmigo por un helado éste domingo. — preguntó Julián, uno de los muchos que se han acercado a Thea en toda la mañana.

Luego de que todo el instituto notara que la dulce Thea no es tan dulce como lo aparenta, al verla contonear sus caderas por la pista de baile junto a Justin Bieber, no han sido pocos los pretendientes que han salido a la lúz. Aquella noche tuvieron la oportunidad de poder ver más allá de los típicos jeans ajustados y los suéteres anchos de colores pasteles que Thea suele usar. Admiraron sus largas bronceadas piernas, despertando el morbo y interés en ellos.

— Agradezco mucho tú petición pero es que mis abuelos vienen del campo por éste fin de semana, y no creo que sea prudente tener una salida mientras ellos están en casa — contestó Thea amable, con una mueca en su rostro.

No mentía.

Julián asintió con una mueca en su rostro — Entonces supongo que te veré rondando por ahí .. — se despidió.

Thea asintió y mostró una pequeña sonrisa. Tomó su botella de agua y luego de destaparla dio un pequeño sorbo.

— ¡Hola Miss. Popular! — Rae llegó a su lado con su usual entusiasmo.

— ¿Cómo me llamaste? — Thea apartó su botella de agua y se concentró en el plato de frutas que tenía en su bandeja, para su satisfacción esta vez almorzaban en el patio trasero sin rastro de Ryan o sus amigos.

— Miss Popular. ¡Chica eres la sensación del momento! ¡He escuchado que Andrés ha estado pensando en invitarte a salir! — exclamó Rae con una sonrisa en tu rostro.

— ¿Andrés el de teatro? — frunció el ceño y llevó una pequeña uva verde a su boca.

Rae asintió frenéticamente — ¿Por qué te alegras? ¿No es a ti que te gusta? — preguntó extrañada.

— Qué va — contestó mientras hacía un ademán con sus manos, restandole importancia — Tan solo pienso que es guapo, y es un buen chico así que me alegraría si te invitara a salir. Mereces un buen chico — se encogió de hombros.

Thea sonrió, enternecida por las palabras de su amiga. — Lastima que no esté interesada en el.

— ¡¿Qué dices?! ¡Me dijiste que era buen besador! — exclamó.

— Debo recordar que lo besé para una obra de teatro, y ha sido mi compañero de teatro desde tiempos inmemorables. No es mi tipo, de todas maneras.

— ¿Y cuál es tú tipo? ¿Qué su nombre empiece con J y terminé en Ustin? — Rae enarcó una ceja.

Thea sintió sus mejillas calentarse y bajó el rostro a su plato de frutas, el cuál ahora era simplemente un plato lleno del néctar que las frutas estilan. Jugó torpemente con el tenedor de plato en el envase transparente.

— No sé de qué estás hablando — murmuró incómoda.

— ¡Oh, vamos! No sé si te olvidas, pero tiene chica. Y actualmente lo estás ayudando a conquistarla.

Justin se acercó hacía ellas con una sonrisa coqueta en su rostro — ¿Qué hay, preciosas? — sin invitación alguna, tomó asiento entre ambas chicas.

— Bueno, yo debo ir a la biblioteca a buscar un libro para la tarea de literatura. Los veré luego, chicos — Rae tomó sus cosas y se puso de pie, alejándose de allí con prisa.

Justin se encogió de hombros y miró a Thea — ¿Te gustaría acompañarme al centro comercial después de clases? Quisiera comprarle un detalle a Hailey — Thea se encogió de hombros y asintió. — Perfecto, te veo en la salida — guiñó un ojo y se puso de pie.

Justin y Thea habían recorrido todo el centro comercial, y aún no encontraban que comprarle a Hailey. Justin decía que nada era de su estilo.

— ¿Qué crees que debemos hacer? — preguntó Justin mientras se mordía el labio inferior.

— Mm, no lo sé — contestó Thea mientras se sentaba en un pequeño banco — ¿Sabes? No todos los detalles deben ser regalos costosos, o materiales.

— ¿Qué estás diciendo? — frunció el ceño.

— Que deberías regalarle algo hecho por ti mismo, y que ella sienta que ha venido de ti pues tiene detalles que te gustan. — Justin frunció el ceño — Me explico. Amas la música ¿Cierto? — Justin asintió — Entonces graba en un disco un montón de canciones que les guste a ambos. Ve a su casa y escuchala junto a ella mientras comen helado, o pastel .. No lo sé — se encogió de hombros.

El rostro de Justin se iluminó y una sonrisa salió de sus labios — ¡Dios, Thea! ¡Eres un ángel! — exclamó rodeando sus hombros en un fuerte abrazo.

A Justin le gustaba el hecho de que Thea siempre tenía una solución para todo, pero más que eso le gustaba que tenga la paciencia suficiente para lidiar con el burlón húmor de Justin, que para muchos suele ser molesto.



¿cómo ser un caballero?✧Where stories live. Discover now