Capitulo 30 /prt2

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Miel Vogrincic

Juani nuevamente me despertó porque estaba aplastando mi cabello. Le pegué con el codo Pero no funcionó, estaba destinada a sufrir.

Una vez que logré safar del tirón de pelo, me quedé pensando en lo que viví anoche. Salí a comer con Pipe y terminamos en una larga charla que nos hizo hacer una mini reconciliación, ambos quedamos muy contentos con este nuevo comienzo.

—¡Ay!— Juani se sentó de golpe haciendo que yo también me asuste.

—¿Que paso?—me puse una mano en el pecho.

Juani me miró negando con la cabeza mientras pasaba una mano por su frente, su respiración estaba agitada.

—Ey— puse mi mano en la suya.

—Tuve una pesadilla horrible—negó con la cabeza como si estuviese recordando.

—¿Querés que te abrace?—

Juani asintió con la cabeza y se volvió a acostar. Yo le hice cucharita con la mejor de las ondas y así los dos nos volvimos a dormir una vez más.

Claramente mi calma no duraría mucho tiempo, me despertaron unas manos que me estaban abrazando y para colmo estaban heladas como hielo.

Pegué una piña hacia atrás y volví a abrazar a Juani.

—Tené cuidado, simio— Matías se quejó

Abrí los ojos.

—¿Que haces acá?— me voltee y quedamos frente a frente.

—Siento tu respiración— hicimos un contacto visual muy fijo y luego me volví a voltear.

—Deja de moverte, miel porfa— Juani se estaba comenzando a molestar.

—Me pelee con mi señora— Matías me contestó la pregunta después de mil horas.

—Y anda con ella, boludo— Sentí algo en mis piernas pero no hice caso.

—No, me odia, ya no quiere que sea el papá de mis hijos... Además, está en la peluquería, no quiso que fuera con ella— estaba exagerando, Pero lo queremos.

—Dale, seguro no fue así y estás mal interpretando las cosas. ¿Por qué mejor no vas a hablar con ella?— intenté aconsejar pero me distrajo la sensación en las piernas.

Me quedé pensando un momento, Matías me estaba respondiendo pero no escuchaba nada porque estaba perdida en mis pensamientos, bajé la mano por las sábanas, toqué entre mis muslos y cuando volví a subir la mano había sangre.

—AAAAAAH— Matías miró mi mano.

—AAAAAAH— Juani despertó asustado por Matías.

—AAAAAAH— Grité por efecto dominó.

Los tres seguimos gritando mientras nos mirábamos entre nosotros y mirábamos mi mano.

—¡Te estás muriendo!— Matías se levantó rápido de la cama.

—¡¿Se está muriendo?!— A Juani se le cristalizaron los ojos.

—¡Me estoy muriendo!— Me levanté con sangre hasta los muslos, en la cama también había sangre y Juani tenía sangre en la cola porque yo le había hecho cucharita —¡Vos también Juani!—

—¡¿Que pasa!?— Pipe entró rápidamente al cuarto por los gritos y entró en pánico al ver la sangre —AAAAAH—

—AAAAAAAH—

—AAAAAAAH—

—AAAAAAAH—

Volvimos a gritar todos al mismo tiempo.

Vení conmigo || Felipe Otaño Donde viven las historias. Descúbrelo ahora