¿cómo ser un caballero?✧

.número ocho.

Justin se acercó hacia Thea con una pequeña sonrisa en su rostro, y su típico aspecto despreocupado de siempre. Thea no lo notó, pues estaba muy ocupada tratando de quitar el lazo que adornaba su pelo que se le había enredado.

 — Hola algodón — saludó Justin mientras se recostaba del casillero junto al de ella.

— ¿Algodón? —  se burló Thea.

— Sí, es que todos te llaman "La dulce Thea", pero sería extraño decir "Hola dulce Thea". El algodón es dulce, así que te sienta bien — se encogió de hombros.

Thea mostró una pequeña sonrisa, aún con las manos en su pelo — ¿Necesitas ayuda? — preguntó Justin.

— ¿Crees que puedas arreglarlo? — suspiró Thea.

 — He peinado a mi hermana pequeña un par de veces, creo que tengo experiencia.

Thea le dio la espalda a Justin, para que el pudiera tener mejor vista del gran nudo. Justin tomó el lazo y tiró de éste con suavidad, haciendo su mayor esfuerzo de no herir a Thea. Luego de sacar el lazo completamente, se lo tendió a Thea con una sonrisa plasmada.

— Gracias — tomó el lazo y lo metió en su casillero.

Debido a que no tenía ningun lazo, su pelo estaba completamente suelto y caía como cascada sobre sus hombros.

— Luces hermosa con el pelo así.

Thea agachó el rostro sonrojada y musitó un pequeña "Gracias".

— ¿Sabes? Me he decidido.

 — Mm, ¿Si? ¿A qué? — preguntó Thea.

—  Pues me gustaría continuar con esto de las lecciones.

— Uh, Bieber. ¿Ya tienes a alguien en mente que conquistar? — bromeó Thea.

Justin carcajeó entre dientes. — De hecho sí.

— ¿Quién es la afortunada? — preguntó Thea sonriente.

 — Tú — contestó Justin simple.

Los dientes de Thea fueron cubiertos con sus labios, esbozando éstos aún una pequeña sonrisa y sus mejillas se tornaron rojas.

La campana sonó, indicando que las clases iban a dar inicio, y Thea agradeció mentalmente.

 — Um, tengo que ir a clases — murmuró nerviosa.

— Supongo que te veré más tarde — Justin se mordió el labio inferior, y Thea se puso aún mas nerviosa.

Mostró una pequeña sonrisa y se dio la vuelta, camino a su salón de clase correspondiente. Tenía mucho que contarle a Rae.

Las clases no fueron nada de lo común. Thea se la pasó dibujando corazones deformes en la parte de atrás de su libreta, y pensando en todo lo que le estaba pasando con Justin últimamente.

Le gustaba, de eso no había duda. Pero no quería ser reconocida como "el plato de segunda mesa" que Justin recogió luego de que Hailey le haya terminado.

Quería amor verdadero, y estaba segura de que si lo buscaba en Justin, podría ser capaz de encontrarlo.

— ¡Rae! — la llamó Thea mientras corría tras ella.

Rae se dio la vuelta, y dejó de caminar mientras esperaba que su amiga se acercara a ella. — ¿Qué harás ésta tarde?

Rae mostró una pequeña sonrisa maliciosa — ¿Tarde de chicas?

Thea sonrió por igual, y Rae la tomó de la mano. Caminando así hasta llegar a casa de Rae.

A las cinco de la tarde la tarde de chicas, todavía continuaba. Decidieron tener un maratón de películas de los noventa, ya habían visto "10 things I hate about you"  y era el turno de ver "Never been kissed", pero llevar a cabo aquella acción se estaba volviendo un poco complicada, ya que el celular de Thea no paraba de sonar.

— ¿Por qué no contestas y listo? — preguntó Rae incomoda por las constantes llamadas.

Thea bufó, y contestó la llamada de mala gana. — ¿Bueno?

— ¡Thea! — la chica rodó los ojos al escuchar aquella voz, que para ser de un hombre sonaba un poco chillona.

— ¿Qué necesitas, Justin?

— ¡A ti! — exclamó el chico.

— ¿Para? — preguntó Thea en el mismo tono neutro anterior.

— ¡Estoy aburrido!

— Dios, ¿podrías parar de chillar? Ahora mismo estoy ocupada, pero te puedo llamar más tarde.

— Thea, ¿Estás con un chico?

— ¿Qué? ¿De qué hablas? Estoy con Rae, ¡Tonto!

— Mmm. ¿Me puedo unir?

— ¡No! Es tarde de chicas, llama a Ryan, no lo sé.

— Pero .. — Thea no lo dejó terminar y colgó la llamada, con la intención de volver a la película.

La extraña sonrisa que Rae tenía en su rostro incomodaba a la pobre Thea, pues era burlona y irónica. — ¡¿Qué?! — exclamó.

— ¡Le gustas! — chilló la rubia.

Thea rodó los ojos y tomó el control de la televisión, dándole click a reproducir la película, pero ni siquiera eso la libró de las burlas de su mejor amiga por toda la tarde.