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Akira.

Nilo iniciará la escuela. Aunque a mí y a Damon nos gustaría dejarlo estudiar en casa. Vimos que necesita socializar. Hacer amigos...

Está empezando a crecer. Muy rápido para mi gusto.

No quiero que él siga creciendo. Lo quiero así. Pequeño, adorable...

Pero son etapas de la vida. Y como cada etapa. Es pasajera.

Yo, en cambio.

Quiero trabajar.

Cuando mi hijo empiece ir a la escuela, me quedaré sola en la casa. Y eso me aburre.

Aparte, tampoco me siento tan cómoda ocupando el dinero de Damon. Bueno. Sé que me lo merezco, por ser su mujer. Pero de igual manera. Retomaré mi vida de antes de conocer a Damon.

Me niego a ser una dueña de casa. No tiene nada de malo. Pero me aburre.

Ya hice todos los pasatiempos que pude hacer, obviamente después de cuidar siempre a mi hijo.


Damon pasa a la habitación y se acuesta a mi lado.

—¿En qué piensas?—Pregunta acurrucándose a mi lado. Como una garrapata.

—En nada y en todo a la vez.—Suspiro.—¿Tuviste un día muy agotador?

—Nada que no pueda soportar—Dice somnoliento.

A pesar de parecer tener sueño. Su mano se escabulle debajo de mi camisa de dormir y llega a mis pechos.

—Damon.

—Dale de comer a tu hombre.

—Sabes bien que ya no...

—Shh...—Me interrumpe.

Está a punto de levantarme la ropa cuando la puerta se abre de golpe.

Me aparto de inmediatamente al ver a mi hijo.

—Cariño, ¿estás bien?—Pregunto al ver a mi hijo en la puerta.

—Ya sé por qué no me alimentas.—Frunce el ceño—Es culpa de papá—Lo señala con el dedo—¡ES SU CULPA!—Grita y se lanza entremedio de nosotros.

—¿De qué hablas?—Pregunto.

—Los escuché. Papá dijo que tenía hambre y...

Fulminó a Damon con la mirada y él solo se ríe.

—Nilo, cariño, tu padre me dijo que tenía hambre y ahora mismo se irá a preparar algo para comer. ¿No es así?—Pregunto mirando a Damon para que me siga la corriente.

Que vergüenza me da que mi hijo haya escuchado a su padre. Dios...

Con este hombre hormonal que tengo como marido. Es probable que algún día nuestro hijo nos encuentre en algo.

Me mato y lo mato.

Es muy pequeño para saber de esto. Y si bien desde pequeños hay que enseñarles educación sexual. Hay traumas que son mejor evitarle a nuestro hijo.

—No. No es cierto yo no iré a ningún lado—Habla despreocupado.

—Damon...—Gruño enojada.

Pero él me ignora.

Idiota.

—¡No me vas a quitar a mami!—Nilo empieza la pelea.

Siempre es lo mismo.

—Ya lo hice.—Añade y se levanta un poco para besarme.

—¡Aléjate!—Grita mi hijo.

Ambos se pelean por mí.

Ambos parecen animales peleando.

—Tu madre es mía. Yo la conocí primero.—Dice Damon como niño pequeño.

—Pues... Yo te gano. Es mi mamá, me prefiere a mí antes que a ti.—Le saca la lengua a su padre.

—¿Es así, cariño?—Damon me mira con una sonrisa.

—Sí. Nilo es mi preferido.—Le borro la sonrisa.

Nilo empieza a reírse de su padre. Y a alardear de que lo quiero más al que a mí, esposo.

Dios.

Cuando Damon pelea con Nilo, parece como si fuera otro niño en la casa.

Aunque es adorable, a veces.

Otras veces Damon deja llorando a Nilo, y él se toma la tarea de llevarlo de compras y consentirlo.

Son así.

En un momento se aman.

Al otro parecen odiarse.

Y después se vuelven a amar.

Dominame [Segundo Libro]Where stories live. Discover now