Los juegos del destino son curiosos, pero _________ jamás imaginó que al ya ser una adulta sin esperanzas de encontrar a su familia biológica, en esta apareciera su hermana gemela a ofrecerle tomar su identidad.
Creyó que la vida de una multimillon...
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Los azules mechones se levantaban con el viento, al asomarse por la ventana mientras su mirada hace mucho había dejado de ver el paisaje montañoso.
Desde hace un tiempo en desarrollar y entrenar sus poderes que había comenzado a soñar más, o al menos recordar sus sueños. Donde uno no dejaba de repetirse, en el cual una mujer aparecía, no podía ver su rostro ni escucharla bien, pero aún así estremecía algo en su interior cada vez.
Un sentimiento tan desconocido como fuerte. Parecía conocerla y de alguna forma sentía que era alguien muy importante, por lo que a la vez de ese cálido cariño también sentía un escalofriante dolor por su falta.
Era extraño sin dudas y cada vez que le comentaba a su madre esta se ponía nerviosa e incluso llegaba a asustarse, pero no la culpaba, está algo paranoica desde que Strange apareció nuevamente buscándola al saber de sus poderes, queriendo llevársela para estudiarlos y quizás de qué formas.
Era un riesgo que no estaba dispuesta a averiguar, no podía dejar a su madre sola, no soportaría perder a un ser amado más en su vida.
Un conocido aroma abrió su apetito, sacándola de sus pensamientos al ser prácticamente arrastrada por este en una suerte de hipnosis.
Encontrando la olla humeante para fijarse que no hubieran escarlatas a la vista y correr a tomar un bocado de estofado.
Aunque la cuchara le fue arrebatada de un golpe.
——¿Qué cree que hace, señorita?——gruñó Wanda al sus ojos tornarse escarlata como la energía que brotó de sus manos
Para __________ tragar en seco y reír nerviosa.
——Estaba ayudándote a ver si está...——no alcanza a terminar de decir cuando recibe un nuevo ataque, y está vez ser empujada fuera de la cocina
——¡Mamá!, ¿En serio entrenaremos ahora?
——¿Tú crees que un enemigo preguntaría?——gruñó al volver a sus manos disparar energía escarlata que tuvo que bloquear con la propia hasta extinguir la de su madre
Quien en respuesta la volvió a atacar con mucha más potencia, hasta el punto de romper las paredes con su cuerpo, siendo disparada hasta el patio.
——Eso dolió——chilló al abultar los labios mientras se levantaba como podía ante todos sus huesos parecer quemarse
——¿Estás bien, cariño?——preguntó la pelinaranja al volar preocupada a revisarla
Lo que la menor aprovechó en derribarla con una llave que aprisiona sus brazos, para un árbol ahora escarlata desprenderse de la tierra y aproximarse a su cabeza debiendo soltarla para frenarlo con dificultad, pesaba demasiado, ¡¿Cómo Wanda lo había levantado?!
