Aemond Targaryen

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Segunda parte del one shot anterior.
Modern AU.

Al siguiente día, entregó su carta de renuncia a Recursos Humanos, en dónde Alys le respondió que debía de presentarse en la compañía para hacer válida su renuncia.

Y eso hizo, a pesar de tener dos meses de embarazo, no quería que nadie supiese sobre su estado.

—Mi carta.

—¿Su carta de renuncia? —Alys rió. —tal parece que haces tan bien tu trabajo que el jefe quiere verte.

—¿El señor Viserys Targaryen?

—No, Aemond Targaryen quiere verte. —y para ella, su mundo se detuvo. —pasa, está en su oficina. —la pelinegra le dio una mirada burlesca mientras ella se retiraba, acercándose al ascensor enorme puerta que decía Aemond Targaryen en placas doradas. Tocó una vez.

—Pase.

—Dijeron que me necesitaba, señor.

—¿Señor? ¿Por qué tanta formalidad Avyson? Como sí no nos conociéramos desnudos.

—Dijeron que solicitó mi presencia.

—Así es. Me han dicho que deseas renunciar. ¿Por qué?

—Son temas personales, señor.

—¿Quieres un aumento? Bien. ¿Quieres un ascenso? Bien. ¿Quieres qué te pague y no trabajar? Bien. ¿Por qué quieres irte?

—He tenido otra oferta, señor.

—¿Señor? ¿Ahora soy señor y no Aemond o mi amor? ¿Qué pasa con las cenas en tu departamento o las comidas qué hicimos juntos? ¿El restaurant? ¿Nuestras noches?

—Señor, usted era mi jefe y no deseo ser un impedimento.

—Avyson. ¿Qué tanto escuchaste?

—No impor...

—¿Qué tanto escuchaste?

—No escuche nada.

—¿Segura? Porqué está conversación la tuve con Aegon.

—Sé quién eres Aemond, sexo, nada de compromiso. ¿Por qué cree qué yo no querría lo mismo?

—No era lo mismo contigo. Te conozco Avyson.

—No señor. Acepte mi renuncia.

—No no lo haré, sé que piensas que jugué contigo, que te veo como mi juguete sexual, mi puta personal, pero no es así. No deseo casarme ni tener hijos, aún. Pero debo de casarme y prevalecer mi linaje, no permitiré que los cachorros de Rhaenyra hereden todo.

—¿Y sólo por eso tendría hijos?

—¿Por deber? Sí.

—No necesitaba explicaciones pero gracias señor Targaryen, acepte mi renuncia.

—No no lo haré, tómate unos días fuera.

—¿Me está despidiendo?

—No, ten un respiro, tantas cosas te pueden agobiar. ¿Ya te ha llegado tu período? Sé que no. Tal vez sea eso, ve a casa y tranquilízate.

—No, mi período llegó y deseo irme.

—¿Por qué? ¿Acaso tienes mejores ofertas? Te hago mi CEO sí deseas.

—No, sí soy su CEO me verán como su puta, aún soy joven y no tengo la experiencia necesaria, sólo haría caer su imperio, y el de sus hijos.

—No te comprendo Avyson. ¿Por qué?

—Porqué así lo deseo Aemond. ¿Comprendes? Ha no quiero estar aquí.

—¿Te hicieron algo?

—¡Aemond sólo acepta!

—¡No!

—¡Acepta y déjame!

Aemond gruñó, había algo en Avyson que aún no lograba descifrar, él sabía que ella tenía un atraso, lo sabía por su calendario, suponía que eran problemas hormonales, ellos se cuidaban muy bien. Ella no podría estar embarazada.

—Ya tu renuncia está procesada, a tu cuenta llegará tu dinero correspondiente.

—Gracias.

—No dije que podías irte.

—¿Qué necesita?

—No te comprendo, realmente no lo hago, soy el soltero más codiciado de la ciudad, soy guapo, joven y exitoso. ¿Y te vas sin más? No entiendo a las mujeres. ¿Un buen sexo no es suficiente? ¿Qué? ¿Quieres qué me arrodille y te haga el mejor oral que vayas a tener en tu vida? Bien, acuéstate y abre las putas piernas.

—¡No! Simplemente ya no deseo trabajar aquí.

—Lo tienes todo. Maldita codiciosa.

—¿Codiciosa? Sólo deseo marcharme. No tendría porqué importarle.

—Tienes razón, supongo que es porqué eres la única con la que he tenido con un buen sexo. Pero no te preocupes, Alys siempre puede tomar tu lugar.

—Sé que su puta personal puede hacerlo, buen día señor Targaryen.

Ninguno de los dos debió decir lo que dijo, Avyson no debió de tomar una decisión apresurada y Aemond no debió de decir aquella mentira, ambos estaban completamente lastimados por sus mentiras y secretos.

Salió de la empresa, notando a Aegon entrando, el mayor la miró y le sonrió, ella le devolvió la sonrisa, sin embargo, Aegon sabía que algo había sucedido, por lo que no dudo en ir a la oficina de Aemond y encontrarla hecha pedazos.

—Hey ya, cálmate.

—Vete Aegon.

—No, eres mi hermano y me preocupo. ¿Qué sucedió?

—Avyson se ha ido.

—¿Murió?

—No, creo que quería algo serio, matrimonio y niños y yo...

—Tú también lo quieres. ¿Por qué te engañas?

—Porqué por más que lo desee, no puedo.

—Aemond, tú no eres nuestro padre, la madre de Rhaenyra murió y ella es una increíble madre y madrastra. A pesar de que su madrastra fue una perra con ella. Tú no serás igual que Viserys.

—No lo sé. Se molestó y renunció.

—Aemond, lo que sea que ustedes tenían, era algo. Y la cagaste, llámala y hazte cargo.

—Le dije que sí se iba, iba a follarme a Alys.

—¿La de Recursos Humanos? Que asco Aemond.

—¡No lo pensé!

—Lo sé, tranquilo, llama a esa fierecilla y explícale todo.

—No me responde, me bloqueo y no tengo como comunicarme con ella.

—Siempre tienes una manera.

—La perdí para siempre.

—No, no es así. Llámala y pelea por ella, sí ya no puedes, ya no puedes, inténtalo.

Pero por más que Aemond llamó, no hubo respuesta alguna, hundiéndose en vino dorniense con Aegon a su lado. Hasta que fue obligado a volver a ser el mismo hombre frío, cruel y brusco que todos conocían, su corazón ya no tenía calidez por nadie, ahora era frío como debió ser desde el inicio.

Por otro lado, Avyson lloraba durante su parto, hasta que finalmente nacieron dos cabezas platinas, sus preciosos hijos a quiénes llamó Baelon y Aelora, ojos azules, piel pálida y regordetes, con finos cabellos lacios blancos, le recordaban tanto a su padre.

Por lo que supo, Targaryen's Company construyó una sede al lado de su departamento, por lo que, sin saberlo, tendría al enemigo más cerca de lo acordado.

HOTD OS PT.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora