Aemond Targaryen

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Los verdes jamás la verían llorar y menos por ellos.

—¿Algo qué decir en su defensa, princesa Aenerys?

—Soy inocente. —dijo y Otto rió. —¿Algo qué decir, Hightower?

—La han visto paseándose por Flea Bottom con su amante princesa.

—¿Y los testigos dónde están? Que vengan aquí y digan todas sus habladurías.

—Ellos confiaron en nosotros para decirnos la situación, princesa Aenerys. —Alicent dijo.

—Igual a su madre. —río Cole.

—Abuelo. —dijo volteándose hacía el moribundo, mostrando sus ojos más inocentes y su sonrisa más bondadosa. —ha dicho que mi madre es una puta.

—¡No ha dicho tal cosa!

—¿Y por qué lo defiende mi reina? Al parecer no soy la única puta aquí, entonces.

—¡Perderá la lengua!

—Bien, que me la corten, pero Cole perderá su cabeza.

—¡Suficiente! Aemond. ¿Estás consciente de qué si anuló tu matrimonio jamás podrás casarte con Aenerys otra vez?

—Lo estoy, y no me importa, esta mujer y su bastardo no me interesan.

—Vete a la mierda Aemond. Mi hijo será tu fiel retrato y ese siempre será mi mayor tortura. —tomó sus faldas y se marchó de ahí.

Viserys suspiró, Aemond miraba la mesa, mientras Aegon bebía vino.

[***]

—Mi niña.

—Abuela. —sonrió abrazando a Rhaenys.

—¿Cómo estás? ¿Ya eres libre?

—¡Ya no estoy obligada a estar con el maldito que ve todo a la mitad! —sonrió y su abuela se rió.

—Vayamos a Dragonstone, no permitiré que te humillen más. Haré que preparen a Duna. —Rhaenys tomó el rostro de su nieta. —con honor hasta el final, eres una Velaryon, no una mierda.

—Con honor hasta el final, soy una Velaryon, no una verde.

—Así es mi niña. —sonrió, le dolía ver a Aenerys, a sus ojos siempre sería la niña que Laenor con tanta emoción les presentó, ella esperaba ver a una niña castaña, su sorpresa fue mayor al ver que no era castaña ni mucho menos pálida, era peliblanca y morena como ella. Y ahora, ella esperaba un bebé.

—A Dragonstone entonces.

[***]

—¿Cómo está?

—No sale de sus aposentos. —Rhaenyra suspiró. —está deprimida, apenas y come.

—Maldito tuerto. —Daemon dijo entre dientes. —¿Cómo se atreve a dudar de nuestra hija? Cuando Aenerys no hizo más que serle fiel y ayudarlo inclusive cuando él golpeó a sus hermanos, después de ayudarlos a ellos, fue tras él. Lo detesto tanto, maldito verde.

—Lo detestamos, pero no podemos hacer nada. Ya mi padre tomó su decisión, ahora toca esperar a que el pequeño de Aenerys nazca. —Rhaenyra dijo, suspirando mientras Daemon rodaba los ojos. —basta Daemon, sabes que también me duele no poder hacer nada para quitarle el dolor a mi hija.

Las lunas pasaron y con ellas, el vientre de Aenerys se hinchaba más y más, hasta que una noche ella empezó sus labores.

—¡Puje!

En King's Landing estaban al tanto de la situación, como la princesa Aenerys iba a mostrar la bastardía de su hijo, o bien, la paternidad del príncipe Aemond.

HOTD OS PT.2Where stories live. Discover now